Comentario a las nuevas normas del Vaticano para «relanzar» la confesión en las iglesias -- Franz Wieser (Perú)

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Christian Faser. BBC, Roma

El Vaticano ha decidido enviar a los sacerdotes a un curso acelerado de confesión para enfrentar una reciente crisis de confianza entre los fieles católicos italianos. Se ha registrado un fuerte declive en el número de las personas que se confiesan y algunos culpan de este hecho a la actuación de los sacerdotes que escuchan sus letanías de pecados en el confesionario.

Los críticos argumentan que muchos sacerdotes no están preparados para tratar a los católicos arrepentidos.

El curso del Vaticano busca fortalecer la capacitación del clero, en un intento de mejorar sus relaciones con los creyentes.

Desde hace tiempo, la Iglesia Católica ha estado consciente de la insatisfacción manifestada por los fieles ante los sacerdotes que escuchan sus confesiones.

Según los datos más recientes, cerca del 30% de los italianos católicos no creen que sea necesario tener sacerdotes en los confesionarios.

Además, el 10% considera que la presencia del sacerdote «impide el diálogo directo con el Señor».

Otro 20% admite que le cuesta hablar sobre sus pecados con otra persona.

Atención especial

El obispo Gianfranco Girotti, regente del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica, señaló que el sacramento de la confesión está en una «grave situación de dificultad».

El nuevo entrenamiento organizado por su departamento incluye un juego de roles sobre ejemplos de la vida real.

Entre los que participarán se incluyen divorciados y las llamadas parejas «ilegales», además de parejas del mismo sexo.

Para las parejas de divorciados que cohabitan y las parejas homosexuales, la Iglesia Católica dictamina que la absolución sólo deberá ser otorgada si las personas que viven juntas transforman su relación en una de «amistad y solidaridad».

Los divorciados que se vuelven a casar no pueden recibir comunión porque su condición es vista por la Iglesia como un estado permanente de pecado.

Sin embargo, el obispo Girotti señaló que los sacerdotes deben prestar especial atención a tales personas «especialmente si están enfermas o en peligro de morir».

Con respecto a los católicos homosexuales, apuntó que el sacerdote debe ser «un juez justo» y un «buen doctor del espíritu».

Al enfrentarse con pecadores poseídos por el diablo, el obispo recomendó proceder con cautela y solicitar la intervención de un exorcista.

COMENTARIO

Jesús no ha instituido un sacramento de penitencia bajo la condición de confesar los pecados a un sacerdote.

Según Jesús, se nos mide como nosotros medimos, se no perdona, como nosotros perdonamos y es el amor que cubre contadad de pecados.

Según Jesús, el divorcio, ni el adúltero causan un estado permanente. Ni a la adúltera, ni a la Samaritana aconseja a que regresen a su ?legítimo?? esposo. Les da la chance de un nuevo comienzo.

Nadie se atribuya la facultad de juzgar a su prójimo, para no ser juzgado.

Para Jesús lo básico era la transparencia, la justicia, la libertad y el amor.
?Le será mucho perdonado, por haber mucho amado??.

El amor no solamente se abstiene de hacer daño, sino procura hacer el bién y, si ha causado daño, lo enmendará en lo posible.

La confesión, como es practicada en nuestra Iglesia no es, sino un instrumento más de poder de unos sobre otros, actitud descartada por Jesús.