«Siempre he fustigado el desatino de ETA», dice en ETB
Recuerda que ha presidido ‘todos los funerales’ de las víctimas de ETA
Uriarte recordó que ha presidido «todos los funerales» de las víctimas de ETA
Uriarte: «Las críticas a Munilla no romperán la unidad de la Iglesia guipuzcoana»
Uriarte se despide de los curas contrarios a Munilla
Uriarte insta a los diputados a «seguir su propia conciencia por encima de sus partidos»
Munilla, sucesor de Uriarte en San Sebastián
Uriarte presidirá el lunes una misa por los mártires de la UCA
Munilla será el sucesor de Uriarte en San Sebastián
Uriarte asegura a sus curas que Munilla no será su sucesor
Uriarte defiende el diálogo frente a «la simple aplicación de la ley vigente»
La Iglesia vasca se prepara para la marcha de Uriarte
El Obispo Uriarte expresa su cercanía con los familiares de los presos de ETA Forum Europa Tribuna Euskadi con Juan María Uriarte La iglesia y los presos de ETA Es tiempo de sufrimiento para la comunidad cristiana de Guipúzcoa, para su presbiterio, para el obispo que sale y para el obispo que entra
¿Se ha sido injusto con Uriarte? Sí, ha sido un pastor de todos, cercano y abierto
No. Su equidistancia entre víctimas y verdugos resultó lamentable
Nos acordaremos de él cuando veamos hacer a Munilla
La historia hará justicia a Juan María Uriarte
Juan María Uriarte, afirmó hoy que «la paz verdadera» lleva consigo «la pacificación, la concertación política y la reconciliación, que es imposible sin buscar toda la verdad, sin practicar la justicia y sin ser capaces de perdonar y de pedir perdón». Asimismo, se mostró «dolido» por las críticas contra la Iglesia de «equidistancia» con las víctimas del terrorismo, y aseguró que ha «fustigado fuertemente, cientos de veces, el desatino de ETA».
En una entrevista concedida a ETB, Uriarte dijo que, en relación a la consecución de la pacificación en Euskadi, «más que de optimismo hablaría de esperanza».
Tras precisar que no es «analista político» y no tiene «datos de primera mano para saber si la cosa está más cerca», consideró que «la paz verdadera, la paz sólida y estable, lleva consigo una trilogía: por una parte la pacificación, por otra parte la concertación política y por otra parte la reconciliación».
Uriarte, que el próximo 9 de enero dejará el Obispado, deseó que «pronto se nos acabe, cuanto antes, hoy mejor que mañana, la pesadilla de ETA» y esperó también que «esta sociedad encuentre unas fórmulas para vivir de una manera consensuada y unida».
Asimismo, dijo esperar «que exista una reconciliación» que, a su juicio, «es imposible sin buscar toda la verdad, sin practicar la justicia y sin ser capaces de perdonar y de pedir perdón».
Víctimas
Por otro lado, aseguró que le han «dolido mucho» las críticas de «equidistancia» de la Iglesia vasca con las víctimas y lamentó que «se ha dicho más, más que equidistante, se ha dicho que estábamos mas cerca de los verdugos que de las víctimas y esto no sé de dónde se puede decir».
En ese sentido, recordó que él ha presidido «todos los funerales que se han celebrado con respecto a las víctimas de ETA» y ha «fustigado fuertemente, con palabras enérgicas no una vez, sino cientos de veces, el desatino de ETA».
Asimismo, aseguró que ha mostrado su «identificación» con las víctimas y las ha visitado. «Naturalmente, yo no he llamado a los periodistas para que vengan detrás de mí y me saquen de una foto cuando voy a visitar, pero he visitado a un montón de víctimas», insistió.
«Por el hecho de que en ocasiones uno haga una alusión al sufrimiento de los familiares de los presos, que son 700 en el País Vasco, o por el hecho de que uno haga alusión a que es preciso respetar los derechos humanos intangibles de las personas, aunque sean los mayores criminales del mundo, ¿eso qué es?, ¿es inclinación hacia ETA y sus secuaces o es humanismo?», se preguntó. En su opinión, es «humanismo, que nace del Evangelio y de la fe, y eso es lo que he intentado hacer».
La llegada de Munilla
Juan María Uriarte, ha mostrado su preocupación por que la unidad eclesial «no quede cuarteada» tras la designación de José Ignacio Munilla para sustituirle al frente del Obispado, aunque ha matizado que «no está cuarteada», pero «sí herida».
Uriarte, se ha referido a la polémica suscitada por el nombramiento de Munilla -el 77% de los párrocos guipuzcoanos han expresado en una carta su disconformidad- y ha considerado que «es tiempo de sufrimiento para la comunidad cristiana de Guipúzcoa, para su presbiterio, para el obispo que sale y para el obispo que entra».
Según ha indicado, a todos ellos les tocará «ir restañando la unidad, sin la cual la vida eclesial pierde un valor esencial y el testimonio eclesial se vuelve opaco».
Uriarte ha afirmado que en cuanto supo de la designación de Munilla pensó que habría «remolinos interiores», que «tampoco se pueden ni machacar con la coacción ni controlar como uno quisiera», según ha indicado.
Ha considerado que es «muy importante» ver «cómo se va a situar en el futuro este obispo ante esta comunidad» y viceversa.
Intermediario con ETA
Por otra parte, Uriarte ha asegurado que volvería a intermediar con ETA en la búsqueda de la paz y ha señalado, como conclusión de la labor de mediación que desarrolló en la época del Gobierno de Aznar, que «una proceso de estos puede descarrilar fácilmente cuando se interfieren ideologías muy compactas, maximalismos, desconfianzas, intransigencias».
En su opinión, «es preciso ser muy prudente y llevar las cosas por la vía discreta».
Uriarte ha deseado que pronto acabe «la pesadilla de ETA» y que la sociedad encuentre «fórmulas para vivir de manera consensuada y unida».
(RD/Agencias)