Declaraciones de Salka Jabbari, Presidenta de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Magrebíes de Castilla y León, tras las detenciones practicadas en Burgos
El Corán dice que no se puede obligar a nadie a ser musulmán y que aquel que quiera abrazar esta religión lo hará con plena libertad y convencimiento. Todas las personas que componemos la comunidad musulmana de Burgos rechazamos profundamente los actos violentos en los que se han visto involucrados hombres que dicen ser de nuestra fe pero que no lo demuestran. Fue así tras el brutal atentado de Madrid el 11 de marzo de 2004 y es así hoy, después de que varios miembros de nuestro colectivo fueran detenidos en la mañana de ayer por estar presuntamente vinculados con la violencia. Es fundamental que se conozca que el Islam es, en primer lugar, una religión de paz, de saber convivir con todo el mundo, siempre desde el respeto a todas las maneras de pensar.
Al preguntar a muchos compañeros, que solo trabajan honradamente en Burgos, como Ahmed Mahmoud, Lemhaba, Mohamed Chograni o Yeslem, o amas de casa como Lubna o Wasila y a otros más, me he encontrado con la misma opinión: «Nos desagrada profundamente lo que ha pasado porque nos afecta como personas normales que quieren vivir con tranquilidad. Después de un hecho como el de las detenciones nuestro día a día no es igual».
A mí, como mujer musulmana que llevo orgullosamente el velo (denominado hijab), me duelen las miradas de acusación que todas nosotras recibimos cada vez que ocurre un atentado terrorista en cualquier lugar del mundo. Por eso, digo bien alto que no todos los musulmanes somos terroristas y que no tenemos por qué asumir los errores y delitos de personas que dicen compartir nuestra fe pero que no se ajustan a ella.
En este sentido, quiero puntualizar que esto no es general y agradecer a todas los burgaleses que en la jornada aciaga de ayer me llamaron y llamaron a los míos para mostrarnos su solidaridad. Hay miradas y comentarios que nos hieren pero también otras que nos animan a seguir conviviendo integrados con normalidad en la sociedad y a que nuestros hijos vayan a la escuela como unos niños más.
Seguramente muchos españoles no saben el daño que hacen las generalizaciones. En el día de ayer muchas madres musulmanas no pudieron salir al mercado ni a a recoger a sus hijos de la escuela porque pensaban que alguien podría increparlas. Es lo mismo que ocurrió tras el atentado de Madrid. Parece que estamos condenados los de mi religión a recibir miradas acusadoras siempre que alguien confunde nuestra fe con la violencia. Quien es capaz de cometer o preparar o pensar un atentado o cualquier acto que dañe a sus semejantes jamás tendrá sitio en el Islam. Para mí, no es un musulmán y quiero repetirlo: Islam procede de la palabra assalam, que significa ?paz? en árabe. Hay españoles que pueden sentir temor cuando ocurre algo así cerca de su casa. Que sepan que nosotros también tenemos el mismo miedo. O más.
Salka Jabbari es Presidenta de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Magrebíes de Castilla y León.