En el África moderna ha habido y hay profetas de muchos tipos: los defensores de los derechos de lo pobres y de los Derechos Humanos; los que denuncian a los gobiernos y acaban en la cárcel o desaparecen; mujeres que han marcado el ritmo de la historia; los que lucharon para conseguir la independencia o el fin del apartheid… y también algunos gobernantes que se han distinguido por el compromiso con su pueblo: Julius Nyerere, presidente fundador de Tanzania, que orientó su país hacia un socialesmo africano con igualdad de oportunidades para todos. Eduardo Mondlane, lóder de FRELIMO, movimiento de liberación de Mozambique, asesinado en Dar es Salam en 1969,
Entre los líderes proféticos de la liberación y la lucha contra el apartheid algunos de los más conocidos en Sudáfrica son: Steve Biko, Nelson Mandela que colaboró al fin del apartheid y a crear una sociedad capaz de vivir el perdón y la reconciliación; Oliver Tambo, el Arzobispo Desmond Tutu, luchador y defensor de la causa de los pobres; Chris Hani, que defendió un sistema económico equitativo, fue el líder del Partido Comunista de Sudáfrica y murió asesinado. La lista de profetas africanos es larga. Todos ellos, cristianos o no, estaban motivados por la fe en el género humano, por la creencia de que todos los seres humanos somos iguales y merecemos ser respetados y poder desarrollar nuestras posibilidades al máximo.
Trabajan por conseguir un mundo mejor
Aunque la lucha por la justicia social, económica y medioambiental pasa inadvertida, algo está cambiando en África. Los actores de estos cambios son individuos y grupos con una visión, entusiasmo y compromiso, que trabajan en distintas áreas para conseguir un África mejor. La fe en la humanidad, en un Dios que ha creado a todos iguales, que desea un mundo de justicia y de paz es lo que motiva a estos «activistas» y «buscadores de justicia». La fidelidad a sus creencias en los derechos humanos, en la resolución no-violenta de conflictos y en la justicia social les da la fuerza para continuar en la lucha y tomar posiciones arriesgadas. A menudo, calladamente y sin publicidad, los héroes de la Justicia y la Paz viven los valores humanos de base: el amor, el respeto, la compasión y el valor. Muchos son polémicos, pues se enfrentan a la desaprobación pública, al peligro físico, al encarcelamiento y hasta a la muerte. Están presentes en todas las regiones del continente y continúan transformando el mundo. Sus victorias son lentas, pero avanzan, aun en medio de dificultades. Entre un gran número de profetas en el continente africano que se han sacrificado para que otros puedan vivir mejor destaco dos:
Owens Wiwa, médico y activista de los derechos humanos, escapó de Nigeria tras la ejecución de su hermano, el escritor y activista ecológico Ken Saro-Wiwa, presidente del Movimiento para la Supervivencia de Ogoni, ejecutado por el gobierno militar en 1995. Owens continúa la Lucha contra la Injusticia Medioambiental en el destierro. Como activista político, ha documentado los abusos de los derechos humanos perpetrados por el ejército nigeriano contra el pueblo Ogoni. Es miembro del comité director de MOSOP (Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni).
Wangari Maathaai, fundadora del Movimiento «Cinturón Verde» en Kenya, ha logrado concienciar a los keniatas y a muchos en África del Este, sobre la importancia del medioambiente. Wangari observó, cómo los bosques y árboles desaparecían en Kenia, a causa de los cultivos y el uso de leña. Eso aumentaba la erosión del suelo y contribuía a la pobreza. El día mundial del Medio Ambiente de 1977, Maathai plantó siete árboles en su patio. Esta acción simbólica, su compromiso y su militantismo fueron el comienzo del Movimiento del Cinturón Verde (MCV) que cambió el rostro de Kenya… Movilizó a los cultivadores, de los cuales más del 70 % eran mujeres, para plantar áreas de árboles protectores y sobre todo árboles indígenas. En solo dos décadas, el Movimiento se extendió rápidamente en Kenya y en la región: Tanzania, Uganda, Malawi, Lesotho, Etiopía, y Zimbabwe.
Maathai ha sabido atraer a la opinión pública para protestar por la destrucción de bosques y parques, para construir apartamentos de lujo, lo que le ha hecho padecer difamación, persecución, detención, y ataques físicos, pero ha permanecido firme frente a las amenazas a su vida. En 2003 entró a formar parte del gobierno y en 2005 recibió el Premio Nóbel de la Paz.
Los profetas han cambiado el ritmo de la historia y han influenciado la política, la economía, el género, la Iglesia de su país, de su región y de todo el continente africano. Se habla mucho de la corrupción de África, y muy poco de sus profetas: hombres y mujeres que dan su vida día a día, por conseguir un mundo mejor para todos: un mundo de libertad, donde los recursos sean equitativamente distribuidos y donde todos sean respetados. Ellos son un ejemplo para todas las personas de buena voluntad, que luchan y desean un mundo mejor.
Begoña lñarra, mnsa.
Revista Africana
* Federación de Comités de Solidaridad con África Negra