POLONIA: SU GRAN PUERTA ABIERTA

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Taizé

Durante las últimas semanas, tres hermanos recorrieron Polonia, visitando a los jóvenes que se preparan a participar en el encuentro europeo de Zagreb, al final del año. En cada una de las treinta ciudades visitadas, jóvenes se reúnen regularmente para momentos de oración e intercambio. A lo largo de las visitas, los hermanos ayudaron a estos puntos de preparación, pero sobre todo animaron a los jóvenes a distinguir, en esta puesta en marcha hacia Zagreb, la presencia del Cristo junto a ellos.

En cada una de las etapas de este ?tour de Polonia??, fuimos acogidos en una parroquia de la ciudad para un momento de oración e intercambio. Cada día en otro lugar, rezamos en torno al icono de la amistad, cuyo original fue pintado en Egipto en el siglo VII y que es muy conocido en Taizé. Representa a Cristo que coloca la mano sobre su amigo, el monje Menas. Hoy aún, este icono nos permite acordarnos que por su resurrección Cristo está presente a nuestro lado y que nos acompaña en nuestra vida.

¿Cómo percibir las señales de esta presencia de Dios en nuestras vidas? ¿Cómo encontrar a Cristo hoy? Estas preguntas permitieron a los jóvenes intercambiar y compartir, desde septiembre, con el fin de ponerse en marcha hacia esta nueva etapa de la peregrinación de confianza a través la Tierra que será el encuentro de Zagreb. En efecto, la preparación implica aspectos materiales: organizar una salida en tren desde Varsovia, informar a los jóvenes sobre el nuevo sistema de inscripciones en línea, etc., pero sobre todo, participar en este encuentro requiere una resolución interior.

Varios jóvenes mencionaron también esta resolución interior, que los animó a ir aún más lejos: en la India, a Kolkata, para participar allí del encuentro de jóvenes organizado por la comunidad a principios de octubre. El testimonio de estos jóvenes, en Varsovia o en Gdansk, era importante para comprender que nuestra marcha no conoce fronteras.

A lo largo de este viaje, pudimos encontrarnos con numerosos jóvenes implicados en sus parroquias. Mucho aceptan asumir una responsabilidad en la liturgia, en la animación de grupos, en la preparación de oraciones comunes. Esto les permite avanzar en su camino de fe, pero también apoya a otros en a iniciar un recorrido similar.

A Itawa, la visita en un colegio permitió encontrarse con jóvenes visiblemente felices de poder estar juntos. La educación está en el centro de las cuestiones que atraviesan hoy a la sociedad polaca. A Siedlce o Torun, la ciudad de Copérnico, las oraciones tuvieron lugar en lugares donde los estudiantes se encuentran regularmente.

En la última parte de este tour, costeamos el curso del Vístula, ya cruzado en Cracovia. Algunos trayectos en tren fueron muy bonitos, como entre Gdynia y Koscierzyna, dónde el soleado cielo azul dejaba reflejar los colores del otoño en los lagos de Kachoubie.

Por último, en cada una de las ciudades, hasta en lugares de provincia nunca visitados por los hermanos, era sorprendente constatar la gran hospitalidad, la recepción muy calurosa que se nos reservaba. Tendríamos el deseo de cantar, con el gran poeta Adam Mickiewicz al principio de su novela Lado Tadeusz:

Su gran puerta abierta informaba al pasajero que Ella era acogedora para cada uno y en todo momento…