La reforma de la norma pasa el último trámite antes del debate en el Congreso
La Mesa del Congreso de los Diputados ha calificado hoy la nueva ley del aborto, con lo que a la reforma de la norma sólo le queda ya el paso de la tramitación parlamentaria.
Sin embargo, y como ha venido ocurriendo desde que comenzó el debate de la ley, las críticas del PP, la Iglesia católica y los grupos pro vida que manifestarán el próximo 17 de octubre contra la ley no se han hecho esperar. La portavoz popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, ya advirtió de que su grupo hará todo lo posible para que la ley no salga adelante, y hoy mismo han tratado de que se suspenda su tramitación. Por su parte, el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlo Amigo, aplaudió la manifestación y lamentó el “circo” de la “laicidad” que a su juicio mantiene el Gobierno.
La reforma de la ley para la interrupción voluntaria del embarazo ha pasado hoy el último trámite antes de ser debatida en el Congreso, al recibir la calificación de la Mesa de la Cámara Baja con los votos favorables del PSOE, el PNV y CiU. Los cuatro representantes del PP que integran la mesa han tratado hasta el final de oponerse a este tramite, alegando que, por primera vez, el Consejo General del Poder Judicial no ha emitido un informe sobre la reforma. El órgano de poder de los jueces no consiguió llegar a un acuerdo sobre la nueva norma, por lo que el texto no va acompañado como es habitual del informe judicial.
Intentos de frenar el trámite
En ello se ha apoyado la secretaria segunda de la Mesa, Ana Pastor, para defender la petición de su grupo de no enviar el proyecto a la Comisión de Igualdad que lo tramitará por razones jurídicas. Pese a todo, el resto de componentes de la Mesa ha aprobado la tramitación que, con toda seguridad, continuará envuelta en la polémica y seguirá contando con la firme oposición del PP.
«En contra del sentir de los ciudadanos»
Así lo advirtió esta mañana la portavoz parlamentaria conservadora, Soraya Sáenz de Santamaría, que garantizó que su grupo hará todo lo posible para evitar la aprobación de la reforma, de la que dijo estar en contra tanto por el modo como se ha planteado como por su contenido. Su crítica se centró en la propuesta de que las menores de edad puedan interrumpir su embarazo sin el consentimiento paterno, algo que, según dijo, “va en contra del sentir de los ciudadanos”.
«Enorme polémica social»
“Me gustaría que el Gobierno reflexionara sobre una ley que ha generado una enorme polémica social”, afirmó. Además, explicó que no acudirá a la manifestación contra esta ley el próximo 17 de octubre para no politizar la marcha, aunque se mostró convencida de que se unirán al acto todo tipo de personas, con independencia de su ideología política.
«Respeto de la vida de la concepción a la muerte»
Tampoco dejó claro si irá a la marcha el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, que se limitó a “aplaudir” a quienes apoyen el acto. A su juicio, la acción “más eficaz” contra el aborto es la educación y la formación de las personas “en el respeto a la vida desde el momento de la concepción”. Según recordó, la Iglesia siempre ha mantenido una postura “clara y sin ningún tipo de fisuras de defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte, fuera absolutamente de cualquier tipo de manipulación”.
El «circo» de la «laicidad»
Amigo consideró que estas políticas ponen de manifiesto la “laicidad” del Gobierno. “Ojalá fuera una laicidad seria e inteligente. Lo que ocurre es que no podemos convertir la laicidad en una especie de circo donde cada uno hace su numerito todos los días”, añadió tras “aplaudir a todos aquellos que defienden el derecho de la persona”.
«Cultura de la muerte»
Más contundente aún se mostró el portavoz del Foro Español de la Familia, Rafael Lozano, durante la manifestación del 17 de octubre. Según dijo, la nueva ley introducirá en nuestro país una “cultura de la muerte” y promoverá de “forma sistemática” una visión “sesgada” de la sexualidad en las escuelas y en la sanidad. Según dijo, la reforma convertirá un “delito despenalizado” en una “derecho”, algo que en su opinión “no tiene sentido”.
El «verdadero derecho» de las mujeres
Según defendió, la nueva norma “privará” a las mujeres de su “verdadero derecho”, el de la “maternidad”. Además, apuntó que las embarazadas recibirán “información completamente sesgada” y “soluciones falsas y baratas” en lugar de “alternativas” a la interrupción voluntaria del embarazo, con lo que “no tendrá libertar para elegir” si abortar o seguir adelante con la gestación. A su juicio, la aprobación de la norma ha sido “instigada” por “los que hacen del drama del aborto” un “inmenso negocio”.