EL COLECTIVO LAMBDA DE LESBIANAS, GAYS, TRANSEXUALES Y BISEXUALES PREMIA A LAS COMUNIDADES CRISTIANAS POPULARES

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La semana pasada, las Comunidades Cristianas Populares han recibido el premio Margarida Borràs 2007 otorgado por el colectivo Lambda. Os transcribimos las palabras de aceptación y agradecimiento por el premio, por parte de las CCPs:

«Gracias, pero no lo merecemos. Con palabras del Evangelio, ?hemos hecho lo que teníamos que hacer?? (Lc 17,10). No tiene más mérito. Es chocante que lo que debería ser normal sea tan excepcional que se reconozca con un premio.


Si lo aceptamos es por hacer honor a quien nos lo da. Como quien acepta una invitación y se toma algo no por tener gana sino para hacer honor a quien le invita.

Que este reconocimiento venga de un colectivo que ha sufrido tanto la lgtbfobia eclesiástica, a veces con tremendo dolor, marginación y exclusión, también llama la atención. Habéis tenido más que suficientes motivos para el anticlericalismo que ha marcado vuestro colectivo. Lo comprendemos y lo aceptamos como crítica fundada.

Nosotros, como comunidades cristianas, también somos Iglesia (aunque no nos reconozcan), y os pedimos perdón por los prejuicios que la Iglesia ha tenido con vosotros y vosotras, por la actitud de condena y por el daño que os ha hecho.

Pero ya va siendo hora de distinguir que no todo en la Iglesia es Ratzinger, Rouco, Cañizares, García Gasco, Opus, Legionarios y Kikos. Sabéis que también hay curas como los de Entrevías, hay teólogos como Jon Sobrino, Boff, o Castillo, hay algún obispo profeta y poeta como Casaldáliga, hay la teología de la liberación, las comunidades de base, ?jo no t?espere?? y ?ja en tenim prou??.

Sabéis que en las Comunidades Cristianas Populares y otros colectivos eclesiales de base tenéis no sólo amigos, sino ámbitos de acogida cordial y de apoyo a vuestra causa. Compartimos con vosotros marginación eclesial, disidencia y resistencia. Aunque nos ningunean, no nos salimos ni nos dejamos echar. Es fácil comprender que en esta iglesia la disidencia no es sólo un derecho (que no se reconoce) sino muchas veces un deber. Cuando lo oficial no coincide con lo cristiano y evangélico, la disidencia es un deber de coherencia.

La actitud y el comportamiento de Jesús denunciando la hipocresía de los poderosos, de la gente tenida por bien y de las autoridades religiosas; y mostrando, en cambio, acogida y apoyo a las personas excluidas, a las más pobres y débiles, son para nosotros pauta de nuestra fe. Sólo desde la opción por los últimos de este mundo podemos construir otro mundo donde los últimos sean los primeros, y la humanidad se humanice.

El grupo cristiano del colectivo Lambda es también una muestra de que ser lesbiana, gay, transexual, bisexual y ser cristiano no sólo no es incompatible, sino que es una doble fuente de felicidad personal y de compromiso liberador. Para las personas lgtb creyentes, su orientación o identidad sexual es la gracia en la que están llamadas a ser felices, no a pesar de, sino precisamente por ellas mismas. La fe y la homosexualidad, bisexualidad o transexualidad, todas ellas gratificantes y liberadoras, son dimensiones de la misma vivencia y del mismo compromiso liberador.

Nos decimos creyentes; deberíamos decir creyentes religiosos, porque consideramos que muchas personas también sois creyentes en causas comunes de humanidad y solidaridad. Hace ya tiempo hacemos un camino común con vosotros; nosotros superando prejuicios ancestrales; vosotros superando prevenciones ante lo cristiano percibido como reaccionario. La cercanía sincera desmonta prejuicios. Para nosotros la fe no es diferencia que nos distancia sino diversidad que nos acerca y enriquece. Esperamos que vuestra no-fe también lo sea.

Al aceptar este reconocimiento, queremos expresaros nuestro compromiso con vosotros y vosotras a seguir trabajando por la plena normalización de la diversidad en la sociedad y en la Iglesia. No aceptamos la hipocresía eclesiástica de no reconocer la realidad lgtb como legítima forma de relación, cuando las sacristías están llenas de armarios. Le guste o no a la Jerarquía, en las Comunidades Cristianas Populares encontraréis compañeras de camino, ámbitos de acogida cordial y compromiso de apoyo en la causa común de la dignidad humana, de la igualdad y la solidaridad.

Gracias.