La HOAC de Madrid reunida en Asamblea Diocesana el 9 de junio de 2007 quiere comunicar que desde que se hace público, el 3 de abril de este año, el conflicto entorno a la Parroquia de San Carlos Borromeo decidimos iniciar un proceso de conocimiento, profundización y discernimiento a partir de los hechos allí acontecidos y de los pasos emprendidos por el Arzobispado de Madrid.
Durante este periodo la Comisión Diocesana de la HOAC de Madrid se ha entrevistado con el Sr. Cardenal, D. Antonio María Rouco Varela, y algunos militantes hoacistas se han hecho presentes en la Parroquia.
Desde la HOAC de Madrid entendemos que el Señor se nos manifiesta a través de los acontecimientos y nuestra tarea es descifrar su voluntad. Con esta intención nos hemos acercado a todo lo ocurrido en torno a la Parroquia de S. Carlos Borromeo y así queremos manifestar, con el ánimo de compartir nuestra reflexión con la Parroquia y con el Arzobispado que:
La prioridad de la persona y la promoción de su dignidad deben regir todos nuestros actos.
«No se puede separar lo que Dios ha unido», es decir, las tres funciones de toda comunidad cristiana: el servicio a los pobres, la liturgia y la catequesis han de ir unidas. Entendemos que así se venía haciendo hasta ahora en la parroquia de S. Carlos Borromeo y así se debería seguir haciendo en el futuro aunque se cambie su figura jurídica. No se debe privar a los pobres y comunidad que les sirve, de la celebración del paso de Dios entre ellos y de la iluminación catequética de su presencia. Los pobres no sólo deben ser evangelizados, sino que ellos nos deben evangelizar.
Respecto a las formas litúrgicas, valoramos el intento de la parroquia S. Carlos Borromeo por hacer una celebración viva y adaptada a los marginados y la comunidad que les acompaña. A la vez, invitamos a centrarnos en lo fundamental de la liturgia: la unión entre la fe y la vida abandonando las posiciones maximalistas o rígidas respecto a las rúbricas.
Animamos a crear puentes de diálogo dentro de la Iglesia, echando mano de la corrección fraterna, abandonando la condena del que es diferente pastoralmente en la Iglesia. El silencio continuado puede ser tergiversado y ayuda a aumentar los prejuicios existentes. Invitamos a que, a la hora de tomar decisiones, este diálogo fraterno sea tenido con los laicos y no sólo con los sacerdotes de la parroquia. Así expresaríamos mejor la naturaleza de la Iglesia pueblo de Dios.
Debemos ser sagaces con respecto a los medios de comunicación de masas para evitar que su impacto mediático provoque divisiones en el interior de la Iglesia, y pueda ser utilizado por algunos para dañar la imagen pública de la Iglesia de la que todos somos parte. Nos duele que, tal como ha aparecido en los medios de comunicación, se haya contrapuesto el servicio a los pobres con la liturgia, de forma que haya que elegir entre uno u otra y hacer banderas de un bando y otro.
Ponemos en común estas reflexiones desde el amor que tenemos a la Iglesia y con la humildad de quien aporta y sigue a la escucha del Señor. En nombre de la Asamblea Diocesana firmamos este comunicado la COMISIÓN DIOCESANA HOAC DE MADRID.
Madrid, 11 de junio de 2007.