Sin duda, Rouco tiene Razón, pero?? sólo con la Razón no se va a ninguna parte, ni se crea la Comunión de Jesús, ni crece el Reino de Dios. Tiene Razón, pero está perdiendo una oportunidad de mostrarse como un signo de Evangelio en medio del mundo frenético y duro en que le ha tocado ejercer como obispo, un mundo en que están muchos de aquellos que van por Entrevías, que eran y son amigos de Jesús. Yo he querido a Rouco y, a pesar de todo, le quiero, desde que fuimos compañeros en Salamanca.
Le he conocido, he comido en su mesa, él ha comido en la mía. Por eso puedo escribirle unas palabra dolidas y fuertes, pero de cariño, pidiéndole que cambie en este asunto de Entrevías. Me lo ha pedido indirectamente Manolo, un amigo de Río: «Pero ¿no conocías a Rouco? ¿Por qué no le dices que cambie, porque hasta aquí, en Brasil, le han puesto mal en la televisión?».
Una noticia de Corpus.
Yo pensaba que el asunto podría arreglarse de un modo amistoso. Les había quitado la parroquia a los Tres de Entrevías, de manera que ya no actuaban como delegados ?oficiales?? del obispado. Ahora podría dejarles trabajar como ?pastores más directos??, liberados de encargos oficiales, en medio del pueblo, con su gente, la gente de un barrio de Madrid, los que van y vienen, mendigos, excluidos, encarcelados?? Pero no ha sido así: parece que ayer (10 de Junio, día del Corpus) se ha enfrentado con ellos:
El cardenal de Madrid, Antonio María Ruoco Varela, está tan dolido con los curas de la parroquia roja que ha utilizado la solemne eucaristía del Corpus para arremeter contra ellos, acusándolos (siempre sin citarlos) de «profanar la eucaristía» y de «romper la comunión eclesial». Los dos mayores pecados de cualquier cristiano y, por supuesto, de los curas (Romores de Ángeles: 11. VI. 07).
?sta es una declaración de la prensa, que he leído hace un momento?? No sé si Rouco ha dicho
esas palabras. Pero, si las ha dicho, no son exactas: ni los sacerdotes de Entrevías han
?profanado?? la eucaristía (eso es otra cosa), ni han ?todo la comunión eclesial?? (ellos quieren
buscar otro tipo de comunión eclesial)?? La eucaristía cristiana es rica y variada, la unidad de la
iglesia es multiforme. Más aún, las ?eucaristías?? normales de Jesús con la gente, en las
multiplicaciones de los panes y los peces, se parecen más a las ?misas de Entrevías?? que a las celebraciones de la Eucaristía en la Almudena.
Rouco tiene razón.
A pesar de lo anterior, creo que Rouco actúa de manera correcta, según el Derecho Canónico:
1. Tiene razón porque es el obispo de Madrid y porque como tal regula la vida de las parroquias
de su diócesis, entre ellas la de Entrevías. Por eso, él puede exigir a sus sacerdotes que sigan
su línea episcopal.
2. Tiene razón porque la doctrina oficial de la Santa Sede está poniendo de relieve un tipo
de Eucaristía que no va en la línea de la que alguna vez se ha practicado en Entrevías.
Por eso, en contra de lo que algunos han dicho en prensa, creo que Rouco no ha actuado por
orgullo, ni por principio de pura autoridad, ni por prepotencia, sino, simplemente, por
coherencia con una interpretación del Derecho Canónico y por fidelidad a un tipo de iglesia.
Tiene el derecho de hacer lo que ha hecho. Tiene razón, pero allí donde se aplica solamente la
ley se corre el riesgo de ser injusto (máxima lex, máxima iniuria, como sabían los romanos).
Pero…
A pesar de las razones canónicas que avalan su conducta, creo que Rouco tendría que haber
actuado de otra forma. No quiero hablar aquí de lo que deberían hacer los Tres curas de
Entrevías, a los que conozco menos. No digo lo que ellos podrían y deberían cambiar, llegado el
caso, tras hablar con Rouco. Hablo de Rouco y de lo que él podría y debería haber hecho
1. Pienso que tendría que haber hablado con los tres curas de Entrevías, para encontrar una
solución dialogada y amistosa. Parece que no lo ha hecho, sino que les ha hablado con la ?ley??,
no con la cercanía personal. Pienso que no ha mantenido la ?eucaristía?? primera con sus
?curas??. Tenía otras cosas que hacer, un Cardenal como él está muy ocupado?? pero ésta era la primera de sus obligaciones.
2. Tendría que haber sabido que las cosas no son nunca ?perfectas???? Parece que está
acabando un tipo de Iglesia, aumentan los problemas?? y da la impresión de que lo que más le
preocupa a Rouco es un tipo de formalismo litúrgico de tipo, al fin de cuentas, secundario.
