La diplomacia vaticana de Benedicto XVI es capaz de tirar la piedra y esconder la mano: eso hizo el jefe de los católicos hablando de ?laicismo agresivo?? en España, en donde consideró que la situación es parecida a la de la II República??: luego dulzura y guante blanco en Santiago de Compostela y mucha intervención en catalán en Cataluña, para subirse a las escalerillas del avión pidiendo que los españoles seamos una ?gran familia??.
Antes los gritos del rigor contra el aborto, la homosexualidad normalizada en su constitución en familia y la eutanasia: sin novedad en el frente. No había toda la gente que le hubiera gustado reunir a Rouco Varela, lo que confirma la disociación entre una gran parte de los que se definen católicos y no cumplen unas normas cada día más complicadas de compartir.
Pero la gran victoria de la Iglesia en este viaje no la anunció el pontífice sino el ministro Ramón Jáuregui: la ley de libertad religiosa, promesa electoral del PSOE, no se aprobará ni en esta legislatura ni en mucho tiempo, porque no es difícil adivinar que el PSOE no estará en el Gobierno a partir del 2012, sobre todo si sigue castigando a su electorado natural.
De esa manera, tácitamente se le da, aunque sea en parte, la razón a Benedicto XV: no están bien las cosas en la sociedad civil, porque José Luis Rodríguez Zapatero no se atreve a llevar a cabo otra de sus promesas electorales. Y no se trata de agredir con laicismo a la Iglesia como en la II República, sino confirmar y garantizar la libertad de culto y tramitar el expediente de que la religión es un asunto privado. Pero no lo verán nuestros ojos, en mucho tiempo, lo que sencillamente es una realidad en el resto de la Unión Europea: ¿le quedan muchas más claudicaciones a Zapatero o sencillamente ya no dispone de tiempo para más rectificaciones?
Pero, ¿qué es el laicismo sino la separación, en este caso respetuosa, entre la Iglesia y la sociedad civil representada por el estado. No hay confrontación sobre la religión sino la constatación permanente de que lo que pretende el Vaticano en España es lo que no se atreve a plantear en ningún otro país de Europa. Y la debilidad del Gobierno, lejos de calmar la jauría que desde la cadena COPE y desde la Conferencia Episcopal quiere imponer como legalidad la confrontación como metodología de desentendimiento, sigue cada día sembrando la cizaña.
En realidad, el viaje del Papa ha estado eclipsado por la excelente entrevista de Juan José Millás a Felipe González en el diario El País. Reflexiones inteligentes en tiempos de mediocridad y confesiones inéditas del máximo interés que iluminan la historia y explican la soledad del poder. Naturalmente, el PP con la zafiedad y falta de inteligencia que lo define, no ha tardadazo en dar dentelladas donde no hay solomillo: el PP necesita todos los días un hueso que roer: pero Felipe es mucho Felipe.
Carlos Carnicero es periodista y analista político
Blog de Carlos Carnicero: http://www.ccarnicero.com/