Por primera vez, y venciendo la descomunal presión del gigante Microsoft, una gran empresa de venta de ordenadores se ha decidido a instalar en ellos un sistema operativo basado en Linux, en lugar del omnipresente Windows. Esta decisión, unida a los rumores de que Windows Vista no está siendo el éxito que se esperaba y el disgusto de muchos usuarios ante sus controles anti-copia, hace que probablemente nos encontremos en un punto de inflexión respecto al sistema operativo utilizado en ordenadores domésticos, que actualmente está prácticamente monopolizado por Microsoft.
Después de algunos rumores que situaban a Ubuntu como la principal candidata a ser la distribución con la que Dell materializase su compromiso de preinstalar Linux en algunos de sus equipos, ya es oficial: Dell ofrecerá Ubuntu 7.04 en algunos equipos de escritorio y portátiles de su oferta.
Este podría ser un gran paso para Ubuntu y Linux en general de cara a conseguir una mayor atención por parte de los fabricantes de hardware, así como una mayor popularidad entre los usuarios, incluídos los que comprarán equipos con Linux para ahorrarse la licencia de Windows aunque luego lo instalen por otras vías. Dell también ha lanzado unos nuevos foros y una lista de correo para clientes con Linux.
«Queremos que los usuarios tengan la oportunidad de ayudar a definir el mercado de Linux en ordenadores de sobremesa y portátiles», decía el pasado 25 de febrero Michael Dell, fundador de la compañía y presidente de ella de nuevo desde hace sólo unos meses
Durante más de un mes, las especulaciones siguieron su curso, entre la impaciencia de los fanáticos del software libre y el escepticismo de algunos analistas (que afirmaban que Dell no se atrevería a soportar en su cuenta de resultados un aumento meteórico de los gastos de soporte técnico a los usuarios).
La decisión de Dell es revolucionaria, por cuanto supondrá un espaldarazo a la expansión de los sistemas Linux, y en especial de aquellas distribuciones (o versiones) que resulten elegidas. Y más aún si se tiene en cuenta que muy probeblemente otras compañías sigan el paso que marca Dell.
Hasta la fecha, Linux no era considerada una alternativa seria a los sistemas tradicionales, especialmente a Windows de Microsoft, debido a las dificultades de configuración, problemas de compatibilidad y sobre todo, un entorno gráfico que hacía muy complicado su uso. Pero los últimos avances de los grupos sin ánimo de lucro y de las empresas que desarrollan las diversas distribuciones de Linux están cambiando rápidamente el panorama.