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Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva… “Si queréis sacamos a la virgen, pero para llover no está”, le decía el cura a los feligreses que querían sacar a la virgen en procesión para pedirle que lloviera. Y es verdad, tiene razón el cura, para llover lo que se necesita no esta la cosa. Dicen los entendidos que tendremos un otoño más seco de lo normal y seguro que sus predicciones se cumplen, vaya si se cumplen. Estos del tiempo ya se equivocan menos que este cura del chiste.
¡Que sí, que no, que caiga un chaparrón! Si no llueve pronto y con ganas, esto será un desastre. El panorama es desolador. Qué pena da ver los pantanos agotados, los ríos secos, las plantas muriendose de sed, el aire envenenado, las cloacas sucias, la tierra disipada, los tractores envueltos en una nube de polvo haciendo sus labores de sementera con la incertidumbre de si las semillas llegaran a germinar.
Pero lo peor de todo es que posiblemente esto no sea una excepción sino la regla. El cambio climático ya está mostrando su peor cara y aquí seguimos pasmados, sin reaccionar. Todos nos lamentamos amargamente pero nada hacemos para cambiar las cosas. Así somos de incoherentes los humanos. Nos abocamos al desastre y aquí seguimos ensimismados esperando el Apocalipsis. Que llueva, que llueva.
Valladolid