VER PARA CONTAR: EL OBISPO Y LA FALANGE. Victoria Lafora

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El Plural

Es más que un obispo, es el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián quien ha recomendado a sus fieles la conveniencia de votar a partido de extrema derecha, entre ellos a Falange Española.
Al margen de las reiteradas intromisiones de la actual jerarquía católica fuera del ámbito de la fe, se supone que su territorio, resulta mas llamativo este ?consejo?? sobre el voto viniendo de un religioso que fue discípulo dilecto del cardenal Tarancón.

Fue promocionado por el cardenal más respetuoso con la democracia y los derechos humanos y todo hace pensar que, o bien se le han olvidado sus enseñanzas, o su avanzada edad: 78 años le traiciona.

En cualquier caso lo que claramente ha olvidado es el dicho de ?al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios?? porque una cosa es instar a los fieles a apoyar partidos que defiendan ideologías próximas a la Iglesia y otra facilitar siglas de formaciones ultramontanas. Dados los tiempos que corren que un alto cargo de la Conferencia Episcopal pidiera el voto para un partido de izquierda sería noticia de primera página pero aún así tampoco estaría justificado.

El voto forma parte de la vida civil del individuo y este país, aunque no le guste a la jerarquía católica, es un Estado laico. Las elecciones forman parte de la vida democrática y no tiene nada que ver con el mundo de las creencias o de la vida religiosa. Voten los obispos a quienes quieran y dejen en paz a la ciudadanía.

Considera Sebastián que organizaciones como Comunión Tradicionalista Católica, Alternativa Española o Falange no pueden ?considerarse obligatorios pero si dignos de apoyo??. Con frases como esta se entiende mejor la ?cruzada?? que emprendió el prelado en el año 2003 contra el Parlamento de Navarra por una declaración institucional en la que se mencionaba el papel de la Iglesia en la ?desaparición?? de tres mil personas fusiladas en el verano del 36 por ser afines a la Republica. En esos fusilamientos llevados a cabo por partidas, organizadas por los sublevados, algo tuvieron que ver determinados falangistas.

En la misma conferencia, en la que Sebastián pidió el voto a la extrema derecha, se extrañaba el prelado de la deserción silenciosa en las filas católicas y no dudo en culpar a la Teología de la Liberación al propagar ideas revisionistas. Con lo fácil que sería mirar hacia dentro y comprender que con semejantes planteamientos y abandono de la defensa de los pobres no es que se vayan a quedar solos es que, cada vez más, son un anacronismo.