Con una misa multitudinaria -un millón de personas, dicen los datos oficiales- el papa Benedicto XVI ha completado su estancia de poco más de veinticuatro horas en Valencia. como ya ocurrió en las intervenciones públicas del Papa ayer, la homilia de esta mañana puede haber defraudado a los sectores más conservadores del catolicismo español.
Joseph Ratzinger ha vuelto a reforzar el modelo de família y de matrimonio que defiende la Iglesia -«el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer», ha dicho el Papa- pero no ha buscado el enfrentamiento explícito con el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero.
Al contrario, la impresión -recogida hoy por la mayor parte de los medios de comunicación- es que las relaciones entre el Papa y los responsables del Gobierno de España se han desarrollado en términos de cordialidad e incluso que pueden haberse abierto puentes, durante esta estancia en Valencia. Tras la reunión de ayer por la tarde con el presidente Zapatero y con la vicepresidenta, Maria Teresa Fernández de la Vega, fuentes de Moncloa dijeron haber hallado «más cordialidad de la esperada».
El Papa no ha escuchado el ruído
Todo ello, a pesar del ruído levantado por algunos sectores políticos y también del Vaticano -el Jefe de prensa del Papa, Joaquín Navarro-Valls, hombre del Opus- por la no asistencia del presidente José Luis Rodríguez Zapatero a la misa de este domingo por la mañana. En el acto han estado presentes, además de los Reyes, los ministros de Exteriores y Justicia, el líder del PP, Mariano Rajoy, al que el Papa ha dado audiencia después de la misa, en un espacio habilitado tras el altar.
Ni una palabra sobre ETA
Durante sus intervenciones, el Papa ha evitado todo enfrentamiento con el Gobierno, a pesar de que éste mantenga su convicción favorable a reformas legales que, como el derecho al matrimonio para las personas del mismo sexo, cuentan con la oposición frontal de la Iglesia. Benedicto XVI tampoco ha dicho ni una sola palabra sobre el diálogo con ETA y el proceso de paz puesto en marcha por Zapatero en la búsqueda del final del terrorismo. Una cuestión sobre la que existe abierta discrepancia en el seno de la Conferencia Episcopal española y que sirvió de percha para que grupos de personas concentrados en Valencia por la visita del papa hayan abucheado e insultado, este sábado, al presidente del Gobierno.
Invitación a la «reflexión»
«Invito a los gobernantes y legisladores a reflexionar sobre el bien evidente que los hogares en paz y en armonía aseguran al hombre, en la familia, centro neurálgico de la sociedad dijo Joseph Ratzinger, jefe máximo de la Iglesia católica, en su intervención de clausura del V Encuentro Mundial de las Familias, el sábado por la noche.
Había ganas de reprimenda al Gobierno
Entre decenas de miles de personas reunidas en la Ciudad de las Artes y de las ciencias de la capital valenciana, hubo fuertes aplausos cuando Benedicto XVI hizo esa alusión a gobernantes y legisladores. El público asistente, o buena parte de él esperaba una alusión directa, quizá incluso una reprimenda al Gobierno español que en el último año ha impulsado la aprobación de reformas legales como la que ha reconocido el derecho al matrimonio de personas del mismo sexo. Entre los asistentes, a demás de los príncipes de Asturias, y las primeras autoridades valencianas, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, su secretario general, Ángel Acebes o el eurodiputado del PP, Jaime Mayor Oreja.
¿Discurso tibio para algunos?
Ratzinger afirmó que «el objeto de las leyes es el bien integral del hombre, la respuesta a sus necesidades y aspiraciones» y añadió que la familia «es una ayuda notable a la sociedad, de la cual no se le puede privar» y «una salvaguarda y una purificación para los pueblos». Estas frases, en boca del Papa, probablemente hayan parecido demasiado tibias a quienes se oponen radicalmente a reformas como la que permite el matrimonio de personas del mismo sexo. O a quienes por la tarde habían proferido insultos y abucheos al presidente del Gobierno, a cuenta de las reformas legislativas y del diálogo con ETA.
El matrimonio, según la Iglesia
“Mi deseo es proponer el papel central, para la Iglesia y para la sociedad, de la familia, fundada en el matrimonio, cuyo papel es insustituible», había dicho el pontífice en la mañana del sábado, nada más poner sus pies sobre suelo valenciano.
«La España de hoy», según el Rey
En su mensaje de bienvenida el Rey, Juan Carlos I le había dibujado así el país al cual llegaba “la España de hoy es un país moderno, solidario, una nación plural y diversa, fiel a sus tradiciones, amante de la paz, de la justicia y la libertad”.
No empezar por “las cosas negativas”
Antes de salir de Roma, el Papa había respondido a algunas preguntas de los periodistas. Un reportero de la agencia Reuters preguntó al pontífice sobre las leyes aprobadas en España rechazadas por la Iglesia católica. “No vamos a empezar con las cosas negativas –respondió- Vamos a ver la realidad de unas familias que se aman y son felices», respondió Ratzinger.