Recordando a Camilo en su 42 aniversario

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Nodo 50

Camilo Torres Restrepo : Una memoria viva
Los que hemos crecido en la época del derrumbe de los sueños, de la destrucción del muro de Berlín, » los que supuestamente nacimos en la época del fin de la historia» los que hemos recibido el legado histórico de la lucha , los que somos hijos o nietos de la Teología de la liberación recibimos la memoria de un gran hombre, de un cristiano, de un ser humano capaz de amar y de sentir los sufrimientos del pueblo Colombiano. Hemos recibido este legado de manos de nuestros «viejos» o de lo que hemos podido leer en libros.

Este hombre del que muchos hablan que vivió las contradicciones de una época pero que vivió en la coherencia de la vida cristiana nos sigue interpelando, CAMILO TORRES RESTREPO es para nosotros un llamado revolucionario que exige que hoy volvamos a poner nuestros ojos en realidades que CAMILO evidencio a lo largo de sus escritos, de su actividad académica, pastoral y política, las circunstancias no han cambiado aun mas se ha agudizado la injusticia y la desigualdad social, el paramilitarismo se erige como una forma de construir Estado.

CAMILO murió en la región del Carmen de Chucuri, región en Patio Cemento. Años después en 1989 en san Juan Bosco la Verde esta misma región seria el escenario de configuración y expansión de la estrategia Paramilitar como proyecto de control social del Estado Colombiano que hoy se extiende por gran parte del territorio nacional.

Luego de su asesinato, su cuerpo nunca ha sido entregado, su cuerpo fue escondido, robado, secuestrado bajo el pretexto de «razón de Estado» se negó a sus familiares, amigos y militantes el derecho a enterrarlo, se negó el derecho moral y religioso que asiste a toda persona de enterrar a los seres queridos. Esta a negación es el repudio absoluto de la dignidad humana y del cuerpo.

Colombia se enfrena hoy a una realidad mucho mas dramática, miles de familiares buscan los cuerpos de sus seres queridos, asesinados, cercenados, desaparecidos, tirados a lo ríos o enterrados en fosas en mas de 4.000 fosas comunes sembradas en los campos colombianos.

Durante mas de dos décadas estos familiares habían denunciado la responsabilidad de las estructuras militares y paramilitares, pero su reclamos nunca habían tenido eco, hoy en una simulación de justicia y verdad los paramilitares anuncia en un supuesto proceso de desmovilización y amparados por la ley «para» la justicia, la ley 975, la existencia de estas fosas comunes. Pero nuevamente el derecho a enterrar se niega, se niega por que la verdad no se revela totalmente. Así como el cuerpo de Camilo fue escondido, por «Razones de Estado» Hoy se niega este derecho por que no hay la intención política del Estado Colombiano de llegar a la plena identificación de los cadáveres, por el temor a que el pueblo ser de cuenta y tenga ante sus ojos el testimonio de la barbarie de un Estado injusto y opresor.

En las primeras audiencias los jefes paramilitares han «confesado» la existencia de fosas comunes sembradas a lo largo del campo colombiano, pero esta revelación no es suficiente, es necesario que se generen las condiciones para que se restituya mínimamente el derecho de enterar a sus muertos, es necesario establecer los responsables, los beneficiarios y sobre todo que se llegue a la plena identificación de los cuerpos.

El Cuerpo escondido de CAMILO, es un signo de lucha y dignidad de quienes hoy exigen el derecho a enterrar. El ocultamiento de los cadáveres de las victimas y la negación del derecho a enterrar se ha convertido en un mecanismo de implantación del terror en los familiares de las victimas, castrar la posibilidad de vivir el duelo de la muerte frente al cuerpo destrozado de quien es asesinado es un acto terrorista, ya que deja a la familia de la victima en la incertidumbre del duelo y en muchos casos en la mas completa indenfenciôn.

El derecho a enterar y el respeto por los muertos es un elemento que el terrorismo de Estado pretende borrar no solamente con las desapariciones y las fosas comunes sino con la destrucción de la memoria que guardan, con la destrucción de Cementerios como en el caso de Caño Claro, en Curbarado, Choco donde el cementerio fue arrasado después del desplazamiento de los habitantes de esta región, para luego sembrar allí el «progreso» «la palma de aceite». Selva tropical y cementerios han sido devastados en la lógica paramilitar del control y de desarrollo.

