PROPUESTAS AMBIENTALES PARA BRASIL

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Adital

La disputa por el cargo de Presidente de Brasil, este año, motivó a Greenpeace, entidad internacional de defensa del medioambiente, a lanzar un documento con las principales propuestas de acciones ambientales para el país. El texto, divulgado el último jueves 17 de agosto, tiene por objeto contribuir a la elaboración de una plataforma ambiental en los programas de gobierno de los candidatos a la Presidencia de la República. La entidad propone que esos candidatos adopten una agenda común para solucionar los problemas ambientales y la cumplan, independientemente de quien sea el elegido.

Según el director ejecutivo de Greenpeace en Brasil, Frank Guggenheim: «Greenpeace cree que es necesario retomar el debate sobre la adopción de una agenda común de propuestas para la solución de los graves problemas ambientales, que sea compartida por organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos y candidatos».

Cinco temas son tratados con mayor destaque en el documento: la cuestión del cambio climático, energías renovables, Floresta Amazónica, agricultura responsable y los transgénicos. En relación con el cambio climático y las energías, Greenpeace propone la elaboración de una Política Nacional de Cambios Climáticos, que identifique las vulnerabilidades en el país, aborde estrategias de mitigación y proponga medidas de adaptación a los efectos del calentamiento global. A nivel mundial, la entidad pide que el futuro presidente dé continuidad a las negociaciones de la segunda fase del Protocolo de Kyoto, comprometiéndose a reducir las emisiones brasileras de gases de efecto invernadero.

El documento pide inversiones en programas y acciones de eficiencia energética y desarrollo de energías renovables, además de la definición de criterios socio-ambientales para la expansión de la producción sustentable de energía a partir de la biomasa, del biodiesel y del etanol, a ser incorporadas en el Programa Nacional de Agroenergía. Pero, establece como prioridad para el clima/energía: mecanismos financieros efectivos para la implementación de matrices energéticas modernas, limpias y renovables; la no construcción de Angra 3 y el cierre (descomisionamiento) de las Usinas de Angra 1 y 2; y la no inversión en usinas termoeléctricas a carbón mineral.

Para la protección de la Floresta Amazónica, el documento propone la elaboración de un plan estratégico de combate de la deforestación; el fin de la conversión de áreas de floresta en áreas de siembra de soja y la creación de paquetes de incentivo económico para actividades sustentables, que generen renta y mantengan la floresta en pié, como el ecoturismo y la pesca sustentable. Medidas políticas deben ser adoptadas para garantizar la gobernabilidad y el cumplimiento de la legislación ambiental en la región. Son ellas: el fortalecimiento de la estructura del Ibama (Instituto Brasilero de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables) y del Incra (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria), además de la actuación de la Policía Federal y del Ministerio Público en la región,

En el combate de los transgénicos, Greenpeace propone «un nuevo modelo agrícola anclado en una agricultura responsable, que debería trazar directrices para la producción social y ambientalmente justa de la llamada ‘agricultura de la energía?. La política agrícola debe asegurar un futuro promisorio para la agricultura familiar, garantizando responsabilidad al desarrollo rural, factor estratégico y fundamental para la generación de empleos, alimentos, divisas, reducción de las presiones sociales sobre los centros urbanos y la contención del continuo flujo de colonos en dirección a la Amazonia.»

El fin de las investigaciones y de la comercialización de árboles transgénicos y de semillas estériles, las llamadas «Terminators»; el establecimiento de garantías para la existencia de una producción libre de transgénicos en el país, con la consecuente estructuración de un sistema de siembra, cosecha, transporte y comercialización; y la reglamentación de la Ley de los Orgánicos (10.831, de 23/12/2003), que establezca una eficiente fiscalización de las certificadoras de productos orgánicos, están entre las medidas que apuntan a garantizar en Brasil una agricultura responsable y libre de transgénicos.

Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com