3. Especies sacramentales. Comulgar con pan fermentando o sin fermentar es algo ?opcional?? en la gran iglesia, pues hay diferencias entre oriente y occidente, según se entienda la ?ltima Cena (si fue pascual o no, tema que sigue abierto??). Que alguien pueda decir que lo que han hecho los Tres de Entrevías (comulgar con pan de hogaza) es materia de ?profanación?? es ignorancia o maldad. No se pueden absolutizar el pan y vino como ?especies??, sino que ellos
(pan y vino) están al servicio del recuerdo de Jesús, don de de amor (entrega) de la vida y de la comunión cristiana. Quizá no es ?bueno?? comulgar en Entrevías con hogaza, cuando van allí los ?grandes?? de la sociedad. Pero en Entrevías resulta lógico
4. La unidad de la iglesia?? No se puede decir que los curas de Entrevías hayan ?roto?? la
comunión de la Iglesia, sino que (al menos en principio) han querido hacer todo lo contrario:
han intentado abrir esa comunión eclesial a gentes que tienen dificultades en vivir dentro de un
tipo de Iglesia ?oficial?? (gentes que no se encontrarían a gusto en la Almudena). Ellos están en
la línea de los ?helenistas?? de Hechos 6, que se ocupaban de ?huérfanos y viudas?? y del servicio de las ?mesas??, es decir, del servicio real y concreto de la comida y comunicación humana, del servicio social?? a diferencia de Pedro y de los Doce que se habían encerrado más en los ritos oficiales. El libro de los Hechos supone que la ?solución?? mejor estaba en la línea de los ?helenistas??, de manera que el mismo Pedro y los Doce tuvieron que ?convertirse?? a la nueva propuesta que provenía de ?los barrios?? de los expulsados sociales. Yo no digo que Rouco y sus Doce tengan que convertirse a los Tres de Entrevías (como hizo al final el Pedro de la Biblia), pero estoy seguro de que deberían buscar la manera de respetarse mutuamente (y de convertirse unos y otros al evangelio de Jesús).
Por eso??
1. Quisiera pedirle a Rouco que ?deje?? a los Tres de Entrevías que continúen en su línea
de Iglesia abierta, ahora que no son ?párrocos??: que les dé el encargo oficial de la pastoral
social de Entrevías y de los alrededores, no como párrocos, sino con otro tipo de encargo
eclesial. Qué él (Rouco) siga con su pastoral parroquial ordinaria, del ?buen rito?? de la
Almudena y alrededores Pero que deje abiertos otros caminos que son de Gran Iglesia.
2. Que coman un día y beban juntos, Rouco y los Tres?? y si hace falta otros. Yo me
apuntaría. No soy nadie?? Han pasado más de veinte años desde la última vez que Rouco me
invitó a cenar en su palacio episcopal de Santiago, pero me gustaría volver a tomar su pan y su vino, en eucaristía y/o en mesa común. Quizá no podríamos coincidir en todo, ni él, no los Tres de Entrevías, ni yo?? pero podríamos hablar y seguro que nos iría mejor a todos.
A modo de conclusión
En forma de conclusión para curiosos, quiero añadir algunos ?alimentos?? eucarísticos de la
primera Gran Iglesia. No es que defienda una vuelta a la eucaristía con leche o miel, pero es
bueno recordar. Los primeros cristianos tomaban diversos alimentos ?sagrados??, que han ido
cayendo en desuso, de forma que sólo ha el pan y vino, vinculados al mensaje, vida y muerte
de Jesús.
Gran parte de los datos han sido recogidos por A. von Harnack (1851-1930), en Brot
und Wasser. Die eucharistischen Elemente bei Justin.
1. Pan y vino o pan y vino mezclado con agua. Eucaristía normativa de la iglesia actual.
2. Pan y bebida (o copa), sin precisión su contenido. Cf. 1 Cor 10,3-16; 11, 23-28; Did. 10,3;
Ignacio, Rom 7, 3; Phil. 4; Justino, Apol.I, 66; Dial. 41,70-117 (la copa parece aludir siempre al
vino)
3. Pan y agua (eucaristías si vino) : Ebionitas (Ireneo, Ad. Haer. V,1,3); Judeo-cristianos
gnósticos (Epifanio, Haer.30,16); Encratitas (Clem. de Alej., Paed. II, 2,32; Strom. I,19,96);
Marcionitas (Epifanio, Haer.12, 3 etc); Acuarios (Filastre, Liber de Haer. 77; Agustín De Haer.
64).
4. Pan solo, fracción del pan, sin mencionar copa o bebida: eucaristías de todos los días, pues
no siempre había vino (Hech 2, 42.46; 20, 7.11).
5. Pan y pescado: multiplicaciones (Mc 6, 38 par), textos de banquetes funerarios.
6. Pez solo (refrigerio): muchos manuscritos de Lc 24, 42, ritos funerarios, en iglesias
marginales.
7. Pez y miel: algunos manuscritos de Lc 24, 42. La miel se ha seguido ofreciendo a los
neófitos.
8. Leche (Clem de Alej., Paed. I, 39,41,44, 45, 50 etc.). Signo de nuevo nacimiento
9. Leche y miel: Hipólito: Cánones (árabes) 142-149. Recuerdo de la entrada en la tierra
prometida
10. Lacticinios o quesos: Artotyritas (cf. Passio Perpet. et Felic. 4; Epifanio, Haer. 49 etc.)
11. Aceite con pan y legumbres: Acta Thomae, 29; Excerpta ex Theodoro (cf. Clem de Alej.
PG.9,696).
12. Sal (sacramentum salis): cf. Agustin, Conf.I,11,17; De catech, rud. XXVI, 50; Juan Diacono,
Ep. ad Senarium, c.3; Sacramentarios latinos: Benedictio salis dandum catechumenis.
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