La Delegación Diocesana de Pastoral Obrera respalda la huelga general del 14 de noviembre, convocada en el marco de la Jornada Europea de Acción y Solidaridad, e invita a los cristianos de la Diócesis de Zaragoza a que se sumen a esta movilización «ante el ataque a los derechos sociales y a la protección de las personas y familias trabajadoras con el argumento de priorizar el pago de la deuda».
Este respaldo, ha asegurado la Delegación, «nace de contemplar una realidad marcada por el aumento vertiginoso de las tasas de pobreza y de exclusión social, al tiempo que las políticas que se adoptan en Europa, en España y en nuestra Comunidad autónoma han declarado como prioridad la salvación del sistema financiero y de los bancos, en lugar de rescatar a las personas».
«No podemos permanecer ajenos a la situación que sufren las familias afectadas por desahucios o las que no pueden pagar los libros de texto, las que no llegan ni a mitad de mes, que ven cómo sus miembros están en el paro o con empleos precarios, que sufren los recortes en sanidad, en transporte público, en la dependencia y en los recursos de las políticas sociales, en un contexto donde los inmigrantes, los jóvenes, las mujeres o los parados de larga duración se llevan la peor parte», ha subrayado la Delegación.
Asimismo, ha considerado que la deuda pública se está convirtiendo en «un mecanismo de trasvase de riqueza de pobres a ricos». Por eso, cada vez hay más personas con empleos «precarios» o jóvenes que no encuentran trabajo y «con un futuro incierto».
«Las consecuencias de estas decisiones afectan al conjunto de la sociedad pero, de manera más dura, a los sectores más débiles y empobrecidos del mundo del trabajo. Consecuencias que llevan al empobrecimiento generalizado, a la pérdida de cohesión social y de horizonte vital».
REGULACION DEL MERCADO
Desde la Delegación Diocesana de Pastoral Obrera, «en coherencia con los principios evangélicos, y su desarrollo en la Doctrina Social de la Iglesia», han apuntado que es necesaria «de forma urgente» una regulación del mercado, que tendrían que llevarlo a cabo los gobiernos, «pero en la situación actual, nuestros gobiernos son súbditos de la situación financiera y la única salida que nos están ofreciendo son políticas de recortes, que rebajan claramente los derechos de los trabajadores respecto a situaciones anteriores».
Además, la Delegación ha solicitamos a los políticos, sindicatos, empresarios, entidades financieras y a los distintos expertos, que «actúen con responsabilidad ante la gravedad de la situación actual, que puede empeorarse en el caso de que olviden el principio básico de humanidad, en el que las necesidades de los pobres deben tener preferencia sobre los deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores, sobre el incremento de los beneficios».