«Hemos previsto un intenso programa litúrgico para la próxima Pascua pero no sabemos si podremos celebrarlo. Aquí la muerte está siempre a la derecha», indicó el Obispo Auxiliar de Bagdad, Mons. Shlemon Warduni. En declaraciones a la agencia italiana SIR, el Prelado también expresó su «tristeza por el éxodo de los cristianos del país». «Vivimos en una situación a la que no le vemos final, en donde las víctimas son los enfermos, los ancianos, los niños, muchos de los cuales son huérfanos de la violencia inenarrable provocada por los coches-bomba, los kamikazes y los criminales», añadió.
«La Pascua nos devolverá la certeza de un porvenir justo, de tolerancia y reconciliación», indicó el Obispo quien también explicó que la falta de seguridad ha obligado al Patriarcado caldeo a anticipar la celebración de la Vigilia Pascual en la tarde del Sábado Santo porque «es muy peligroso salir de noche».
«Esperamos que la fe dé a nuestros cristianos el coraje necesario para superar las dificultades y así participar en los ritos. Para todos, la Semana Santa es un tiempo de ayuno. Nuestro ayuno es el sufrimiento en el que vivimos. Lo ofrecemos no solo por Irak, sino también por todo el mundo», concluyó el Obispo Auxiliar de Bagdad.
