Entrevista al padre Walter jara, Superior de los salesianos en Paraguay.
La condena al padre José Antonio Rubio por el desvío de 14 mil millones de guaraníes de la UE impacta en la Congregación Salesiana. El titular de la orden dice que en el juicio no valoraron la trayectoria del religioso. La pena le pareció excesiva.
¿Qué repercusión tuvo el problema del padre Rubio dentro de la Congregación?
En el momento inicial, hubo gran desconcierto, porque una acusación de tal magnitud provoca desorientación no solo dentro de una congregación, sino en la sociedad. En toda la gente que colaboraba con el padre Rubio. Luego, progresivamente fuimos definiendo una actitud de equilibrio, en este sentido: nosotros hemos querido actuar siempre de manera ética, por tanto, no podíamos interferir de ningún modo en la acción de la Justicia.
Pero, al mismo tiempo, insistimos en que era digna de reconocimiento la actitud del padre Rubio, quien, habiéndose podido quedar en España (ya que no existe tratado de extradición con Paraguay), vino a hacerse cargo de la situación. Entonces, concluimos: «no podemos tener ninguna actitud que aparezca socialmente como de complicidad. Pero al mismo tiempo, apoyamos a un hermano. No nos olvidamos de su trayectoria y avalamos las cosas positivas que ha hecho. Si es necesario, lo defenderemos de todas las presiones que se dan. Ha habido presiones desde todas las esferas durante el juicio.
¿Hubo entre sus pares algunos que pidió sanciones para Rubio?
Yo desconozco, si hubo en algún momento algunos casos aislados. Quizá en el primer momento, cuando yo no estaba aún. Yo llegué en un momento de mayor serenidad. Mi esfuerzo se ha centrado en discernir esta situación. En actuar no de manera irracional. Hemos hablado mucho esta situación, lo hemos hecho con el Consejo de Inspectoría, con los directores, con los hermanos jóvenes, de tal manera que no apareciera como un tema oculto, tabú, misterioso.
Por aquello de que una persona que predica moralidad, precisa ser moral, supongo que habrá sido inevitable conclusiones del tipo: «Ni en los curas se puede confiar»…
Es cierto y es lamentable. Hay un refrán que dice que hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. A veces, los errores y las limitaciones hacen eclipsar tantísimo bien que una Congregación hace, la Iglesia emprende y muchísima gente en la sociedad lleva adelante.
En un sacerdote que está puesto como un modelo, estas cosas son como más reprochables, socialmente.
Algo que quedó muy claro en el juicio es que el padre Rubio no ha tenido intención de dolo, de robo. Es lamentable que él haya transgredido algunas normas en la gestión del proyecto, con la intención de que con eso podría llevar adelante la construcción de 4 mil viviendas populares más.
Sin justificarlo, también hay factores que son atenuantes y que demostraron que no hubo intención de robar.
¿Afectó a la Congregación a nivel internacional?
En su momento sí, porque la Congregación trabaja con la Unión Europea (UE) en diversos lugares del mundo. Entonces, una acusación de este calibre cuestionó, puso en crisis la relación de la Congregación Salesiana con la UE.
En este momento ya no; se aclaró debidamente. Cuando esto entró en los carriles normales de la Justicia, dejó de ser un inconveniente.
¿Ve difícil recuperar la confianza de los cooperantes que antes apoyaban a la Congregación en sus obras sociales?
Yo pensaba que sí, pero la realidad me está diciendo que no será difícil retomarla. Son las mismas organizaciones que nos ayudaban, las que nos están ofreciendo cooperación.
Recibo mensajes de parte de ellas que me dicen: tenemos ayuda para llevar adelante proyectos. Queremos seguir trabajando juntos. Son un buen signo.
Los salesianos trabajan en la educación y muy cerca de los jóvenes. ¿Se vieron en la necesidad de organizar reuniones para abordar el tema con los alumnos y miembros de grupos juveniles?
