Si Kagame no frena a Nkunda, tendremos que decirle que no le financiaremos. Cuando los expertos de Naciones Unidas revelaron en un reciente informe los lazos entre el gobierno ruandés y las tropas de Laurent Nkunda, el Tutsi señor de la guerra en el este del Congo, el gobierno holandés cortó su apoyo presupuestario a Ruanda en protesta.¿Debería hacer lo mismo Gran Bretaña?
Paul Kagame, el inteligente y combativo presidente de Ruanda ha sido uno de los ministros africanos favoritos de Gran Bretaña desde Short y Lynda Chalker antes que ella. El gobierno de Ruanda recibe el apoyo de decenas de millones en apoyo presupuestario directo de Gran Bretaña. Tony Blair es su consejero. No es difícil saber por qué. El anterior gobierno ruandés organizó el genocidio de 1994,así que cuando Kagame lo derrocó y propició un nuevo gobierno en Kigali, fue visto como el buen chico por los EE UU y Gran Bretaña.Su responsabilidad en Ruanda cuando comenzó el genocidio reforzó su apoyo moral a Kagame.
Cuando sus combatientes persiguieron al resto de la antigua tropa ruandesa hasta el Congo, G.Bretaña y EE UU no hicieron demasiadas preguntas. Tampoco cuestionaron cuando el ejército de Kagame y sus aliados ugandeses tornaron esa persecución en un ataque a gran escala sobre su vasto enemigo,el Congo, que acabó en el derrocamiento de Mobutu Sese Seko, el anciano dictador congoleño.
Kagame, un líder visionario y formidable hombre de acción,es bien recibido en Londres y Washington . Para ellos era, por fin, un líder africano que hablaba su lenguaje de progreso y podía cumplir.
Los sistemas de educación y salud de Ruanda son buenos. Kagame dice que quiere crear una nueva Ruanda donde las diferencias Hutu y Tutsi puedan olvidarse.
G.Bretaña está preparada para pagarlo.
No obstante, Kagame no cree demasiado en la democracia. Las elecciones parlamentarias del pasado setiembre fueron descritas por el equipo de observadores de NU como faltas de transparencia. Hubo una ?ausencia de una verdadera oposición política.?? Kagame no la tolera.
Pero lo que más inquieta es su comportamiento en el este del Congo. Kagame argumenta que Ruanda nunca estará segura mientras los genocidas ?los que asesinaron en 1994- estén libres en el Congo.En 1998,cuando el gobiermo que él colocó en el Congo empezó a apoyarles y el resto de las antiguas tropas ruandesas acamparon allí, Kagame y los ugandeses invadieron de nuevo. G.Bretaña y América guardaron silencio.
Esta vez su intervención provocó una guerra terrible en la que según algunos han muerto hasta ahora cinco millones de personas.
Todos habían calculado mal la reacción política de otros dirigentes africanos y los congoleños, que calificaron lo que vieron como una cobarde invasión devastadora continental respaldada por occidente. Se paró a los ruandeses y ugandeses pero aseguraron aliados congoleños locales en las zonas fronterizas. La mayor parte de ellos eran Tutsis congoleños. Y los genocidas pudieron reclutar y rearmarse también, a veces con el apoyo del ejército congoleño.
La guerra que había amenazado con dividir el Congo se ha limitado a una guerra enviciada por los Kivus; el este del Congo y las tierras fronterizas de Uganda y Ruanda.
La población tutsi estaba ahora amenazada, vista como una quinta columna por los ruandeses. Su auto-denominado protector en el norte del Kivu es el flamante y criminal Laurent Nkunda, un Tutsi congoleño y ex miembro del ejército de Kagame.
En noviembre llevó a cabo una masacre de unas 150 personas en Kiwanja. Kagame niega ser representante de Ruanda pero el informe de NU muestra que utiliza Bancos ruandeses y ha recibido apoyo directo del ejército. También denuncia cómo las tropas de Nkunda operan fuera del territorio ruandés y recluta soldados de su ejército.
El argumento de que es porque está protegiendo la minoría Tutsi del Congo se desmorona por la rapiña de las riquezas de la región que está llevando a cabo Nkunda.
La gente del lugar ha sido obligada a extraer de las minas oro, diamantes, casiterita y otros minerales que abundan en Kivu y exportarlos a través de Kigali, la capital de Ruanda.Lo que ha comenzado es aparentemente una como operación defensiva militar para protegerse, convertida en un imperialismo violento que persigue más bien repartirse el territorio que traer la paz.
Sobre el papel la solución es simple.El resto de combatientes que llevaron a cabo el genocidio y que operan ahora en el este del Congo y las fuerzas de Nkunda deben desarmarse o ser dearmados. Los dos estados y Uganda deben conseguir esto y hacer la paz. No hay otro tema de más importancia entre los estados del Congo, Ruanda y Uganda,pero no hay confianza entre ellos. Los de afuera deben ayudar a construir esa confianza y Gran Bretaña, un jugador de bastante peso en la región, pero no se le debe ver como respaldando a uno u otro bando. Es hora de decirle a Kagame que si no controla a Nkunda, Gran Bretaña no apoyará a su gobierno.
Richard Dowden
El autor es Director de la Royal African Society, Real Sociedad Africana.
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http://www.independent.co.uk/opinion/commentators/richard-dowden-britain-should-cease-its-onesided-support-of-rwanda-1067076.html