En pleno centro de Nápoles, junto a la catedral y la universidad, el padre Luigi Merola, de 33 años, se encontró hace seis años con Forcella, un barrio abandonado por la mano de Dios y del Estado. La única institución sólida era de la mafia: el clan Giuliano. Su llegada causó desconfianza, a la primera misa participaron sólo tres personas. El contexto no ayudaba: la ilegalidad generalizada, la ausencia del Estado, el barrio no tenía escuela ni centro parroquial?? no había farolas porque en la oscuridad se traficaba mejor.
?He intentado desde el primer momento hacer algo concreto. Con la ayuda de algunos estudiantes universitarios hemos abierto el centro parroquial y empezado a dar clases a los que van mal en el colegio, pero el cambio definitivo ocurrió cuando
asesinaron a Annalisa, una niña de 14 años, durante un enfrentamiento entre clanes. Ese día decidí que su muerte no debía pasar en silencio, sino que obligase a todos a abrir los ojos??.
El compromiso del Padre Luigi y el ataque que lanzó desde el altar a la mafia, el día del funeral de Annalisa, le trajo más amenazas de las que ya había recibido. ?l y el padre de la menor trajeron al barrio a la guardia civil, causando alta la tensión y molestia a los señores de la mafia.
En marcha
Sin embargo desde entonces han cambiado muchas cosas en Forcella; se han encendido los reflectores, han llegado los medios de comunicación y las instituciones públicas se han puesto en marcha.
Con la intención de seguir difundiendo la cultura de la legalidad se ha creado la Asociación Annalisa, que se dedica a dar clases en las escuelas a los padres de familia y ciudadanos en general. ?Se empieza por cosas pequeñas, por ejemplo evitar comprar discos piratas cuyas ganancias alimentan a los boss de la mafia??.
Para no depender de los potentes es necesaria la cultura y la formación, Forcella tiene 10.000 habitantes y el 85% ha hecho sólo quinto de primaria. En los últimos años se ha conseguido que el Estado abra una guardería y una escuela primaria, en septiembre empezarán tres clases de 6°, 1° y 2° de la ESO. En la parroquia funciona un taller con 10 ordenadores donde se organiza cursos de informática para unos ochenta chicos.
Siguiendo las iniciativas del párroco han nacido otras propuestas culturales como las de la asociación Proodos, que ha constituido un centro de agregación juvenil donde se realizan talleres de teatro en las casas confiscadas al boss Giuliano.
Premio
En noviembre del 2005 el Padre Luigi recibió el premio Paladino de la Infancia de la Comisión parlamentaria; 40 mil euros que han servido para reestructurar el teatro de la parroquia. El premio ha hecho llegar otras donaciones que van a permitir organizar el primer campamento de verano para los chicos del barrio.
?Los jóvenes y los niños nos siguen, pero los adultos nos miran todavía con desconfianza por miedo, por costumbre?? el clan Giuliano, además de hacer tráficos ilícitos, pagaba alquileres y facturas para tener la dependencia de la gente necesitada. Hace poco hemos creado una cooperativa de servicios llamada El Sueño que da trabajo por ahora a 10 cabezas de familia: fontaneros, pintores, artesanos?? Y para los artistas jóvenes, que hasta hoy dedicaban al mercado de los falsos, hemos pensado a una marca ?made in Forcella??: zapatos, bolsos, monederos, con la marca del barrio. Un producto típico nuevo que nos haga ser conocidos en el mundo por algo positivo??.