Encuentros – Continentales
Notas para la coyuntura
Campaña electoral.
Las elecciones generales tendrán lugar en mayo de 2009. Sin embargo, la precampaña se inició desde el año pasado. En estos meses de julio y agosto los partidos más numerosos, el Partido Revolucionario Democrático, PRD, y Partido Panameñista, PP, están realizando sus elecciones primarias internas.
De lo avanzado a la fecha nada nuevo en el horizonte, siempre lo mismo, las promesas, los discursos, las imágenes que ya llena las calles y el bombardero de palabras vacías en la TV.
No se visualiza absolutamente ningún cambio, excepto el de imagen, o de cara., pero sí se detecta la continuación de las políticas neoliberales que causa tanta desproporción económico-social en la población. Más que nunca se siente la burla y la ofensa al pueblo con promesas de solución a los problemas de la inseguridad, la pobreza, la corrupción que saben que no cumplirán.
Acelerado aumento de los productos de la canasta básica familiar.
Todo ha subido en el país y lo más grave es que estos aumentos han llegado a los productos básicos de la mesa del panameño: el arroz, los frijoles, la leche, el pan, etc. Todo a partir del aumento del combustible que obedece, en eso se excusan, en el aumento del petróleo crudo a nivel internacional. Hay profunda preocupación en la población que por otra parte tiene bajos salarios, unido al significativo desempleo, 14%, y el subempleo, que va por el orden del 35%. El salario mínimo está por el orden de los 320 dólares mensuales, mientras que el precio de la canasta básica familiar alcanza perfectamente los 900 dólares.
Crecimiento económico a la par de la marginación social.
Los índices de crecimiento de la economía panameña son crecientes. Hay satisfacción en sectores del país, por supuesto que el empresarial. Pero así como crece la economía, así se siente la profundización del abandono en la población en general, alcanzando índices dramáticos en las poblaciones campesinas y, sobre todo, indígenas, donde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo señala los niveles de pobreza y pobreza extrema en un 95%. En estas áreas apartadas del país todos los derechos humanos son violados. El problema en Panamá no es la pobreza, si no la riqueza que no distribuye. Panamá sigue siendo señalado a nivel latinoamericano como el segundo país con la peor distribución de las riquezas, y a nivel mundial ocupa el cuarto lugar. Esta concentración de riquezas en manos de unos pocos se hace más contundente y dura de vencer.
Un país en venta.
Panamá ha entrado en la fase del turismo con todas sus variantes. De allí que se vende. El sector de la construcción tiene un desarrollo inimaginable y se hace visible con los rascacielos que se van levantando sobre la Avenida Balboa y frente a la Bahía. Para embellecer el área y hacerla más atractiva para los inversionistas y compradores de apartamentos millonarios (impensable que un pobre panameño pueda vivir en esos lugares), se está construyendo lo que se ha dado en llamar la Cinta Costera por valor de 500 millones de dólares, mientras que para reparar escuelas y dotar de medicamentos a la Caja de Seguro Social y los centros de salud y hospitales no hay plata. Igualmente está ocurriendo con la venta de tierras a nivel nacional.
Privatización de la salud.
En los últimos años Panamá ha hecho historia en propuestas y proyectos de los gobiernos, como el actual, para reformar la ley de la Caja de Seguro Social y para establecer una unificación del sistema de salud, lo que llevaría a la privatización de la salud a través de diversos mecanismos como la externalización de servicios, venta de servicios, como también meter las manos en el capital multimillonario de la Caja de Seguro Social, la Caja de los trabajadores.
En el 2006 el país vivió una profunda crisis con el fallecimiento de cientos de usuarios de la Caja de Seguro Social, adultos mayores en su mayoría, por ingerir un medicamento preparado con un tóxico producido en China, traído a través de una empresa española que, a su vez, la vendió a una empresa panameña que finalmente la vendió a la Caja. El gobierno, a través del Ministerio de Salud y de la Caja, ha hecho lo imposible por ocultar, negar, minimizar lo trágico del problema de la salud, ocultando la cantidad de fallecidos, de afectados y de sobrevivientes. Aunado a eso, hay una denegación de justicia ante los reclamos de los familiares de las víctimas fallecidas y sobrevivientes que se organizaron para reclamar justicia y atención a los que habiendo ingerido el veneno no han fallecido.
El sistema de salud en crisis y deterioro de la educación.
En los cuatro años del gobierno de Martín Torrijos, han pasado cuatro ministros en la cartera de Educación. Está en investigación un fraude declarado de cerca de dos millones solamente en el sector de San Miguelito, como también ocurre en otras áreas. Este capital esta destinado al mantenimiento de los centros escolares e inversión en infraestructuras.
Además de la lesión al estado, los afectados directamente son los estudiantes toda vez que el presente año escolar ha sido dramático toda vez que una inmensa mayoría no ha podido tener sus cursos regulares por el problema de los centros escolares con la fibra de vidrio, que causa graves malestares a la salud de los estudiantes y de todo el personal que labora en los centros escolares. Por otro lado, hay represión contra el estudiantado que se manifiesta crítico a las políticas gubernamentales, tanto del sector secundario como del universitario.
La creciente violencia.
La inseguridad es uno de los problemas de mayor preocupación en el país. Violencia doméstica, violencia ligada al narcotráfico y a la drogadicción. El gobierno, las autoridades mantienen discursos decepcionantes porque a la postre no logran encontrar e imponer el mecanismo que garantice la tranquilidad a la población en ningún lugar. Crímenes devastadores ocurren, asaltos continuos, unida violencia a la zozobra que significa los accidentes de tránsito y las muertes producto de un sistema de transporte público en niveles críticos.
La represión contra el movimiento popular.
El gobierno rechaza, criminaliza la protesta social. A las organizaciones beligerantes que levantan sus voces de protesta y crítica a sus políticas neoliberales las persigue y busca destruirlas. En menos de ocho meses (agosto y febrero) tres dirigentes del Sindicato ?nico Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares, SUNTRACS, fueron asesinados a quemarropa, dos por policías y uno por un sicario de nacionalidad colombiana contratado por una empresa brasileña que tiene construcciones en Panamá. Las investigaciones se mantienen en olvido.
Los derechos humanos no se cumplen.
Panamá, junio de 2008.
Documento derivado del VIII Encuentro Latinoamericano de CEB Santa Cruz, Bolivia (2008)