NAVIDAD 2006.Carmelina, Verónica y Deme

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¡Cuánto uso y abuso de aquel nacimiento!
¡cuánta parafernalia de consumo y de lujo!
¡cuánto olvido y desuso del mensaje del cielo!
¡cuánta falsa hojarasca sin semilla ni fruto!

¿No hay profetas que apunten el camino acertado?
¿ni ángeles mensajeros de la buena noticia?
¿no hay estrella que oriente al destino buscado?
¿ni testigos que animen a acudir a la cita?

Si la vida de un niño nos merece confianza,
los gestos de ternura hacen humanidad;
aunque sean pequeños hay signos de esperanza;
nunca mueren del todo los deseos de paz.

Pobre con los pobres nace como promesa
de un mundo nuevo habitado de amor.
Sólo con los pobres, compartiendo la mesa,
se encuentra el camino de un mundo mejor.

Renovar cada año los deseos de paz
y que el próximo año sea un poco mejor,
desear nuevamente la feliz navidad
es querer que lo sea cada día de hoy.