Epulones y lázaros -- Pedro Serrano Martínez

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

La creciente desigualdad económica pone de actualidad la parábola evangélica del rico Epulón y del pobre Lázaro. Y es que, en el banquete actual de la economía, mientras los epulones sin escrúpulos -sentados a sus mesas colmadas de viandas, privilegios e impunidades- se dan un atracón, los hambrientos y humillados lázaros se tienen que conformar con las migajas que, por descuido, van cayendo al suelo.

Constatar que 85 individuos poseen tanta riqueza como 3.500 millones de pobres -la mitad de la población mundial- nos da una idea de lo mal gobernado que está el mundo y del mal uso que se está haciendo de la economía. Lamentablemente, tanto los gobiernos nacionales como las instituciones internacionales y supranacionales, han claudicado ante el poder omnímodo de las elites económicas. Los gobiernos ya no son árbitros, sino cómplices del poder económico.

Los gobiernos han hecho dejación de sus funciones fundamentales, tales como la promulgación de leyes socialmente garantistas y correctoras, o la aplicación justa y equitativa de los impuestos y la persecución efectiva y contundente del fraude y la corrupción.
Pero cuidado, absurdo, egoísta, torpe y loco mundo, la concentración de recursos económicos en manos de una poderosa minoría, está abriendo un abismo entre ricos y pobres que, indefectiblemente, terminará poniendo en peligro los sistemas políticos, económicos y sociales. No hace falta ser muy perspicaz para concluir que, cualquier sociedad que no ponga la economía al servicio del bien común, está condenada al fracaso.
. Valladolid