Enviado a la página web de Redes Cristianas
En los tiempos que nos toca vivir ya no hablamos de la cuesta de enero como antaño. La cuesta actual poco tiene que ver con los excesos del gasto navideño. Ahora, el estado ruinoso de la mayoría de las economías familiares hace cuesta arriba todos los meses del año. Aunque, para ser más exactos, ya no deberíamos hablar de cuesta, sino de una montaña infranqueable para cada vez mayor número de personas.
Qué difícil resulta subsistir en un mundo colmado de injusticias. Qué empinada es la cuesta de la vida en un mundo pródigo en iniquidades. Bueno, hay que reconocer que, para algunos, todo es liso y llano. Leo en las noticias que los 300 más ricos del mundo sumaron 524.000 millones a sus fortunas en 2013. Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del mundo, ha reconocido abiertamente que su secretaria paga más impuesto de la renta que él. Así mismo, en respuesta a una pregunta sobre la crisis en The Wall Street Journal, también reconoció la existencia de la lucha de clases, para luego añadir cínicamente: «y mi clase, la de los ricos, es la que está ganando».
De acuerdo, ya nos tienen cercados. Sueldos y derechos a la baja; precios e impuestos al alza. Los ricos van ganando y, por lo visto, cada vez más. Pero, yo me pregunto: ¿cuánto tiempo más podremos soportar los perdedores este saqueo inmisericorde? ¿Qué harán ellos, los ganadores, cuando ya no tengan nada que quitarnos? ¿Qué haremos los sitiados, que somos mayoría, cuando ya no tengamos nada que perder?
. Valladolid