CAMILO evidencio las contradicciones y las dificultades de la construcción del movimiento popular, pero también mostró que era la única manera de generar los cambios necesarios para que la dignidad del pueblo colombiano fuese una realidad. Aporto en la construcción de una propuesta, un movimiento de Unidad al que llamo FRENTE UNIDO, lejos de los prejuicios y las viejas maniobras politiqueras, partiendo de prácticas populares y del fortalecimiento de la base.

Hoy las victimas de crímenes de Estado se han constituido en Movimiento para hacer frente a las políticas de impunidad y legitimación de la estrategia paramilitar como modelo de Estado, hoy la memoria de CAMILO y de muchos otros sigue presente la memoria, la memoria de un militante convencido de la construcción de un movimiento social y popular capaz de construir estrategias que nos impulsen y orienten el camino de la lucha y la resistencia, un movimiento que recupera las lógicas de la simbólica de los pueblos, un movimiento que hace camino en la construcción de sensibilidades diferentes pero capaz de impactar la conciencia de la gente.

Un CAMILO que amo hasta el extremo, que entrego su vida, su tiempo y sus análisis para desvelar la hipocresía de un «Estado de Derecho» y «una Democracia» que genera la injusticia. Un estado y unas instituciones hipócritas que con apariencia de participación que mantienen a las grandes mayorías en una completa inercia como lo pudimos apreciar el 4 de febrero pasado, una masa de gente manipulada por las presiones mediáticas y por un falso patriotismo que lo que pretendía era posicionar una la idea de un gran demonio que tiene asolado al pueblo colombiano negando una vez mas la existencia de un conflicto armado pero lo que es mas grave aun, negar la existencia de las victimas del terrorismo de Estado.

Las maniobras del Estado y de sus instituciones por mantener el privilegio de la clase Rica que CAMILO denuncio y evidencio, se mantienen hoy en el «Estado Comunitario» instaurado por Álvaro Uribe Vélez. Las políticas de seguridad democrática, las practicas clientelitas y corruptas de la clase política se hacen evidentes y se ve con mayor claridad como la estrategia el paramilitar y el narcotráfico están en los de los círculos mas cercanos del Presidente, pero estas practicas y estas relaciones no son de hoy, han sido una constante en la historia del poder Colombiano, Camilo ya lo había evidenciado, pero vemos hoy como se ha instaurado en el poder una clase mafiosa.

Hoy los partidos políticos cercanos al presidente, tienen a sus líderes en prisión o vinculados en investigaciones por su responsabilidad en la instauración del paramilitarismo. Esta instauración no es de estos años, esta es una construcción que viene siendo un ejercicio de represión del Estado Colombiano desde principios del Siglo XX. Materializada hoy en la reformas jurídicas y políticas que el Gobierno de Álvaro Uribe ha logrado hacer para beneficiar a los responsables de crímenes de Estado y los fejes paramilitares y a demás para instaurar un modelo de desarrollo neoliberal que necesita de las mejores tierras de nuestro país para desarrollar proyectos agroindustriales como la palma de Aceite, la caña, el banano o la construcción de infraestructuras energéticas o viales.

Quienes persiguieron a Camilo hoy siguen persiguiendo a las comunidades en Resistencia, a los lideres sociales, quienes persiguieron a Camilo son los responsables del asesinato de 1.700 indígenas 2.550 sindicalistas, 20.000 desaparecidos, Más de 4.000 fosas comunes; Entre julio 2002 y junio 2007: 955 casos de ejecuciones extrajudiciales, la mayoría presentados como falsos positivos, Más de 3.500 masacres entre 1982 a 2005, 5.000 víctimas de UP, 600 asesinatos por años después de la «desmovilización» paramilitar, Más de Ocho millones de hectáreas de tierra usurpadas, Cuatro millones de desplazados forzados Más de 120 funcionarios vinculados en Parapolítica, Una Impunidad del 97% en los casos de violaciones a los derechos humanos.

Ante esta situación seguimos asistiendo con la memoria viva de un Camilo que Evidencio la concentración de Tierras en unas pocas manos, Un camilo cristiano y amante de los pobres, un Camilo al lado de la comunidades en resistencia que fue capaz de vivir su estado de gracia desde la santidad Política

Un Camilo que sigue vivo hoy en la memoria vida, un camilo que sigue vivo en la memoria de nuestras victimas

Febrero 15 de 2008

Paris , Francia

(Información publicada en Somac)