José Luís Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno en funciones y candidato a la reelección, ha declarado al director de «La Vanguardia» que si gana pondrá los puntos sobre las íes a los obispos tentados de intervenir en política. Zapatero amaga de nuevo con revisar los acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede.
Son unas declaraciones importantes y significativas –el tono es duro-, puesto que la tensión entre el Gobierno y la Iglesia parecía haber entrado en una fase un poco más relajada después de la cena que el presidente compartió recientemente con el nuncio de la Santa Sede en España, Manuel Monteiro de Castro. El célebre ‘caldito’ que no fue tal, puesto que el menú resultó ser bastante más exquisito.
Un bocatto di cardinale que no gustó nada al sector más duro del episcopado español. Al día siguiente, monseñor Monteiro de Castro fue calificado de ‘hermano masón’ desde los micrófonos de la Cope, episodio que marca el cenit de la España alucinante: el embajador del Vaticano en España insultado desde una emisora de radio propiedad del episcopado.
Las declaraciones de Zapatero rompen la tregua de la nunciatura y parecen querer buscar la respuesta inmediata de los sectores eclesiásticos menos proclives a la vía diplomática, en una semana importante para la Iglesia española. El plenario de la Conferencia Episcopal se reúne el lunes en Madrid para renovar sus cargos directivos.
El presidente saliente, el moderado Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao, puede ser desbancado por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, amigo personal del Papa Benedicto XVI y adversario declarado del Gobierno socialista, al que ha acusado de erosionar los derechos humanos con su política de familia. La diplomacia vaticana parece preferir una fase de sosiego en España –con la mirada puesta en Cuba y en otros países de Latinoamérica- pero lo cierto es que desde Roma no ha llegado ninguna señal explícita en favor de Blázquez.
Zapatero parece que no tiene suficiente con el segundo debate con Rajoy y busca ahora un cara a cara con Rouco Varela. Da la impresión que el PSOE quiere cerrar la campaña llamando a la gente a votar contra el integrismo católico. ¿Le dará Roma esta baza? ¿O le será dada por los obispos españoles?
(La Vanguardia)
