A la seleccionadora del equipo español de natación sincronizada no le han renovado el contrato, pese a haber conseguido cuatro medallas olímpicas, 26 en campeonatos mundiales y 25 en europeos. Ello ha generado un debate sobre si la entrenadora maltrataba psicológicamente a sus nadadoras o si tan sólo las sometía a durísimos entrenamientos para lograr una medalla.
En el fondo ese debate tiene que ver con el fin y los medios utilizados.
En el debate nadie puede cuestionar a la entrenadora los resultados obtenidos. Pero quince nadadoras denunciaron un supuesto trato vejatorio recibido por parte de la entrenadora. No se quejaban del trabajo duro y la disciplina exigida sino de unas formas que no habían tenido límites y que persiguieron alcanzar «todo a costa de todo??.
También ha habido pronunciamientos a su favor. Así, una ganadora de medalla de plata ha dicho que la entrenadora es exigente pero no hiriente y que ?hemos escogido este camino voluntariamente, hemos pasado, como cualquier deportista de elite, momentos muy buenos y momentos duros, en los que sabíamos que para ganar una medalla hay que llegar a ciertos puntos y lo hemos hecho orgullosísimas??.
Ocurre, efectivamente, en muchos deportes de élite. Competir y más competir. Superación al límite. Pero ¿Qué pasa con la vida de estas jóvenes? ¿Cómo es su adolescencia? ¿Cómo se las prepara para la vida desde ese mundo irreal al que se las somete? ¿Tienen tiempo y espacio para crecer como personas? ¿Qué valores se les trasmiten?
Tania Lamarca, medalla de oro en gimnasia rítmica en las olimpiadas de Atlanta-1996, revela en el libro ?Lágrimas por una medalla?? cómo es el trabajo y las sombras del deporte de élite. Cuenta que en muchos casos, al abandonar el deporte de élite, ni tienen resuelta su vida profesional ni están preparadas para desenvolverse en un mundo hostil, en el que sus preciadas medallas sólo sirven para adornar la vitrina de la abuela.
DOBLE MORALEJA
1) Respecto a los fines perseguidos: creo que todos los extremos son malos. En la sociedad actual abundan los jóvenes ?ñoños??, ?blandos?? y sin capacidad de esfuerzo. Pero, el sobreesfuerzo que se exige en el mundo de la alta competición, ¿es la mejor alternativa? Yo, desde luego, no la hubiera querido para mis hijas.
2) Respecto a los medios utilizados: el fin nunca justifica los medios. Y como dijo Gandhi: ?Los medios impuros desembocan en fines impuros??. Ciertamente un entrenador de éxito debe ser exigente. Sí exigente, pero no indigno ni maltratador. El caso del Bosque pone de manifiesto que hay líderes que saben obtener magníficos resultados a través de los valores del deporte, de la motivación, de la cohesión del equipo, de saber ganar, saber perder y saber crecer como personas. Y esos son los líderes que nuestra sociedad necesita.