Traperos de Emaús de Madrid se concibe en el año 1984 como un taller ocupacional del grupo de Entrevías de la Coordinadora de Barrios. La mayoría de sus componentes habían sido drogodependientes con dificultades sociales graves. Tras un periodo de aprendizaje se constituyen como Asociación sin ánimo de lucro en el año 1987, y finalmente se dan de alta en el registro de Asociaciones en 1989.
?Nuestra filosofía de acción es aumentar el número de personas que trabajan en nuestra asociación de manera que crezcamos beneficiando a más personas y no aumentándonos los sueldos los que ya formamos parte de Traperos??. Así consta en sus documentos y así lo viven diariamente esta veintena de personas que busca su integración en la sociedad a través de la inserción laboral. Esta es su peculiar rentabilidad; invertir en oportunidades para otras personas, no aumentar los beneficios de los que ya están dentro. La demostración palpable de que esta singular idiosincrasia funciona es que siguen trabajando después de más de veinte años.
?Consideramos que lo que tiene mas importancia a nivel laboral es la preparación y el apoyo a gente que de otra manera no tendría oportunidades, por lo que vivimos como éxito el que las personas que han estado con nosotros consigan un trabajo normalizado??. A lo largo de todos estos años han pasado por Traperos unas 400 personas. La mayoría ha encontrado un trabajo, otros continúan la lucha en diversas organizaciones, otros incluso han montado ya su propia empresa y otros, siguiendo el curso de la vida, han muerto. La permanencia de los que llegan a trabajar en Traperos es muy variada. Los que entran permanecen con el grupo un promedio de 6 meses. Uno de cada cinco se mantiene durante más de un año y dos de cada cinco de los que se van vuelven a unirse al grupo durante otros tres años. La base más sólida para que Traperos de Emaús tenga continuidad se sustenta en un equipo de 15 personas que trabajan muy de cerca con el grupo desde hace cinco o diez años; algunos, incluso desde sus inicios.
Jóvenes en riesgo
Los jóvenes que acuden a la nave ubicada en Vallecas, muy cercana al núcleo urbano, o a las tiendas del rastro de Madrid llegan atraídos fundamentalmente por los Talleres de Reparación que vienen desarrollando desde hace cuatro años.
Traperos de Emaús está dirigido a personas en riesgo de exclusión social, con muy pocas posibilidades de encontrar el primer empleo debido a su desventaja socioeconómica, cultural y familiar, su falta de calificación y su situación de marginación y desadaptación. La principal dificultad que tienen estas personas es la de asumir que es necesario tener una formación y trabajar para poder lograr una verdadera integración en la sociedad. Son chavales que han fracasado en la escuela, que no han logrado finalizar una formación básica reglada ni tienen un titulo oficial. Que por su retraso y su fracaso escolar ya no se pueden reincorporar al sistema educativo y que han vivido una experiencia muy negativa de rechazo al mismo. En su gran mayoría han cumplido muchos años de condena o padecen enfermedades crónicas que les imposibilita para un trabajo ?normalizado??.
Aprender a trabajar
Viven en el seno de una familia con problemas, en una situación de desestructuración. Con ausencias de modelos paterno, materno o ambos: familias con nulos o escasos ingresos (muchas de estas familias sobreviven gracias a la pensión que pueda recibir la abuela o abuelo que convive con ellos, otras se dedican a la venta ambulante??) con muchos miembros dependientes.
Estos chavales han aprendido desde pequeños a pasar la mayor parte del día en la calle, con lo que esta situación implica: aprenden a ?sobrevivir??, se relacionan con otros chavales en su misma situación, y sufren la influencia de la calle como elemento negativo (tienen mucho tiempo libre sin ocupar, disponibilidad de drogas, etc.)
Es importante entender que en su casa pocas personas han trabajado con un contrato o por cuenta propia, y en muchas ocasiones han vivido como el padre, la madre o los hermanos han pasado a engrosar las listas del desempleo. Por tanto, el concepto de trabajo, asunción de responsabilidades y hábitos laborales, etc. es necesario trabajarlo con ellos desde el principio.
Muchos de ellos son extranjeros inmigrantes, menores de edad, que están en situación de regularización de papeles, sufren la desventaja de su condición de inmigrantes, las dificultades para entender y expresarse en español, en muchas ocasiones el rechazo y la dificultad para acceder a los recursos comunitarios de su entorno.
Talleres
En Traperos encaminan la inquietud y la curiosidad de los chavales para que asistan a los talleres de Carpintería y Separación de Metales. La principal dificultad de la asociación es poder dar cabida a más de estos chavales debido que cuentan con muy poco espacio en sus talleres actuales. Debido al tamaño de la nave tampoco pueden abrir un taller de recuperación de ordenadores, reparación de electrodomésticos y aparatos eléctricos. Esto hace que disminuya considerablemente el número de personas que podrían beneficiarse de Traperos de Emaús.
Sin subvenciones
Actualmente la asociación no recibe ninguna clase de subvención ni gubernamental ni privada por lo cual se mantiene de las recogidas y venta de muebles y enseres.
Las recogidas se realizan en la ciudad de Madrid y la venta en el tienda ubicada en el típico rastro de la capital. ?Hay que tener en cuenta que entre nosotros hay algunos enfermos, parte de ellos graves, alguna persona cumpliendo condena en tercer grado penitenciario, etc.??, explica Araceli García, miembro de Traperos de Emaús. ?Como la sociedad cambia nosotros también, por lo que actualmente la gente que compone Traperos de Emaús pertenecemos a cuatro nacionalidades diferentes, pero todos intentamos amoldarnos a nuestros idiomas, costumbres y religiones, aprendizaje muy útil para el crecimiento personal y social??.
Para más información: http://www.traperosmadrid.org/