No me consta que se haya hecho eso en ningún lugar, porque tampoco ha habido un cuestionamiento de parte de los jóvenes. Si el tema hubiera sido planteado, no lo habríamos esquivado, pero no me parecía justo plantear un problema, si la realidad no lo reclamaba. A mí me parece que tenemos que educar a los jóvenes en un sentido sanamente crítico, que implica la formación para la convivencia democrática, la preocupación por la justicia.
¿Sufrieron alguna merma en cuanto a las matriculas en las instituciones educativas salesianas?
Al contrario, la matrícula ha ido aumentando año tras año. Este año tenemos 12.113 alumnos en las instituciones educativas de la Congregación. Hay demanda de abrir nuevas secciones, que estudiamos con mucha atención. También estamos atendiendo a otros 1.000 chicos en grupos y movimientos juveniles.
¿Qué opina sobre la sentencia dictada contra el padre?
Nos sorprendió lo duro de la medida: 5 años y medio de prisión, y en Tacumbú. Todos sabemos que esta cárcel ofrece condiciones inhumanas. Por eso vamos a apelar. El doctor Jorge Bogarín, el defensor, habló que hubo presiones del sector político.
Hubo presiones, pero técnicamente no lo puedo demostrar. Realmente resulta difícil entender eso. No sé si hubo otras motivaciones u otros criterios desde los que se fundamentó el juicio. A mí me parece que en la sentencia no se hizo mención a los atenuantes que presentó la defensa, y tampoco a la trayectoria del padre Rubio, ni a la demostrada disponibilidad que él tuvo ante la acción de justicia. Son tres aspectos muy fuertes.
Ciertamente el juicio demostró que no hubo dolo, sí desprolijidades en la gestión del proyecto. Hubo mucha documentación y testimonios que aclaraban todo esto. Lastimosamente, no tuvieron peso para atenuar una pena tan fuerte. Vamos a apelar el fallo y, si es necesario, llegar hasta la Corte Suprema. Pensamos que la pena que le han impuesto tiene que ser adecuada a lo que se le ha dado como culpa.
¿Obras Sociales Salesianas en Paraguay está vigente? ¿Recibe cooperación para sus proyectos?
La institución como tal existe, pero no estamos llevando adelante ningún proyecto, porque estamos en este impasse, viendo que se aclare toda esta situación (caso Rubio). Uno de los efectos negativos sería desanimarnos en este tipo de emprendimientos, que ojalá no se dé, porque hay tanta gente necesitada que se benefició y que puede beneficiarse. No se puede olvidar que el padre Rubio coordinó proyectos que se tradujeron en más de 6 mil viviendas, en 13 villas y 6 asentamientos, además de infraestructura e iniciativas de educación y cultura por un valor global de 100 millones de dólares.
¿Qué planes tienen para el futuro?
Todavía no hay definido un plan. No sabemos cuánto tiempo va a durar esto. Esperamos que cuando Rubio cumpla con la condena, se reinserte en la vida de la Congregación. ?l preferirá quedarse en Paraguay; ama esta tierra y está comprometido con su gente.
SALESIANOS EN PARAGUAY
Desde 1981, el número de sacerdotes y hermanos salesianos en Paraguay se mantuvo entre 90 a 100 miembros.
Cada año, un promedio de 5 novicios ingresan a la Congregación.
«Lamentablemente, el número no nos permite pensar en abrir nuevas presencias o en hacer crecer mucho las obras que ya tenemos, porque existe siempre el riesgo de la dispersión, de la superficialidad», aclara el padre Jara.
Los religiosos de la Congregación están distribuidos en 12 comunidades dentro del territorio nacional.
Los obispos Zacarías Ortiz, de Concepción y Amambay, y Edmundo Valenzuela, del Vicariato Apostólico del Chaco, pertenecen ala Congregación. También monseñor Ismaél Rolón, arzobispo emérito de Asunción, reconocido por su rotunda defensa de los derechos humanos durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).
Según Jara, en los últimos 25 años, la Congregación se ha mantenido bastante estable en cuanto a número de miembros en el Paraguay.