VIAJE PASTORAL. Editorial de El Correo

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El Correo

El Papa finalizó el domingo su viaje a Brasil, eminentemente pastoral, inaugurando la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Una reunión en la que estarán latentes las dificultades que atraviesa el catolicismo en Iberoamérica ante, entre otros fenómenos, el empuje del proselitismo sectario. Corrientes de la Iglesia católica han venido defendiendo que tanto el mensaje como la labor misional y la pastoral se adecuen a las tradiciones culturales y a las circunstancias sociales.

Frente a esta visión, Benedicto XVI ha abogado por fortalecer la posición del catolicismo en torno a la «fe en el Dios Amor», «comunicando eficazmente el mensaje de Cristo» contenido en el Catecismo y en la Doctrina Social. «La Iglesia no hace proselitismo. Crece mucho más por atracción», llegó a decir.

Del desarrollo de la V Conferencia dependerá el grado de autonomía de las iglesias de Latinoamérica, aunque de la detallada exposición que efectuó el Papa cabe deducir que está en su ánimo acotarla. Aunque atribuyó el «debilitamiento de la vida cristiana» al secularismo, al hedonismo o a la indiferencia, sus palabras subrayaron la responsabilidad que afecta a la propia Iglesia y a cada creyente. Para Benedicto XVI sería el «encuentro con Dios» lo que procuraría el «encuentro con los hermanos», al tiempo que advirtió de que «donde Dios está ausente» no se produce el consenso moral en torno a la equidad, con las renuncias que ello implica. Aunque no dudó en admitir que los no creyentes pueden vivir una moralidad elevada y ejemplar.