Devoto de la Carta de la Tierra, comprometido luchador social, filósofo del saber popular, crítico del capitalismo, el neoliberalismo, y preocupado de los procesos de construcción del socialismo, admirador de la sociedad cubana, monje de la justicia, cristiano irreverente con el imperio romano, como él mismo le llama a la institución de la iglesia católica, hombre muy sencillo, conversador, colmado de vida y buen humor, así vemos a Juan Hernández Javer, quien compartió con algunos miembros de CEPRODESO sus vivencias.
Juan, uno de los representantes de la lengua catalana para la Agenda Latinoamericana, considera que la misma le abrió los ojos por la causa del socialismo. Sin dejar de ser cristiano, se pronuncia contra los fundamentalismos religiosos, nos dice: “puede tener y ofrecer más paz un ateo que un creyente”, y agrega: “un buen religioso lo primero que tiene que hacer es respetar a los demás, es no querer para otros lo que no quiere para él, y ver que la causa de su lucha por lo justo está en todos sitios”, para este amigo su fe es una concepción de vida que pasa desde el diálogo con su yo, con su fe, con la iglesia católica, con la comunidad creyente, con el planeta tierra y su gente.
Es uno de esos tantos amigos que cuando llega a Cuba no pregunta por Varadero, ni cómo hacer turismo, vino para sentirse parte del pueblo, así caminó durante días solo, por las calles de Pinar del Río, entrando a los mercados que venden en moneda nacional, a tiendas en divisa, mercados agropecuarios, organopónicos, librerías, farmacias, estanquillos de prensa, bancos, museos y en cada lugar abría diálogo con los dependientes y con los que compraban, con la gente que se encontraba, hasta hubo quien lo engañó con un libro de Fidel y la religión, le cobraron por 7 u 8 veces su valor, aunque no tenía mucho dinero, cuando él descubrió el engaño, ya entre nosotros, se reía de él mismo.
Al día siguiente pasó por el mismo lugar y le ofrecieron otro libro de Fidel y la Religión, y allí con el doble sentido propio de su cultura dejó claro que “con una ocasión que te pillen basta”, no obstante, como admirador de Fidel no le dio importancia al asunto, para él un libro que versara sobre su dos grandes fe: el cristianismo y el socialismo, tenía cualquier valor.
Al hablar de los argumentos de su viaje a Cuba plantea: “la ilusión de conocer a un pueblo libre del neoliberalismo, un pueblo que no practica la demodura[2], aunque esperaba seguir viendo la imagen de “Fidel cortando caña, ahora en las nuevas generaciones de líderes, o al Che que no le gustaba ser ministro y se jugaba la vida”,
Ya al finalizar el diálogo, hace unos análisis de la “necesidad que tiene la iglesia católica de salir de las cenizas de esa organización, “Imperio Romano”, que genera dogmatismos, como si Dios fuera el Vaticano, así se nos presentan, como sabelotodos que juzgan antes de experimentar. Ningún líder, ningún estado, por grande que sea, puede descuidar cómo ser mejor servidor y agrega parafraseando a Gandy: “ojo por ojo, dentro de poco todos seremos ciegos”.
Juan, es un activista de los movimientos populares, no se siente cansado a pesar de sus más de 70 años, se energiza leyendo y llevando a la práctica una filosofía de vida muy coherente con sus palabras, es un luchador contra la guerra de Irak, contra la ignorancia de políticos como Aznar, defensor del planeta Tierra como patrimonio universal, es un hombre cristiano, antes que otra cosa, un cristiano crítico y de izquierda, que visto desde los ojos de quienes compartimos con él, es un paradigma de ser humano, con muchísimas páginas de lectura, con una filosofía de vida clara y meridiana, con una rica experiencia de luchas políticas desde la Republica Franquista, lo vimos como un rico, muy rico, con una fortuna de ideas que va diseminando por el mundo, repartiendo su herencia acumulada, vimos a Juan como la esperanza de llenar al mundo con gente que piense y actúe así.
Gracias, hermano Juan, gracias por la frescura de asumir la vida tal y como es, sin regodeos de palabras y de actos, por tu pedagogía del ejemplo, por lo que nos pusiste a pensar, retomando viejos y actuales temas con la luz del mañana, desde la tenue luz de nuestra casa.
Un abrazo guajiro Juanfri
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Nota:
[1] Juan Hernández Javer, aunque es oriundo de Barcelona, en tierra mallorquín lleva viviendo muchos años y sus amigos lo adoptan como coterráneo. [2] Mezcla de democracia y dictadura.