Todos íbamos a ser Universitarios -- Paul Buchet, Consejo Editorial de Revista Reflexión y Liberación.

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Reflexión y Liberación

Las desigualdades se mantuvieron y además, se está creando una nueva elite quizás más perniciosa que la anterior…
Existen expresiones que simulan un acuerdo de principios y la idea de la?? igualdad de oportunidades para todos» es de esas. ¿Quien se atrevería a pensar que este concepto es equivocado o injusto?

Estos últimos años, hemos pasado de una política de protección social (para paliar los desbordes del neoliberalismo) a una política que promete una igualdad de oportunidades a los sectores menos favorecidos precisando que es por la educación que las desigualdades se pueden aminorar.

En realidad muchos políticos plantean la educación como el camino para Chile de llegar a ser un país «desarrollado».
Sin entrar en ese dogmatismo criticable del crecimiento económico, de la economía de mercado y de las finanzas globalizadas, podemos preguntarnos acerca del objetivo de asegurar una igualdad de oportunidades por la educación en Chile.

La movilización estudiantil que se viene alargando nos obliga a profundizar nuestra reflexión en la materia. No basta darle vueltas al cuestionamiento del » lucro» en la educación, se debe empezar a hacer un balance realista de los esfuerzos educativos del país.
Después de las entradas masivas en la enseñanza universitaria, después de las mejorías ya realizadas en la enseñanza secundaria por la jornada escolar única, las mejorías de infraestructuras, la proliferación del preescolar, debemos preguntarnos por los logros de esta política educacional. Por cierto, el ?plus?? de formación de las últimas generaciones ha servido para el progreso económico que se pretende lograr en el país pero nuestra pregunta precisa es si, a caso, las políticas educaciones lograron mejor igualdad de oportunidades en la sociedad y en definitiva mayor justicia social.

La discusión en torno a la reforma tributaria revela la crítica creciente al dogma de la educación como panacea para el futuro del país. La persistencia de los paros, tomas y manifestaciones estudiantiles también demuestran que crece la desconfianza en el sistema educacional actual para lograr una sociedad más justa. Las desigualdades en la calidad de las universidades y los liceos, colegios, parvularios fiscales y particulares, acreditados y no, subvencionados o pagados, la desigualdad entre un diploma y otro, la desigualdad de salir profesional con o sin deudas y esto sin considerar a todos los que cayeron del sistema ya sea por problema económico familiar ya sea por no lograr el nivel exigido o simplemente por dejación, todo esto denuncia la falta de resultado en la política de búsqueda para igualar las oportunidades de los sectores menos favorecidos.

Las desigualdades se mantuvieron y además, se está creando una nueva elite quizás más perniciosa que la anterior. La estrategia de competitividad aplicada a todo lo largo de la educación opera contradiciendo toda igualdad social. Los mejores alumnos como las instituciones educacionales ?de excelencia?? acaparan los mejores recursos, los mejores profesores, las mejores oportunidades de perfeccionamiento y de empleos. Esta ?meritocracía?? de una nueva clase (media alta?) distorsiona aún más la sociedad porque estos nuevos profesionales y emprendedores emergidos de las clases más bajas o de sectores marginales abandonan su solidaridad con los ambientes de su origen social cuando surgen. Es lamentable por ejemplo ver algunos nuevos profesionales o empresarios indígenas olvidarse de su raza cuando gozan de los resultados de sus meritos educacionales.

El individualismo que crea el sistema educacional es el peor veneno para paliar las injusticias del sistema económico. La competividad en la educación es un juego cruel que junto con toda la violencia de la publicidad y de los medios de comunicación dan el contexto que explica las violencias callejeras de los estudiantes y no estudiantes de hoy. Las frustraciones crecen con los engaños de un sistema que se mantiene ciego a la verdadera justicia social.

La educación no es el solo sistema equivocado. Si uno quiere examinar la pretendida igualdad de oportunidad que se ofrece a las mujeres con el pre y post natal, con las salas cuna, los parvularios?? ¿A caso ser obligada de trabajar a demás del marido, para poder mantener su hogar, es una igualdad de oportunidades? Es, ésta la realidad de la mayoría de las mujeres que benefician de esta ley. Ese tipo de medidas tienen más el propósito de blanquear las desigualdades que de solucionarlas. Las mujeres que pueden equiparar sus diplomas a sus colegas varones, ¿a caso ganan igual?

Que los sociólogos analicen la realidad de los progresos sociales en materia de salud, de alojamiento, de calidad de vida. ¿Dónde ejercen los mejores médicos? ¿Qué diferencia existe entre Fonaza e Isapres? ¿En cuantos metros cuadrados viven? ¿Con qué pensión van a jubilarse?
También es interesante recoger algunas experiencias internacionales como, por ejemplo, el surgimiento de una clase media negra en los Estados Unidos que podría celebrarse como el ocaso de la desigualdad racial pero que en realidad calla los ghetos que se pusieron más negros y más pobres sin contar con el problema de las inmigraciones.

Llama también la atención el surgimiento de nuevos (inmensamente) ricos Rusos y Chinos después de los petroleros Árabes. La desproporción de sus riquezas respecto al resto de la población de sus países no escandaliza tanto como el derroche que tienen de sus riquezas. Gastan plata estúpidamente sin darse cuenta de la trampa que a su riqueza privada corresponde una miseria pública insostenible a la larga.
¿Cómo estamos en Chile con el 10 % mas ricos?
Es fácil marginar a los campesinos del sistema económico vigente pero el sector es todavía importante y muchos indígenas viven este estilo de vida. Las políticas en la materia apuntan a llevar muchos a asalariarse o a servir el mercado existente pero, en la práctica, no les ofrecen oportunidades reales para el modelo de vida que tienen.

La condición obrera no puede seguir la clase de los vencidos, de los que no se lo han podido para más. La enseñanza técnica no puede seguir el pariente pobre o mejor dicho lo menos subvencionado y menos becado??
Existen muchas competencias y cualidades que el sistema económico y su aliado el sistema educacional ignoran y que merecen ser tomada en consideración para crear más justicia social. Sólo el reconocimiento y el fomento de la diversidad y de la originalidad puede asegurar un verdadero progreso humano; desgraciadamente la participación social hoy día opera exclusivamente con un trabajo productivo comercial y un consumo desenfrenado.

El ser humano puede encontrar su realización en el arte, en el servicio social, en la política, en el deporte, en las religiones, en la investigación científica libre, en la atención de los menos validos, los ancianos?? Existen muchos sectores de realización individual y social que son poco o nada promovidos en nuestra cultura globalizada, dejado como preocupación para el voluntariado. La protección social que ejerce el gobierno es paliativa.
Debemos cambiar nuestros ?chips??. La igualdad de oportunidad es un mito. Mejor recurrir a otros principios básicos para organizar nuestra sociedad y proveer su futuro.

Para citar uno : la moral personalista (de ayer) había recuperado una idea del Nuevo Testamento (Hechos2,45) para normar la justicia distributiva, proponía como ideal para la justicia social ?otorgar a cada uno según sus necesidades?? junto con ? pedir de cada cual según sus capacidades??.
El que necesita sabe mucho más de las soluciones a los problemas y de las mejorías a aportar y él que no necesita realiza puras necedades.

Decía Jesús: ?Bienaventurados los pobres, porque suyo es el Reino de Dios??(Lc 6,20).
Leamos las parábolas de los obreros de la undécima hora (Mat. 20) , la parábola de los talentos (Mat. 25,14ss) sin olvidar la del rico con sus fiestas espléndidas (Lc 16,19ss).