QUE VIENE EL COCO. Faustino F. Álvarez

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San Carlos Borromeo

Lo más evangélico se ría cooperar para que las personas sean mejores y más felices.
A la jerarquía católica española, o a una buena parte de ella, le produce pánico Educación para la Ciudadanía, y arremete contra ello por puro instinto de monopolio en lo referido a ideas y creencias. Los obispos que llevaban a Franco bajo palio piensan que nada ha cambiado y que siguen manteniendo en exclusiva el derecho a dictar las normas de conducta de la ciudadanía, ya sean católicos, musulmanes, budistas o ateos.

Y la existencia de una asignatura llamada Educación para la Ciudadanía les saca de quicio, como si alguien hubiese entrado en la sacristía a robar el aceite de las lámparas o las limosnas de los fieles. No se entiende esta rebelión contra la doctrina cívica (que hay que pagar impuestos, respetar a los demás, que el pueblo es soberano, que los inmigrantes también son seres humanos, que hay que ahorrar agua y electricidad, etcétera) por parte de la Conferencia Episcopal, cuando lo más evangélico sería adherirse a este manual de convivencia y cooperar para que las personas sean mejores y menos infelices.

Debería ser innecesario exigirles a los obispos respeto hacia la mayoría de edad de los ciudadanos y hacia las instituciones democráticas, y que dejen de predicar ?que viene el coco??, incluso que tengan el coraje de afrontar los retos del cristianismo en el siglo XXI, para lo que harían mejor en ser fraternos con los teólogos de la liberación de San Carlos Borromeo que maldiciendo entre líneas textos educativos que son competencia del Estado, porque así lo
ha decidido la sociedad.

(Mire que la Iglesia Católica cometió pecados durante el franquismo, pero al menos los únicos centros educativos donde no se cursaba Formación del Espíritu Nacional eran los seminarios. Tampoco se cantaba el Cara al sol ni había retratos de Franco ni de José Antonio en las aulas. A ver si fue porque todo aquel tinglado fascista les parecía demasiado blando…)