Fernando Sáez Lacalle, arzobispo de San Salvador, es el que anunció la condena de Jon Sobrino antes de ser publicada y que luego quedó en sólo advertencia. Ahora me entero por la prensa de que este monseñor cuando llevaba un par de años al frente de la diócesis, tuvo una reunión con el nuncio y todos los obispos para abrir un proceso de canonización a ?scar Romero, mártir por apoyar a los pobres.
Por unanimidad todos los obispos votaron a favor de esta canonización, pero salió un voto en contra. El mismo Sáez Lacalle, sucesor de Romero en su diócesis, manifestó que el voto en contra era suyo, y motivado porque todos los mártires y gente del pueblo que habían muerto era por su culpa, porque su misión tenía que haber sido ponerse de acuerdo con el poder constitutivo. El resto de los obispos se quedaron perplejos y escandalizados.
Siento pena, escándalo y vergüenza, ojalá que no sea cierto lo que he leído en Religión Digital. ¡S. Romero de América, ruega por nosotros!