Agresivo final de tercera legislatura -- Editorial Radio Progreso

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Nuestra Palabra,
Los diputados del Congreso Nacional están a punto de dar por clausurada la tercera legislatura del actual período administrativo, y en esta ocasión han llenado la agenda para aprobar figuras jurídicas que evidentemente parecen responder a compromisos políticos de los nacionalistas con sectores del capital multinacional que tienen que ver en directo con la explotación de bienes naturales y del territorio nacional.

Hay al menos dos proyectos que los diputados tienen entre manos. Uno de ellos es el proyecto de una nueva ley de minería que desde varios años atrás vienen demandando las compañías explotadoras mineras que tienen mucho interés en contar con un respaldo legal para los intereses que tienen puestos en muchas zonas mineras del país, especialmente de la región noroccidental.

Esta nueva ley de minería ha llegado al Congreso tras pasar por una supuesta socialización entre diversos sectores de las zonas afectadas. Sin embargo, esa práctica no ha pasado de ser un requisito para argumentar a favor de su aprobación. De acuerdo a los expertos, esta nueva ley vendrá a dar carta de ciudadanía a la explotación indiscriminada de la minería, arropada bajo una fraseología de participación comunitaria y defensa del medio ambiente. Pero se trata de palabras que, como la paja, se las lleva el viento.

Un segundo proyecto es la aprobación de las llamadas Ciudades Modelo, bautizadas en esta ocasión bajo el nombre de ?Regímenes Especiales de Desarrollo??. Es lo mismo que la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional, los mismos intereses y los mismos actores, solo que con el retoque que las haga aparecer distintas. Existe una desesperación en los diputados por salir airosos antes del 27 con esta nueva conquista que los sitúa como los actuales testaferros de las multinacionales.

Tanto una ley como la otra están selladas por los mismos intereses externos al país, y las dos responden a la venta de nuestras riquezas y nuestro territorio. Los diputados están muy interesados en tener estas dos nuevas leyes porque su interés reside en cumplir con su misión de ser serviles a intereses que se definen fuera del país, sin el país y con frecuencia en contra del país. Y no podía ser de otra manera, puesto que no en vano la población hondureña ubica a los diputados como los seres más despreciables entre toda la sociedad hondureña.

Fuente: Red MUndial de Comunidades Eclesiales