XI Aniversario del asesinato del Obispo Munzihirwa -- Pilar Calvo

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Umoya

Obispo Munzihirwa.jpgEl 29 de Octubre de 1996 murió al atardecer, de un tiro en la nuca, Monseñor Christopher Munzihirwa, arzobispo de Bukavu (RDCongo), Mártir de la esperanza. Lo asesinaron varios soldados ruandeses, cumpliendo órdenes estrictas.
Si recordar es pasar de nuevo por el corazón, su memoria nos lanza a penetrar en la vida de un hombre que ?amó a su pueblo con pasión??. Tres fueron los valores que presidieron su vida:
-desde su total independencia del poder político, denunció con libertad y coraje las injusticias que sufría su pueblo. Su actitud y palabra nunca fueron neutrales.
-vivió como el Maestro la fraternidad, fruto de un amor sin límites, que no distinguía entre etnias y clases. Fue voz de los sin voz, grito en el silencio.
-sufrió el martirio, consecuencia de su voluntad irreductible por permanecer al lado de los que sufrían. Fue inmensamente coherente, él pagó con su sangre su valiente apuesta por la paz y la libertad.

Desde 1993, ejerció como pastor de su pueblo, su trayectoria y fidelidad evangélica se fueron radicalizando en servicio a los mas débiles. Le tocó vivir la dramática situación que en 1994 sufrió el país vecino, Ruanda, cuyas consecuencias derivaron en la llegada a su diócesis una oleada inmensa de refugiados ruandeses. Afectado profundamente al comprobar tanto dolor, se consideró pastor y hermano de todos.

Denunció el régimen de terror impuesto por el Frente Patriótico Rwandés (FPR) que impedía el regreso de los refugiados. Informó y denunció la inoperancia de la ONU y la comunidad internacional para poner freno al drama humano que se estaba viviendo. Denunció con fuerza y claridad, la complicidad y el apoyo tácito de las potencias occidentales a la política represiva del gobierno de Ruanda, y cuando ésta invadió el Kivu alzó su voz contundente, pero sus llamamientos no fueron respondidos. Es mas, EEUU consiguió durante esos días que el consejo de seguridad de la ONU levantara el embargo de armas impuesto de tal forma que, el régimen de Kigali, consolidó aún mas su poderío militar.

Al valiente Pastor, sostenido por su fe, calma y firmeza, sólo le quedaba su testimonio y la fuerza de la palabra que proclamaba la verdad delante del mundo. Junto a la coherencia de su vida, el testamento de sus cartas, mensajes y homilías, son referencia obligada para entrar y comprender su ser. Acabaron con la vida de un hombre, cuyo único delito había sido su fidelidad al seguimiento de Jesús, defendiendo la verdad y los derechos de los perseguidos.

A sus fieles de Bukavu decía: ?Los verdaderos discípulos de Cristo, no pueden declararse tales si no tienen el valor de ser servidores de todos, sin exclusiones, y sentirse solidarios con todos los pobres. Si a nuestra puerta llaman unos refugiados, debemos crear un clima de compasión, fuente de ayuda recíproca??.

Hoy como nunca, celebrar el XI ANIVERSARIO DE SU MUERTE, tiene que ser para nosotros un aguijón, un seguir sus huellas, haciendo vida sus palabras :
?Permanezcamos firmes en la fe, Dios no nos abandonará si nos comprometemos a respetar
la vida de las personas sean de la etnia que sean??.

¡ GRACIAS MONSE?OR CHRISTOPHER MUNZIHIRWA ¡