?Un nivel bajo de educación impide acceder a empleos mejores pagos, y la falta de crédito para el acceso a máquinas agrícolas representa un obstáculo para aumentar la actividad agropecuaria??, explica el economista Harry Patrinos, del Banco Mundial, que participó de la confección del informe Oportunidades Económicas para los Pueblos Indígenas de América Latina.
El estudio constata que los pueblos indígenas desarrollan pocas ocupaciones o actividades profesionales, viven en áreas rurales y distantes, y trabajan principalmente en la economía informal. En el Ecuador, solo el 28% de los indígenas urbanos tienen empleo formal, porcentual que llega a mas de 50% tratándose de no-indios.
?Como resultado de su exclusión histórica, los pueblos indígenas también tienen bajos niveles de capital humano, acceso limitado a tierras productivas, servicios básicos e infraestructura de mala calidad??, señala otro autor del estudio del Banco Mundial, el economista Emmanuel Skoufias.
La distribución de las áreas indígenas es desigual en América Latina. En Perú, el nivel educacional alcanzado por los indígenas aumenta las posibilidades de llegar a una línea de crédito, gracias al mayor acceso a la información.
Ya en Guatemala, los pueblos indígenas tienen menor probabilidad de alcanzar un título de dominio formal de sus tierras, lo que limita el acceso a créditos y financiamientos. En Ecuador, las elevadas tasas de interés alejan a los pueblos indígenas de préstamos.
En México rural, la precariedad de caminos para la colocación de la producción reduce el valor de las tierras. En Bolivia, el ingreso mensual medio de una familia indígena es la mitad de lo que consigue una familia no-indígena.
Para cambiar el cuadro, el estudio apunta a la necesidad de programas de desarrollo volcados a los pueblos indígenas que combinen medidas destinadas a mejorar la infraestructura con otras que permitan el acceso a créditos, tierra, atención de la salud, nutrición y educación, así como asegurar que sus productos lleguen al mercado consumidor.