En su evaluación, el padre José Oscar Beozzo, cree que el Documento Final dejó afuera partes consideradas muy importantes, como es el caso de los textos que se referían a las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs). En esta entrevista, él profundiza su evaluación sobre la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que termina hoy, en Aparecida, San Pablo, Brasil.
Adital – ¿Cuáles son los aspectos importantes de la V Conferencia de Aparecida?
José Oscar Beozzo – Pienso que el primer gran significado de Aparecida fue recuperar esa tradición latinoamericana de Conferencias Generales, porque se corría el riesgo de que se afirmase dentro de la Iglesia la experiencia de Santo Domingo, cuando se intentó terminar con las mismas, y el Sínodo dejó señales de que el Camino sería ese. Pienso que ése es el primer significado, de haberse vuelto al episcopado, las iglesias latinoamericanas reuniéndose y buscando su camino. Digo esto independientemente de los resultados de la V Conferencia. Esto, por sí sólo, ya es un hecho importante.
Segundo, lo que me parece importante es que para la elección de los miembros hubo una tendencia a privilegiar los movimientos dentro de la Iglesia, tanto fue así que se creó una categoría aparte para los movimientos, como si fuese una categoría fuera de la vida de la Iglesia, y se ganó una categoría nueva que se llama «El Movimiento». Dentro de esa categoría hubieron seis personas. Entonces, se privilegió eso.
Hubo una batalla para que viniese alguien de las comunidades. Creo que esa fue una batalla entre los diferentes grupos de la Iglesia – y yo identifico a los Movimientos, con su legitimidad -, pero las CEBs son la representación del pueblo pobre y pienso también en las pastorales que no tuvieron lugares específicos en este documento. Fue una lucha todo el tiempo para decir que dentro de la Iglesia hay pastorales, que se dedican de manera especializada y enfocada a resolver problemas graves y específicos, como la Pastoral de la Salud, Pastoral de la Niñez, Pastoral de la Tierra o Pastoral de la Mujer Marginada. Entonces, reconocer los diferentes rostros que componen la realidad eclesial fue un esfuerzo en esta Conferencia. Ahora, tenemos que ver el documento.
Además, pienso que la lectura de Aparecida no puede ser realizada solamente a partir del documento. ?se es uno de los elementos. El mensaje final es otro también. Pero hay otros elementos importantes que representaron para los obispos un contacto continuo con el pueblo. La peregrinación hacia Aparecida, que representó el esfuerzo de las comunidades, pastorales y otros grupos para decir «nosotros queremos hacer una contribución a Aparecida»; los laicos, con el Seminario Teológico, para retomar la reflexión teológica latinoamericana. El esfuerzo que las CEBs y Pastorales Sociales hicieron caminando toda una noche para venir a celebrar en la Basílica y el esfuerzo más constante de mantener la carpa, el diálogo continuo, las celebraciones, llevando a los participantes de la propia conferencia a compartir con el pueblo lo que estaba ocurriendo y llevar también la voz y las preocupaciones. Entonces, creo que fue un esfuerzo el que llevó a que la Conferencia se diese en medio de una Iglesia viva y de los varios actores y actoras sociales.
Otra cosa que me pareció importante es que hay sujetos emergentes de la realidad. En Santo Domingo, la gran batalla fueron los 500 años. Los pueblos indígenas se habían organizado y decían fuerte: «estamos aquí, estamos organizados, no somos realidad del pasado y este Continente necesita reconocer que hay una realidad multiétnica, cultural, religiosa, lingüística» y fue doble porque allí dijeron que eso era cosa del pasado y se terminó, ahora es otra cosa «América Latina es el mestizaje». ?sta es una realidad importante, pero no liquidó a los pueblos indígenas. Son más de 600 pueblos indígenas que continuarán teniendo cultura, lengua, religión, y esos rostros en Santo Domingo quedaron olvidados, al paso que aquí hubo un reconocimiento del camino realizado, lo que fue Chiapas, en México, lo que fue el movimiento indígena que derribó a cuatro gobiernos en Ecuador y que derribó también al gobierno de Bolivia. Creo que ya no se puede uno quedar preguntando dónde están los indígenas. Pienso que estos actores encontraron, aunque con dificultad, su lugar en el debate de la Conferencia, así como los Afroamericanos. Pienso que esta realidad también emergió, pero no con tanta fuerza como la realidad indígena. Otros actores como la mujer, las CEBs están ahí, en forma ambigua, contradictoria como lo fue esta Conferencia, pero lo tengo que señalar.
Adital – ¿Cuál es su análisis del Documento Final?
José Oscar Beozzo – Superficialmente, creo que no habrá grandes cambios en relación con la versión anterior, aunque hubo un cambio de estructura, que se antepuso a la realidad.
Hubo problemas en la comisión de redacción. Por ejemplo, sacaron tres párrafos importantes sobre las comunidades de base, que continuaron medio perdidas en el medio, pero allá donde se trataba el asunto no están, hay un grupo de obispos procurando firmas para que se recoloque. ¿De quién es esa mano de gato que después de aprobado en la reunión plenaria se cree con el derecho de sacar algunas cosas?
El resultado final queda por debajo del esfuerzo realizado desde el momento que las comisiones perdieron el control de la redacción de los textos. Fue dentro de las comisiones que fue solicitado el trabajo, pero en el momento de la propuesta de la presidencia de desligar las discusiones de los módulos de la comisión que conocía el texto – plural porque eran antagónicas, pero era la comisión de los obispos, el texto era de los obispos -, pero en la comisión de redacción, se colocó totalmente en contra todo eso. Creo que fue un cambio interno grave en el sentido de que retiró de las comisiones que estaban elaborando el texto, el momento más crucial que era cotejar lo que la asamblea aprobó o no para mejorar el texto. Ese momento terminó y ocurrió todo en forma muy restringida, que no era la pluralidad de los obispos. Eso se reflejó mucho en el texto.
Creo que fue una decisión equivocada. Pienso que era mejor haber mantenido ese texto, incluso con contradicciones – porque contradicciones existen dentro de la Iglesia -, que producir un texto que encubre aspectos importantes de teología y práctica eclesial en América Latina.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com