Mons. Fridolin Ambogo en RFI: “Sin una fuerza internacional disuasiva, habrá nuevos dramas en RDC ». « Es hora de que despertemos ». Este grito resuena siempre en los mensajes de la Conferencia espiscopal del Congo, CENCO. Pasando de la palabra a la acción, los Obispos católicos han cogido su bastón de peregrino para emprender una verdadera cruzada diplomática tanto en el ámbito regional como internacional.
En Nueva Cork, en la sede de la ONU y en Parías, han hecho un alegato a favor del envío urgente de una fuerza militar europea, y han pedido la convocatoria de una conferencia internacional sobre la explotación de los recursos naturales de la RDC. Entre tanto, han invitado al Presidente de la República, en cuanto garante de la nación, a que consolide la reconciliación nacional para hacer frente a los grandes desafíos.
Dos Obispos católicos acaban de cerrar una gira por Europa y América. Gira marcada por un llamamiento presionante a la comunidad internacional para que se detenga el « genocidio silencioso” que se esta produciendo en el este de la RDC. Se trata de Mons.. Fridolin Ambongo, Obispo de Bokungu Ikela (Ecuador) y de Mons. Fulgence Muteba, Obispo de Kilwa-Kasenga (Katanga).
El 11 de diciembre fueron recibidos en la sede de la ONU y pidieron que se reforzara los efectivos de las fuerzas de mantenimiento de la paz en RDC. Igualmente, pusieron el acento en el envío urgente de una fuerza europea para ecitar eventuales atrocidades y el recrudecimiento de los combates. Deseo expresado en una conferencia de prensa en la sede de Caritas de los EEUU (Catholic Relief Service).
Frente al drama humanitario, los dos Obispos tuvieron un encuentro con el Sr. John Holmes, encargado de las operaciones humanitarias de la ONU. En este punto preciso hay que destacar el llamamiento de Caritas para desbloquear 5,5 millones de dólares. Caritas distribuye ya víveres, refugios y pone a disposición de la gente una asistencia médica así como consejos a las víctimas de violaciones.
6 millones de personas muertas
Sor Marie-Bertrand Alima, secretaria nacional de la Comisión Justicia y Paz, ha acompañado a los dos Obispos en esta cruzada diplomática. Haciendo balance de las guerras en Congo, ha declarado que “más de seis millones de personas han muerto en el transcurso de este decenio” y ha añadido que esta “cifra es comparable a la de la segunda guerra mundial”, pero ha deplorado que se trata de “una tragedia olvidada”.
Tiene razón. La comunidad internacional nunca ha calificado este drama ni pronunciado la palabra para calificarlo de “genocidio”. Sin embargo, lo que sucede en RDC es aún peor, es un holocausto. Un antiguo responsable americano ha tenido la valentía de decirlo: “Lo que sucede en RDC es peor de lo que sucedió en Alemania durante la segunda guerra mundial”. Desdichadamente, Europa cierra los ojos y duda en eviar una fuerza militar para detener la tragedia.
En Nueva Cork, los dos Obispos volvierona hablar de este “genocidio silencioso”. Ya el 13 de noviembre la CENCO había elevado el tono: “Un verdadero drama humanitario que se asemeja a un genocido silencioso se está produciebdoi ante los ojos de todos. Masacres gratuitas y a gran escala de poblaciones civiles, exterminio selectivo de jóvenmes, violaciones sistemáticas perpetradas como arma de guerra: de nuevo un crueldad de excepcional virulencia está siendo desencadenada contra poblaciones locales que lo único que han pedido en llevar una vida apacible y decente en sus tierras.
¿Quién tiene interés en semejante drama? Lo más lamentable es que estos acontecimientos desgraciados tienen lugar bajo la mirada impasible de quienes han recibido el mandato de mantener la paz y de proteger a la población civil. Nuestros propios gobernantes se muestran impotentes ante la amplitud de la situación y dan la impresión de no estar a la altura de los desafíos de la paz, de la defensa de la población y de la integridad del territorio naciona. La clase política toda ella no parece tomar sus responsabilidades ante este drama que peligra con hipotecar el futuro de la nación”.
Conferencia internacional
Evidentemente, se trata de una guerra económica, una guerra de intereses, caracterizada por la explotación ilegal de los recursos naturales. Los Obispos ya lo habían denunciado cuando hablaron también del plan de balcanización: “Es evidente que los recursos naturales alimentan la codicia de algunas potencias y no son ajenos a la violencia que se impone a la población. Todos los conflictos se desarrollan en los pasillos económicos y en torno a las minas. ¿Cómo entender que los diferentes acuerdos violados sin que exista presión alguna para obligar a los firmantes a que los respeten? La diversas conferencias y reuniones no han abordado el fondo de la cuestión y sólo han servido para decepcionar las expectativas legítimas de paz y de justicia de nuestro pueblo.
Además, el plan de balcanización que no cesamos de denunciar es ejecutado por personas intermediarias. Tenemos la impresión de que existe una gran complicidad. La gran extensión de la RDC y sus numerosas riquezas no deben servir de pretexto para hacer de ella una jungla. Pedimos al pueblo congoleño que no ceda ante la veleidad de la balcanización del territorio nacional. Le recomendamos que nunca suscriba la puesta en cuestión de nuestras fronteras”. Los dos Obispos han pedido, en nombre del episcopado congoleño, la celebración inmediata de una Conferencia internacional sobre la explotación de los recursos naturales en RDC.
