Enviado a la página web de Redes Cristianas
La profesión de político ya no goza de prestigio. A las mentes más valiosas no le apetece meterse en el barrizal en que se ha convertido la política. Solo algunos mediocres, con ambición de poder, escasa altura intelectual y endeble categoría humana, se atreven a participar en el actual circo político. Podríamos decir que, en estos momentos, el mundo está pilotado por una tripulación anodina, más apta para estrellarnos en cualquier momento que para mantener el vuelo de forma estable y segura.
Pero la política es demasiado seria como para dejarla en manos de ineptos y mentes irreflexivas. Los tiempos que nos toca vivir demandan una gobernanza global más justa y sensata; y, para lograrlo, necesitamos que los mejores den un paso al frente y se comprometan a mejorar la vida de las personas y a salvaguardar este planeta que nos ha tocado en suerte. Pero no solo ellos, todos debemos implicarnos en lugar de sentarnos a ver lo que pasa o a decir como dice mi vecino cuando comento algún problema existente en el país: “Tu no te preocupes, ya lo arreglará alguien”.
/ Antoñán del Valle (León)