Enviado a la página web de Redes Cristianas
El hombre de nuestro tiempo parece más preocupado por el pienso que por el pensar. Tan tedioso y trabajoso le resulta el acto de pensar que ha decidido externalizar el pensamiento como acto de reflexión. Que piensen ellos, que piensen por nosotros venimos a decir con nuestra actitud conformista e indiferente.
Con nuestros votos y con nuestro dejar hacer, implícitamente estamos mostrando nuestra disposición a que las élites políticas y económicas neoliberales nos exploten cuanto quieran, emulando así la actitud y comportamiento de la sociedad imaginada por Aldous Huxley en ?Un mundo feliz??, donde nos describe una democracia que es, a la vez, una autentica dictadura; una cárcel sin muros de la que los prisioneros no desean salir.
Antaño la esclavitud era ajena y forzosa; actualmente es voluntaria y nos explotamos a nosotros mismos hasta la náusea. Al parecer este es el gran logro neoliberal: no necesitan el látigo, nosotros mismos nos sometemos. El esclavo actual vende su cuerpo y su alma a los poderes económicos y políticos a cambio de un espejismo, a cambio del éxito y de la falsa creencia de poder satisfacer sus infinitos deseos. El esclavo del siglo XXI no quiere ser ni saber, sino tener, conocer y aparentar; por eso se explota a sí mismo hasta el desfallecimiento, hasta la depresión.
. Valladolid