Con el respaldo de connotadas figuras del progresismo chileno, la Izquierda Cristiana (IC) inició ayer, jueves 4 de octubre, su proceso de constitución como partido político legal. El presidente de la IC, Manuel Jacques, junto a la directiva provisoria nacional, presentó en el Servicio Electoral la Escritura Pública con la nómina de patrocinantes y otros requisitos que establece la Ley Orgánica Constitucional de los Partidos Políticos.
Las normas legales disponen que la indicada Escritura Pública, con la voluntad de constituirse como partido, debe ser acompañada con una nómina de «a lo menos 100 patrocinantes». En esta oportunidad se presentaron cerca de 180 patrocinantes, casi el doble de lo requerido por el ordenamiento jurídico.
Entre quienes firmaron la escritura pública para la constitución legal de la IC se encuentran figuras del progresismo chileno, como Fabiola Letelier; los abogados de derechos humanos Hiram Villagra, Nelson Caucoto y Roberto Celedón; el escritor Rafael Luis Gumucio; el ex jefe del comando presidencial de Manfred Max Neff y líder ecologista, Lucio Cuenca; el fundador de SERPAJ Chile, Jorge Osorio; el teólogo y líder del Foro Social Chileno, Álvaro Ramis; el abogado y académico José María Bulnes; y el ex diputado de la Unidad Popular, Julio Silva Solar.
«Este paso es parte de un proceso general de ampliación de las fronteras de la izquierda», explicó Manuel Jacques Presidente de la IC ?el camino del cambio no está en los bloques que dominan la política chilena».
Manifestó que las recientes encuestas han revelado lo que piensa la ciudadanía del gobierno y la Concertación con el descenso a los «niveles más bajos de aprobación ciudadana, y la derecha no suma descontentos. La gente repudia que la política haya perdido su sentido de servicio a las ciudadanas y ciudadanos».
Jacques, subrayó que hoy Chile requiere de una «opción política alternativa, fundada en la ética del servicio , el apego a la verdad, el amor a la vida en toda su diversidad, y en un proyecto de democracia y justicia social».
Apuntó que la IC se inscribe se inscribe para levantar esa opción.»En ese sentido, es una herramienta puesta a disposición de la «Izquierda Ciudadana» la que comienza a reagruparse en esa perspectiva».
En tanto, una parte importante del Pacto Juntos Podemos estima que el paso que la Izquierda Cristiana ha dado, permitirá contribuir a la resolución de los conflictos internos que la coalición de izquierda ha enfrentado desde las elecciones presidenciales, a pesar de lo cual continúa registrando un importante respaldo ciudadano.
La secretaria general de la IC, Bernarda Pérez, explicó que el partido enfrentó un proceso muy complejo desde los inicios mismos de la «transición pactada», a fines de los 80 del siglo pasado, «cuando se pretendió decretar nuestra extinción total. Sin embargo, en condiciones muy adversas se logró resistir e iniciamos un proceso de reconstrucción a partir de nuestra participación en la fundación del Podemos en el 2003».
Con todo, precisó que «la definición más trascendente del Congreso de la IC fue la revalidación de los Fundamentos Ideológicos de la Izquierda Cristiana, en el sentido de concebirnos como partido de carácter revolucionario, que se propone contribuir a la construcción del socialismo, en base a una inspiración cristiana y humanista, abierta a todas las expresiones de la espiritualidad».
El pastor Héctor Carrillo, recordó para ALC, que la Izquierda Cristiana nació en octubre de 1971, encabezada por Bosco Parra y fue parte de la Unidad Popular. Durante la dictadura militar formó parte de la resistencia, llegando en los años 80 a tener una importante presencia en el movimiento estudiantil y poblacional. Asimismo, participó en la coalición Izquierda Unida y en el PAIS, partido instrumental de la izquierda.
«Con el inicio de la transición pactada, y tras una dura disputa interna, varios de sus líderes históricos emigraron a otros partidos, lo que originó una crisis política que se prolongó en el tiempo y que, según las evidencias, parece haber quedado definitivamente superada», afirmó.