Sí, una mirada nueva.
Unos ojos nuevos que nos hagan ver de forma diferente.
No es una nueva mirada.
No.
No es volver a ver, a mirar, pero con los mismos ojos.
Se trata de un corazón nuevo, una piel nueva, unos ojos nuevos, una mirada diferente que nos cambie la vida.
Deseo, pero como un seísmo profundo que haga crujir el sistema de mi vida,
que estas fechas no sean sólo cambiar el calendario,
un recuerdo ortopédico complaciente,
una mirada hacia atrás o hacia otra parte,
un descolgarme del presente.
No.
Quiero tener los ojos de ese niño que sufre,
de la madre indefensa que lo acuna, del trabajador esclavo,
de la victima,
que me hagan ver con la mirada nueva.
No sirve una nueva mirada.
No
Quiero tener el corazón de la mujer maltratada,
del enfermo olvidado,
del emigrante excluido, del viejo que estorba.
Deseo que mi piel sea la piel del que pasa frío,
mi boca la del sediento, mi voz la del silenciado.
No puedo, no podemos, cambiar como un ejercicio estético,
con un cambio de imagen o un vago deseo de buena voluntad.
No es eso.
No sirve una nueva mirada.
No.
Porque en la vida, en la vida real, no existe el zaping;
el zaping es olvido, destrucción, muerte.
Lo que quiero es una mirada nueva.
Sí
Quiero una mirada nueva, para ti, para mí, para nosotros, que nos permita la esperanza.
Lina y Paco
Sevilla Navidad 2007 y año 2008