Reavivar fe y reinterpretar creencias (I) -- Juan Masiá Clavel, teólogo

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La Comunidad

1: TRANSFORMACI?N DE LA TEOLOGÍA EN LA SITUACI?N ACTUAL
(Reproduzco en estos 8 posts extractos del epílogo de TEOLOGÍAS EN ENTREDICHO, UIMP-GEU, 2012, que recoge el resultado de las ponencias de la Escuela de Teología K. Rahner-H.U. Von Balthasar, organizada por la UIMP, sede de Santander, en agosto 2011).).

1: TRANSFORMACI?N DE LAS CREENCIAS

La clausura del curso no puede poner punto final a las reflexiones decada ponencia, que exigen concluir con puntos suspensivos. Este epílogo tendrá que convertirse en prólogo para proseguir la tarea planteada por el conjunto de ponentes: la reinterpretación actual de las creencias. Por tanto, se clausura el curso, pero no su tema. Quedamos emplazados para transformar la teología, reavivar la fe que presupone y actualizar su interpretación para comprenderla y comunicarla.

Desde la conferencia inaugural del Prof. Roger Haight se nos invitaba a retornar a los relatos de Jesús, sin absolutizar los ?meta-relatos?? posteriores, para salir al encuentro ?desde abajo?? a las búsquedas espirituales de hoy. Desde diversas perspectivas, aludieron los ponentes a las raíces del árbol de la fe, a la vez que se preocupaban por su trasplante a entornos espacial y temporalmente diferentes; resaltaban, sobre todo, la dificultades para su arraigo en las circunstancia actual de pluralismo, secularización y laicismo.

Pero aunque se logre el trasplante y arraigo, sigue en pie el problema del cuidado. Seguimos preguntándonos cómo cuidar ese árbol ?regando, abonando, podando- para que pueda crecer y desarrollarse en nuevos ambientes, evitando los excesos desproporcionados de follaje y la penuria de flores y frutos. Esta comparación e imagen vegetal sirve para resumir la doble necesidad de cuidado que requiere la tarea de la transformación de la teología: Para la fe, riego de espiritualidad y experiencia religiosa; para las creencias, poda crítica y hermenéutica.

También nos valdría la imagen antropológica de la conjugación en el ser humano de herencia, ambiente y libertad. Provenimos biológica y biográficamente de unos condicionamientos genéticos y socio-culturales: lo que la vida ha hecho de nosotros. Desde ellos y con ellos generamos creatividad: tratamos de hacer algo con lo que la vida ha hecho de nosotros; desde y con nuestros orígenes, desencadenamos originalidades.

Ni creamos desde cero, ni estamos totalmente determinados para no poder crear: la condición humana es libertad en situación, búsqueda en contexto, elección limitada, creatividad condicionada. Por eso la filosofía que pregunta por el sentido de la vida es una continua búsqueda, siempre a mitad de camino hacia un horizonte que se escapa. Como intuyó Platón, el pensamiento auténtico jamás pretende haber alcanzado la meta de la montaña, pero nunca renuncia a seguir trepando. Este es el hábito mental requerido para asumir, prolongándolo, el recorrido de la historia del pensamiento, así como para heredar críticamente la propia herencia biográfico-cultural. Precisamente esa misma actitud se necesita para heredar y transmitir la fe, reinterpretando las creencias.

Con esta orientación básica se ha dedicado a la transformación de la teología una mayoría de autores del último siglo. Para mencionar solamente algunos temas emblemáticos, podríamos enumerar, entre otros muchos y simplemente como ejemplo, la ?evolución del dogma?? de Newman, la ?fidelidad creativa?? de Häring, el ?espíritu en el mundo?? de Rahner, la ?memoria subversiva de Jesús?? de Metz, el ?sacramento del encuentro con Dios?? de Schillebeecks, la ?honestidad para con Dios y para con la actualidad?? de Robinson,?el ?cambio de paradigma cristológico?? de Küng, el ?aggiornamento ante los signos de los tiempos?? de Juan XXIII… y un interminable etcétera de intentos de aunar lealtad y originalidad, tradición y actualidad.

Apeándonos a una comparación aún más sencilla y cotidiana, viene a la mente la típica cuestión pedagógica: ¿Cuales son las tres condiciones que necesita la profesora de ciencias naturales para enseñar biología a Paquita? Son tres: 1) Saber biología, 2) Conocer a Paquita, 3) Ser capaz de inventar ejemplos para explicársela.
Apliquémoslo a la transformación de la teología, hoy en entredicho. Las reflexiones catequético-pastorales sobre la transmisión de la fe nos dicen que la primera condición para transmitirla es la autenticidad de la misma fe, vivida por quienes encarnen la misión de comunicarla; la segunda condición es el conocimiento del contexto actual y concreto de las personas destinatarias y sus situaciones vitales; la tercera es la necesidad de imaginación, libre y creadora, para articular las dos primeras y conseguir que entre ambos polos salte la chispa.

