A los primeros cristianos
la cosa política no los dejaba indiferentes
es más seguían con atención
los cambios en la cúpula del poder.
Sabían que no eran lo mismo
un emperador que los enviaba a los leones
que otro que los miraba con fría indiferencia
y los dejaba practicar su fe.
Para los primeros cristianos
como para los de hoy
la política es cosa de vida o muerte.