Comandante rebelde libio admite que en sus tropas hay yihadistas, y que él luchó en Afganistán contra los aliados

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The Telegraph

Abdel-Hakim Al-Hasad, el líder rebelde libio, afirmó que yihadistas que lucharon contra las tropas aliadas en Irak están en las líneas del frente, en lucha contra el régimen de Gadafi.

En una entrevista con el periódico italiano Il Sole 24 Ore, Abdel-Hakim Al-Hasadi admite que reclutó en el pasado ‘en torno’ a unos 25 hombres del área de Derna, en el este de Libia, para luchar contra las tropas de la coalición occidental en Irak. La mayoría de ellos, dijo, ‘están hoy día en las líneas del frente en Adjabiya (Libia)’.

Al-Hasadi insistió en que sus hombres ‘son patriotas y buenos musulmanes’, no terroristas, pero añadió que ‘los miembros de Al-Qaeda son también buenos musulmanes y están luchando contra el invasor’.

Estas revelaciones coinciden con otras de Idriss Deby Itno, presidente de Chad, que dijo que Al-Qaeda ha realizado saqueos de arsenales militares en la zona rebelde libia y ha adquirido armas, ‘incluyendo misiles tierra-aire, que habrían sido posteriormente llevados de contrabando a sus santuarios’.

Al-Hasadi admitió que anteriormente luchó contra ‘la invasión extranjera’ en Afganistán, antes de ser capturado en 2002 en Peshawar, Pakistán. Fue posteriormente entregado a Estados Unidos, y trasladado a Libia antes de ser liberado en 2008.

Fuentes gubernamentales británicas y norteamericanas afirman que Al-Hasidi fue miembro del Grupo Armado Islámico de Libia (Libyan Islamic Fighting Group, LIFG), que mató a docenas de soldados del ejército libio en ataques de guerrilla alrededor de Derna y Bengazi en 1995 y 1996.

Aunque este grupo armado, LIFG, no forma parte de la organización de Al-Qaeda, la academia de West Point del ejército norteamericano ha afirmado que ambas organizaciones comparten una ‘creciente relación de cooperación’. En 2007, documentos capturados por las fuerzas aliadas en la ciudad de Sinjar (Irak), mostraron que el grupo armado LIFG constituía el segundo mayor contingente de combatientes extranjeros en Irak, después de Arabia Saudita.

Este mismo mes, Al-Qaeda ha enviado una llamada a sus seguidores para apoyar la rebelión libia, ya que afirma que podría conducir a la imposición de ‘la era del Islam’ en el país.

Islamistas británicos también han apoyado la rebelión, con el antiguo jefe de la organización proscrita al-Muhajiroun proclamando que la llamada por ‘el Islam, la sharia y la yihad para Libia’ había sacudido a los enemigos del Islam y los musulmanes más que ‘el tsunami que Allah envió contra sus amigos los japoneses’.