Reseña de libro: «Guía para una globalización alternativa. Otro mundo es posible». Ediciones B. Grupo Z 2004 de Francisco Fernández Buey -- Evaristo Villar

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Pequeño homenaje de gratitud a Francisco Fernández Buey. Ha sido un intelectual honesto que ha sabido aúnar la razón teórica con la razón práctica en un compromiso sociopolítico profundamente humano. Sobre todo ha sido una persona entrañablemente cordial y un gran aliado y amigo en la persecución de una sociedad y un mundo alternativos. Evaristo Villar

Libros de ?xodo
Esta obra de Francisco Fernández Buey, filósofo y escritor lúcidamente comprometido, presenta, de forma amena y creativa, el movimiento antiglobalizador o alterglobalizador (como prefieren llamarlo hoy día). Se trata, como es bien sabido, de un movimiento ?social crítico y alternativo que ha salido del génesis posmoderno criticando la teología política dominante??. Un movimiento que ?aspira a ser global??, que trata de ver el mundo desde abajo, ?con los ojos de los que viven de sus manos o malviven en el peor de las situaciones??. En un ?tiempo de desigualdades profundas marcadas por la ideología de la guerra preventiva para fomentar la guerra de civilizaciones??, este movimiento defiende la utopía de una sociedad civil alternativa, respetuosa con los derechos humanos, y en la que los valores de verdad, justicia, dignidad y solidaridad lleguen a ser patrimonio de toda la humanidad.

Francisco Fernández Buey dedica esta obra a Gregorio López Raimundo, a quien califica de ?viejo amigo y aún más viejo resistente, que a sus noventa años sigue ahí, en todo acto contra la guerra y contra las injusticias, mostrándonos, con su presencia y su palabra, que la ética de la resistencia tampoco tiene edad??. ¿Se trata -me pregunto- de una apuesta del autor por la resistencia en este decretado final de la historia? A la vista de estas primeras expresiones todo hace pensar en esa hipótesis. Es más, al final de su brillante e irónica alegoría sobre el ?Génesis posmoderno?? con el que introduce su relato, el autor que está viendo este ?principio del fin de la historia?? como complejo, provisional y contradictorio, cierra el discurso de este modo: ?así se llegó definitivamente a la conclusión de que el paraíso no es para los humanos. Y así se redescubrió, en la época del final de la historia, que la única forma de acercarse a lo que algunos llaman paraíso es conocer los caminos que conducen al infierno para evitarlos??.

La obra se estructura en cinco ricos y apretados capítulos que recogen, a mi modo de ver, el contexto, la problemática y los mayores desafíos del ?movimiento de movimientos??. Vale la pena penetrar, aunque sea brevemente, en cada uno de ellos. El primero, titulado Una gran perturbación, describe el contexto desde donde ha emergido el movimiento, analizando cuidadosamente los muchos datos que ofrece la realidad, valorándolos críticamente y emitiendo su propio juicio sobre los mismos. Tratando de ser objetivo, el autor evita mirar el mundo con categorías políticas (de izquierda o derecha) y trata de observarlo desde las desigualdades sociales (arriba o abajo) como lo miran los propios activistas y militantes del movimiento, es decir, ?con los ojos de los que viven de sus manos o malviven en la peor de las situaciones??.

El segundo capítulo, Hacia el movimiento de movimientos, Fernández Buey se centra en la reconstrucción histórica del movimiento. Analiza detenidamente el momento, el origen y los objetivos que persigue cada uno de sus grupos integrantes. De este recorrido histórico parece desprenderse una ley no escrita que relaciona las posibles influencias mutuas más por la vía de la inspiración que por la dependencia. Este recorrido se extiende desde los movimientos estudiantiles y universitarios de la década de los 60 (mayo 68, California 66), pasando por los llamados nuevos movimientos sociales, críticos y alternativos de la década de los 70 (feminismo, ecologismo, pacifismo), absorbidos en gran parte por la multiplicación de organizaciones no gubernamentales de los noventa, hasta llegar al actual movimiento alterglobalizador o movimiento de los movimientos, que, inspirado en el ?estilo de Chiapas?? y centrado en el Foro Social Mundial, apuesta decididamente por la defensa de los derechos humanos, sociales y civiles de toda persona.