Le Potentiel
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Mons. Fridolin Ambongo en RFI: « Sin una fuerza internacional disuasiva, habrá nuevos dramas en RDC »
Mons Fridolin Ambongo preside la Comisión Justicia y Paz de la CENCO. En su visita a París, ha sido entrevistado por Christophe Boisbouvier.
¿Siguen produciéndose exacciones en el este de su país ?
Según todas las informaciones que recibimos, la situación humanitaria apenas ha cambiado. Están todos los problemas de los desplazados ; los 250.000 que se pudren en los campos del Kivu. Hay muchas violaciones, violaciones masivas utilizadas como arma de guerra para humillar al marido, está tema de las etnias. ¿Por qué ? ¿Por qué recurrir a prácticas tan odiosas para humillar a nuestras muchachas, a nuestras mamás y ridiculizar de ese modo a las etnias?
Pero, ¿quiénes practican esos horrores?
Esta práctica queda verificada sobre todo en el campo de la rebelión, pero también en algunos elementos del ejército congoleño. Sería necesario que todos los autores de estas fechorías fueran castigados. Pero tenemos la impresión de que reina una especie de impunidad. No oímos en ningún lado que se haya perseguido a los autores. Es lo que nos choca.
Hay 17.000 cascos azules de la MONUC en su país. ¿Cómo es que no logran proteger a la población?
Nos planeamos la misma pregunta. El pueblo congoleño ya no cree en la MONUC. En el mismo seno de la MONUC hay disfunciones. Hay soldados que no obedecen al mando; prefieren obedecer al gobierno de su país. Hay soldados que no pueden disparar porque la Constitución de su país no se lo permite. El pueblo ha dejado de creer en ellos. Ya no hay confianza.
Usted ha ido a Nueva York a decir todo esto, ¿cuál ha sido la respuesta?
Son conscientes de todo ello y nos han prometido que iban a reorganizar la MONUC, reformarla dándole un mandato más “robusto”, aumentando el número de efectivos y mejorando la cadena de mando.
¿Cree que hay que reforzar la MONUC o se debe destacar una nueva fuerza internacional?
Hemos venido como Obispos en nombre de nuestro Episcopado, en nombre de nuestro pueblo, para pedir el envío inmediato de una fuerza europea o internacional, pero, en todo caso, compuesta sobre todo por soldados europeos, para ayudar a que la paz vuelva a la región; pero, verdaderamente una fuerza de disuasión.
Sí, pero ya ha oído usted el viernes último a Nicolas Sarkozy. Europa dice: no podemos estar en todas partes, es preciso que Angola vaya a la zona, y Angola tampoco tiene prisa en acudir. Entonces, ¿qué se puede hacer ?
Precisamente volvemos ahora del Elíseo, donde hemos debatido sobre todas estas cuestiones con los servicios del Presidente Sarkozy. Ésa es su posición por ahora. Pero, pensamos, no obstante, que a fuerza de insistir sobre el envío de esta fuerza, quizás, podríamos ayudar a que se tomara esta decisión. Porque, sin esa fuerza habrá nuevos dramas de aquí a unos meses.
Por lo tanto, ustedes piden el envío de una fuerza internacional. Pero, ¿bastará?
Creemos que esta fuerza prepararía el terreno. En ese momento, el gobierno congoleño pensaría en organizar una conferencia internacional sobre la explotación de los recursos naturales del Congo. Ya que, el nervio de la guerra es su explotación.
Pero, además del este, está el resto del Congo. Human Rights Watch afirma que desde hace dos años han sido asesinados 500 opositores. ¿Hacen ustedes la misma constatación?
Sí, porque yo llego de Kinshasa, y en Kinshasa, estos últimos tiempos, ha habido detenciones ligadas a escondrijos de armas. Se habían encontrado armas no sé dónde. Ello había creado mucho malestar en algunas comunidades.
Pienso que debemos buscar más bien unir al pueblo más que apuntar contra los otros de manera deliberada y arrojarlos a la cárcel sin que haya juicios. Todo esto crea descontento.
Human Rights Watch afirma que las víctimas principales de esta represión son o bien originarias del Ecuador o de presuntos simpatizantes de Bundu dia Kongo…
Sí, es verdad. El problema de Bundi dia Kongo es que, últimamente, ha habido una redada de la policía; se decía de la policía, pero había elementos del ejército. Hubo muchas detenciones. Hay un informe de la MONUC sobre esta cuestión.
En cuanto a los originarios de la provincia de Ecuador, es verdad. Yo provengo de esa provincia y conozco a mucha gente que se queja de este clima de encarnizamiento contra ellos, simplemente porque son de Ecuador y quizás cercanos a Jean-Pierre Bemba.ç
Según la Organización internacional, habría actualmente unos mil detenidos en las cárceles congoleñas por razones políticas…
Esas cifras no me extrañarían, a juzgar por las quejas que yo he oído en Kinshasa y Ecuador. En fin, no me extrañaría.
¿Existen en su país servicios de seguridad que escapan al control administrativo ?
En primer lugar, creo que entre los servicios que escapan al contro administrativo está la Guardia presidencial. A veces es ahí donde se producen las exacciones. Hay también otro elemento y es la ANR (Agencia nacional de información). Estas gentes tienen tambíen sus cárceles : arrojan a la cárcel a personas independientemente de la Justicia o de la administración. Espero que el Jefe de Estado, en cuanto padre de la Nación, piense que ha llegado el momento de hacer un gesto que apacigüe el clima y restaure la confianza de todos los ciudadanos congoleños.
Gracias, Monseñor.
Par Le Potentiel
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