Esta tarea, que sin ser fácil lo parece cuando se trata de la práctica catequético-pastoral, resulta compleja cuando se acomete el trabajo teológico de reinterpretar las creencias con la doble ?honradez hacia la realidad?? que propugnaba el teólogo Julio Lois: honradez hacia la herencia creyente y, a la vez, honradez hacia la realidad de cada situación actual.

Entre paréntesis, antes de seguir adelante, conviene explicitar que, al hablar de transmitir fe y reinterpretar creencias, estamos presuponiendo aquí la distinción entre fe y creencias; sin necesidad de desarrollarla en este momento, bastará resumir el siguiente repaso:

la fe no se reduce a las creencias que la expresan

La expresión de las creencias ha cambiado a lo largo de la historia

Una misma fe puede subyacer a diferentes creencias sobre su objeto

La unidad de la comunidad creyente estriba en compartir la fe, no en coincidir en las teologías que interpretan su expresión en creencias.

Cf. Roger Haight, Dynamics of Theology, New York: Paulist Press, 1990, 26-29: ?La fe en el objeto trascendente de la fe y la caracterización, interpretación y definición de dicho objeto de fe en términos de creencia son distintas… A lo largo del curso de la historia cristiana las creencias cristianas han cambiado, a veces drásticamente… La fe en una realidad trascendente no puede subsitir sin creencias acerca del objeto de fe. La fe coexiste siempre con retratos imaginativos de su objeto, interpretaciones de él, conceptualizaciones y proposiciones caracterizadoras de la realidad trascendente o inerpretaciones del mundo finito a la luz de o sobre la base de la trascendencia…?

Lo significativo de las creencias emerge a partir de lo que es más profundo que ellas… Puede ser compatible una misma fe con diferentes creencias acerca del objeto de dicha fe… El compromiso de fe hacia una realidad trascendente permite diferentes interpretaciones y expresiones de ella, porque ninguna de ellas es adecuada o abarcadora de su trascendencia y misterio… Ha habido un pluralismo de sucesivas creencias a lo largo de la historia que la teología ha llamado desarrollo de la doctrina… Las creencias son lo bastante distintas de la fe como para poder cambiar mientras permanece sustancialmente la misma fe…??

Volviendo a tomar el hilo de la comparación inicial, entendemos que es tarea de las teologías cuidar la fe: cultivar el huerto de la fe, regándolo para que crezca y podándolo, para que no sea exagerado y desproporcionado su crecimiento. Se riega con agua de mística y se poda con hoz de crítica. Pero los métodos, herramientas y estilos de ese riego y poda pueden ser variadísimos, incluso incompatibles entre sí, dada la diversidad de paradigmas de lenguaje, pensamiento y prácticas que se ponen en juego en el ejercicio de esa labor.

Constatamos, en todo caso, como rasgo común de la pluralidad de teologías su dedicación a comprender la fe e interpretar las creencias; pero pensamos que esa reflexión crítica y explicitación hermenéutica debería llevarse a cabo idealmente en el marco de una conversación plural entre diversas disciplinas, culturas, religiones y cosmovisiones. Tal teología dialogal (más bien logos o diálogo sobre los modos de expresarse la pistis que teoría sobre la índole del theos; más ?pisteuo-logía?? que ?teo-logía??) se desarrollaría como conversación sobre las maneras diversas de creer, tanto dentro de la propia tradición religiosa como en otras, y también sobre las maneras de buscar y dar sentido a la vida en contextos de secularidad no religiosos .

Una teología concebida así, como ?conversación entre las diversas expresiones de la fe desde dentro y desde fuera de la propia confesionalidad??, confronta en la actualidad, en circunstancias particularmente inéditas, el desafío del pluralismo cultural, cosmovisional y religioso, a la vez que ve cuestionada su tarea en contextos de secularización y laicismo. Se verá, en los diversos sentidos mencionados en el prólogo a estas páginas, como una ?teología en entredicho??.

El futuro de una teología que tome en serio estos desafíos de la situación actual exige, no una mera adaptación o renovación de sus métodos, sino una auténtica transformación del modo de vivir, expresar y transmitir la religiosidad. Esta es una de las pistas de conclusión hacia las que se han encaminado gran parte de las ponencias del presente curso. La situación actual de pluralismo cultural y religioso tiene características nuevas por primera vez en la historia y plantea a la teología el desafío de una verdadera transformación, más allá de una mera renovación, reforma o readaptación a la época.

Esta exigencia de transformación interna de la teología, en interacción con la problemática externa de la sociedad circundante, se manifiesta en los debates en torno al pluralismo intra e interreligioso y al estatuto de la religiosidad en el seno de la sociedad secular y laica.