En el tercer capítulo, cambiar el mundo de base, se abordan los objetivos, la intención alternativa y los medios que propugna este movimiento para cambiar el mundo. Fernández Buey analiza críticamente el alcance de cada una de las propuestas: la Tasa Tobin, la renta básica, la sustentabilidad y biodiversidad y la soberanía alimentaria. Por otra parte, aborda algunos temas controvertidos y no suficientemente aclarados en el movimiento, como la actitud de reformar o cambiar el mundo, los sujetos del cambio, la validez o no de los partidos políticos, la más que espinosa tarea de aspirar o no a la toma del poder, etc.

En el cuarto, la desobediencia civil como estrategia, el autor presenta la praxis, o nuevo estilo de revolución que adopta el movimiento en la posmodernidad. La desobediencia civil expresa, en este caso, la voluntad de oposición a la injustita. Más aún, al ser colectiva ? no meramente individual-, la desobediencia civil apunta ya a lo que pudiera ser una sociedad alternativa. Fernández Buey ve esta práctica como un ?híbrido?? (aúna tradiciones que llegan por caminos distintos desde Thoreau a Luther King, desde Francisco de Asís a Marx) al que califica como ?nuevo libertarismo?? que, en el pensamiento de Noam Chomsky, estaría apuntando ya a la V Internacional.

En el quinto y último capítulo, De la democracia representativa a la democracia participativa, su critica necesaria a la democracia representativa. Existe en el movimiento un evidente malestar por la reducción de la democracia a los meros procesos electorales y a la tecnificación de la función pública, en lo que juegan un papel dominante los medios de comunicación. Como contrapunto, el autor ofrece dos emblemáticas experiencias de participación, Porto Alegre y Kerala. Analizadas políticamente, se pregunta sobre su capacidad de universalización hacia otras sociedades más complejas y culturalmente distantes.

No deja Fernández Buey en esta Guía para una globalización alternativa muchos resquicios para introducir algún punto crítico en su discurso. Después de advertir que se trata de una obra escrita desde un gran conocimiento -digamos experiencia- del tema, quiero concluir con dos sencillas reflexiones. ?sta en primer lugar: si la imagen que refleja el autor del movimiento de los movimientos es correcta (y yo no puedo dudarlo), me queda la sensación de que estamos ante un cierto ?rebajamiento??, al menos en el leguaje (no sé si también en la militancia). Da la impresión de que vamos caminando hacia una domesticación o posibilismo de la utopía. Y, a este nivel, la distancia que media entre el ?seamos realistas, exijamos la utopía?? (mayo 68) y ?otro mundo es posible?? (a no ser que saque a flote toda su carga utópica) parece revelador.

¿Quiere esto decir que ?no hay más cera que la que arde??, que no estamos en tiempos de transformación sino de reforma, que no nos queda más que resistir contra viento y marea para que no se nos venga todo abajo? Pero ?y ésta es la segunda reflexión- resistir para que no se vengan a bajo qué cosas, resistir cómo. Porque ? si de lo que se trata (como se pregunta el mismo Fernández Buey en otro precioso libro de entrevistas con Manuel Sacristán, De la Primavera de Praga al marxismo ecologista, la Catarata 2004) es de conseguir lo mismo que el capitalismo, aunque mejor, con más eficacia, con menos despilfarro, con algo más de orden o con menos desastres, o si consiste más bien en empezar a vivir de otra manera que incluya, de forma igualitaria, a toda la Humanidad sin exclusiones ni discriminaciones, que integre amablemente a otras especies vivas y que acepte como finalidad mantener una relación equilibrada y respetuosa con la naturaleza???? La resistencia es sustancialmente distinta en cualquiera de los dos supuestos.