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Si alguien dijera que Venezuela, a pesar de sus errores, es un país mucho más democrático, libre y fraterno que España, la mayor parte de los españoles dirían que se está mintiendo. A pesar de ello, y en honor a la verdad, habría que sostenerlo a costa de las exacerbadas críticas que se puedan recibir, que nunca serán fundamentadas con datos reales, sino, como suele ocurrir en este país, embarranadas con desacreditaciones, notables infundios o perversos sesgos.
Los distintos gobiernos españoles de González, Aznar o Rajoy, siempre favorecieron descaradamente a la golpista oposición venezolana alineada, igual que ellos, no a los intereses patrios de la población sino a los mezquinos réditos neoliberales.
Cuando Rajoy dice que España va mejorando, no se equivoca, pero quien verdaderamente está mejorando son las grandes fortunas, empresas o bancos e incluso la privilegiada clase política, pero los escandalosos datos de desigualdad español, que nos sitúan como farolillo rojo europeo, demuestran que los índices de pobreza continúan aumentando, que la precariedad laboral continua en alza y, por tanto, elevándose el número de trabajadores pobres, también la pobreza energética cada vez es mayor, las tasas de jóvenes desempleados son alarmantes y que los pensionistas continúan perdiendo, año tras año, un significativo poder adquisitivo. Luego la España de los ricos va mejor, pero los españoles van peor.
Cuando Susana Díaz, se atrevió a decir que en Andalucía las Mareas blancas no habían salido a las calles, las carcajadas se escucharon hasta en el Polo Norte. Sin embargo no tuvo el menor pudor en hacerlo.
Cuando su padrino aparece por España con el jersey de los 80 o la chaqueta de pana de los 70, para vociferar contra Venezuela, en sintonía con su primo hermano Uribe, fundador delos sanguinarios paramilitares colombianos- ?escuadrones de la muerte??-, desprestigiar a Podemos o montar un golpe en su partido, que terminó provocando el consabido ?no, pero sí??, no existe un socialista integro que se le revuelvan las entrañas.
Cuando a pesar de los gravísimos e interminables casos de corrupción por parte de los dos partidos que se han ido alternando en el poder, estos continúan negándolo o presionando la complicidad judicicial, hasta tal extremo de que ya sabemos todos lo que opinan los españoles de una Justica igual para todos.
Cuando no les importan el sufrimiento familiar provocado por los inhumanos desahucios, violan la Constitución derogando el artículo 135, aprueban una dictatorial Ley Mordaza, avalan un Tratado de Libre Comercio ofreciéndole la soberanía a las transnacionales o venden y privatizan todo el patrimonio industrial y social español.
Cuando un presidente español miente para justificar la entrada de España en una guerra que ha costado millones de muertes, condena al ostracismo de un país y, de rebote, un acto terrorista que se llevó la vida de cerca de 200 españoles.
Cuando ocurre todo esto y mucho más, ¿cómo creer en la veracidad de sus palabras?, ¿cómo creer que su conciencia democrática e intereses no están condicionados a los dictados que les marcan los Mercados? y ¿cómo no creer que sus voluntades se alinean con los gobiernos neoliberales y se enfrentan contra las alternativas a estos? De no ser así, hubiesen denunciados los flagrantes golpes de Estado contra Chávez, Zelaya, Lugo, Dilma e intentonas contra Correa, Evo??Y tampoco estarían callados con el genocidio de Israel contra Palestina, la desaparición de los 43 muchachos mexicanos, los continuos asesinatos de periodistas en México y Honduras o los persistentes asesinatos de líderes indígenas, campesinos o sindicalistas en Colombia.
Y ahora, comparemos algunas realidades venezolanas y españolas.
?? Venezuela dedica a la Inversión social (como así se le llama) el 73% de su presupuesto. En España el Gasto público (como así se le llama), en el 2015 supuso un 43,8% del PIB.
?? La tasa de desempleo en Venezuela se sitúa en torno al 8%, mientras que en España gira en torno al 20%.
?? Venezuela es la 5ª a nivel mundial en tasa universitaria, siendo la enseñanza desde la primaria a la universitaria totalmente gratuita. Mientras que España, cada año más rezagada en universitarios egresados, también ocupa un deshonroso puesto, según informe Pisa, en la calidad de la enseñanza y en el fracaso escolar.
?? En Derechos Humanos, según informe anual de la ONU de 2014, por ejemplo, Venezuela aprueba con leves referencias, mientras que España suspende con serias advertencias en derechos civiles, sociales, laborales y de emigración.
?? En los últimos 8 años en Venezuela se han construido más de 1 millón quinientas mil viviendas sociales, mientras que en España, en el mismo periodo de tiempo, se han producidos más de 600.000 desahucios.
