El Papa Benedicto XVI cerró su visita a España con una crítica implícita al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero al reafirmar la posición del Vaticano que el matrimonio tiene que ser heterosexual.
En su homilía de despedida ante una congregación que los organizadores calcularon en cerca de un millón de personas, el Pontífice recalcó que la familia tradicional era parte de un «plan amoroso de Dios».
Hablando desde un altar de 2.500m² erigido en el complejo futurista de Valencia, «La ciudad de las artes y las ciencias», Benedicto XVI pareció también enviar un mensaje a Zapatero, quien no asistió al servicio pero que ha apoyado políticas sociales que el Vaticano rechaza vehementemente.
Entre ellas, la decisión el año pasado de permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Pero otras medidas, como la reducción de la enseñanza religiosa en las escuelas y la disminución del apoyo financiero a la iglesia, también encontraron la disconformidad de las autoridades eclesiásticas.
Este fue el tercer viaje al exterior del jefe de la iglesia católica y coincidió con la clausura del V Encuentro Mundial de las Familias, un evento que se realiza cada tres años y cuyo objetivo es reforzar los valores cristianos y la institución de la familia en todo el mundo.
Familia
Cientos de miles se congregaron para escuchar al Papa.
Según el enviado especial de la BBC, David Willey, quien estuvo viajando con el Papa, «el rey Juan Carlos y la reina Sofía, sus tres hijos y siete nietos llegaron todos juntos para escuchar las palabras del Pontífice en defensa de los valores familiares cristianos».
En representación oficial asistieron el ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar.
En su homilía el Papa, quien llevaba vestimentas de color verde y una mitra dorada, también destacó la importancia de una educación cristiana tradicional.
Llamó la atención sobre el hecho que en muchos países se estaba intentando organizar la sociedad sobre la base de lo que calificó como deseos egoístas.
«En la cultura contemporánea con frecuencia vemos una excesiva exaltación de la libertad del individuo», dijo en un momento.
De manera similar, durante su alocución de este sábado, hizo una fuerte defensa de la familia tradicional.
En tal sentido reafirmó la «vigencia de la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, la única capaz de contrarrestar el hedonismo».
Tensión
Los peregrinos llevaban los colores amarillo y blanco, del Vaticano.
Parte del interés de la prensa estaba centrado en las difíciles relaciones que el Vaticano ha mantenido con el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero.
Pero a pesar de un mensaje papal que tácitamente crítica las políticas sociales del gobierno en áreas como la homosexualidad y el aborto, portavoces oficiales señalaron que el encuentro de 15 minutos que ambos líderes sostuvieron el sábado se produjo en un clima de amabilidad y cortesía.
España históricamente fue un bastión de evangelización católica y, hasta hace poco, un lugar donde la Iglesia mantuvo una gran influencia sobre la vida política y social.
Pero aunque la mayoría de los españoles se autodefine como católicos menos de la quinta parte se considera practicante y dos tercios de ellos se han manifestado a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.
El viaje fue parcialmente ensombrecido por la muerte de 42 personas el pasado lunes en Valencia, en lo que fue el peor accidente de metro en la historia de España.
Al iniciar su visita este sábado, el jefe de la iglesia católica hizo una parada frente a la estación de metro de Jesús, donde se produjo el siniestro, para orar y bendecir el lugar.
El Papa también anunció que el VI Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en Ciudad de México en 2009.