?? En los últimos 10 años, Venezuela ha acogido a cerca de 5 millones de inmigrantes colombianos, que disfrutan de un empleo digno, así como salud y educación gratuitas. Y, no pocos, ya han recibido una vivienda social. Todos sabemos cómo trata España a la inmigración y a los refugiados.
?? Los consejos comunales son la forma de organización más avanzada que pueden darse los vecinos de una determinada comunidad, o también grupos gremiales, para asumir el ejercicio real del poder popular. Es además, la instancia básica de planificación, donde el pueblo formula, ejecuta, controla y evalúa las políticas públicas. El consejo comunal representa la base y esencia sobre la cual se construye la democracia participativa y protagónica que plantea la Constitución Bolivariana. Los consejos comunales reciben de los estados respectivos (Comunidades autónomas en España) el 50% del presupuesto de cada año para sus proyectos. En España sería impensable su creación, donde, hasta los propios ayuntamientos están perdiendo soberanía.
?? También se podría hablar de las múltiples Misiones puestas en marcha. Como la Misión Música, Amor Mayor, Sonrisa, Niño Jesús, Barrio Adentro??Detrás de cada una de ellas subyace un proyecto de amor hacia el pueblo, principalmente a los más necesitados.
¿Por qué entonces tantas mentiras, infundios, falsedades y ocultaciones de logros? Al igual que en Oriente Medio, no les importan la destrucción de unos país, ni las consecuencias de millones de muertos, ni su empobrecimiento y sufrimiento por muchísimos años. Su esquizofrénico objetivo consiste en apoderarse de sus recursos, y que la sociedad mundial no reconozca otra alternativa distinta a la capitalista, fundamentada en la Igualdad, la Libertad y la Democracia. Se les acabaría el negocio.
Venezuela, desde que Hugo Chávez tomó el poder gubernamental y enseñó sus credenciales de Igualdad, fraternidad y soberanía popular, no ha tenido un momento de respiro en estos 18 años: un golpe de Estado y 5 cinco intentonas, continuas guerras económicas y de divisas, y persistentes ataques mediáticos. Y con un único Proyecto opositor; desestabilizar a la revolución bolivariana. ¿Cómo hubiesen tratado en España a un golpista? La hipocresía española que recibe con honores a la esposa de Leopoldo López, cuya intentona costó la vida a 43 personas y cuantiosísimos daños al Patrimonio venezolano, bien sabemos todo el tratamiento que le hubiesen aplicado con la Ley Mordaza. En España, sí que existen presos políticos y no en Venezuela.
La arremetida actual radica en la gran discusión entre el presidente Maduro y la Asamblea Nacional, con mayoría de la oposición, sobre las actas de tres diputados de Amazonas que, entre otras muchas irregularidades altamente demostradas, compraron votos, lo que obligaría a repetir la elección de estos tres diputados. La Asamblea Nacional, no sólo desoye la petición del Tribunal Supremo, sino que, atribuyéndose un poder que no le corresponde, vota, con excepción del partido Chavista y otro minoritario, conociendo la extrema gravedad del asunto, la destitución del presidente Maduro y propone convocar elecciones en un mes.
Venezuela, se basa en un sistema político presidencialista, donde el presidente lo elige directamente el pueblo, a diferencia del español donde es el parlamento quien vota al presidente. De forma que cuando la Asamblea Nacional decidió deslegitimar al presidente Maduro, se estaba poniendo al margen de la Constitución. Los gobiernos Neoliberales y medios internacionales, y por supuesto España, callaron ante esta aberración o ilegalidad, frotándose las manos en espera de que fraguara el ?Golpe?? al estilo que le practicaron a Zelaya, Lugo o Dilma.
Al igual que el constitucionalismo europeo, cuando se sucede un conflicto entre poderes el Tribunal Supremo puede asumir la competencia del Parlamento en los casos que fuera necesario. El Tribunal Supremo no ha disuelto la Asamblea, pero si la ha declarado en situación jurídica de desacato. Como es lógico.
Es de una irresponsabilidad total, como algunos dirigentes gubernamentales y políticos españoles están llamando a desobedecer el estado de derecho en Venezuela y la decisión del Tribunal Supremo, aduciendo hipócritamente que se ha producido un Golpe de Estado. Su crueldad e insensibilidad ante el sufrimiento humano es tal, que no les importaría ver sumida a Venezuela en una terrible guerra civil, con tal de conseguir sus logros económicos y políticos y apagar, al mismo tiempo, cualquier digna alternativa que persiga la felicidad de todos y no de unos pocos.