Panel ético-politico junio 2014 -- Benjamín Forcano, teólogo

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

1.Denuncia en el Parlamento europeo (Sr. Blon).
2. Por qué es odiado EE. UU. (Obispo Robert Bowman)
3. La danzadera del mundial del futbol (Benjamín Forcano)
4.No existe globalización, sino globocolonización (Frei Betto)
5. ¿Quién controla de verdad el dinero?
(En entrevista: Benjamin J. Cohen, economista)

PARLAMENTO EUROPEO
Estrasburgo, 21 de Noviembre de 2013
Programa de Acción para el cobro de impuestos
En la Unión Europea para 2014-2020

I Interviene el Sr. BLON

Muchísimas gracias, Sr. Blon, tiene un minuto.

– Bien, Sr. Presidente.
Considero oportuno citar aquí al gran filósofo estadounidense
Murray Rothvar que decía: que el Estado?? el Estado es una institución
de hurto a gran escala.
Los impuestos son tan solo un sistema que sirven
para que los políticos y burócratas roben el dinero de sus ciudadanos
y lo dilapiden de la manera más vergonzosa.
Este lugar no es una excepción.
Es fascinante, y de Vds. yo no entiendo
cómo pueden mantener sus rostros serios,
cuando hablan de evasión fiscal.

La Comisión entera y los burócratas de esta Comisión evaden impuestos.
Vds. no pagan impuestos tal como los pagan los ciudadanos.
Vds. tienen toda clase de tratos especiales.
Tasas de impuestos convertibles.
Límite de pago de impuestos a las grandes ganancias.
Esquemas de pensión no contributivas.

¡Vds. son los más grandes evasores de impuestos de la Unión Europea!
Y se sientan aquí a pontificar.
Pues bien, el mensaje ha sido recibido por los pueblos de la Unión Europea.
Vds. se darán cuenta de que los euroexcépticos
regresarán en junio con un gran número de personas.
Y les voy a contar algo peor:
cuando la gente se haga consciente de cuantos son
no pasará tiempo
antes de que ellos tomen por asalto este Parlamento
y los ahorquen.
¡Y ellos habrán hecho lo correcto!

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¿Por qué es odiado Estados Unidos?
Robert Bowman

Una voz profética: nos odian porque hacemos cosas odiosas

Carta abierta del obispo de Melbourne Beach (Florida), Robert Bowman al entonces presidente Bill Clinton, que ordenó el bombardeo de Nairobi y Dar es-Salam, donde las embajadas norteamericanas habían sido atacadas por el terrorismo. La carta, muy actual, fue publicada en el National Catholic Reporter del 2 de octubre de 1998 con el título: ¿Por qué es odiado Estados Unidos?
(Why the US is hated? ) y dice así:

«Usted ha dicho que somos blanco de ataques porque defendemos la democracia, la libertad, los derechos humanos. ¡Eso es absurdo! Somos blanco de terroristas porque, en buena parte del mundo, nuestro gobierno defiende la dictadura, la esclavitud y la explotación humana. Somos blanco de terroristas porque nos odian. Y nos odian porque nuestro gobierno hace cosas odiosas. ¡En cuántos países agentes de nuestro gobierno han destituido a líderes escogidos por el pueblo cambiándolos por dictaduras militares fantoches que querían vender su pueblo a sociedades multinacionales norteamericanas!

Hemos hecho eso en Irán, en Chile y en Vietnam, en Nicaragua, y en el resto de las «repúblicas bananeras» de América Latina. País tras país, nuestro gobierno se opuso a la democracia, sofocó la libertad y violó los derechos del ser humano. Esta es la causa por la cual nos odian en todo el mundo. Por esta razón somos blancos de los terroristas.

En vez de enviar a nuestros hijos e hijas por el mundo a matar árabes y obtener así el petróleo que hay bajo su tierra, deberíamos enviarlos a reconstruir sus infraestructuras, beneficiarlos con agua potable, alimentar a los niños en peligro de morir de hambre. Esta es la verdad, señor Presidente. Esto es lo que el pueblo norteamericano debe comprender».

La respuesta acertada no era combatir terror con terror a Bush, sino con solidaridad. Miembros de las asociaciones de víctimas de las Torres Gemelas fueron a Afganistán para fundar asociaciones de ayuda para que el pueblo saliese de la miseria. Mediante esta humanidad es como se anulan las causas que llevan al terrorismo.
   
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La ?danzadera? del Mundial de Fútbol

Benjamín Forcano
http://www.cuartopoder.es/tribuna/la-danzadera-del-mundial-de-futbol/5997
La XX edición de la Copa Mundial de Fúttbol está llegando a todos los rincones de la tierra como una danzadera que a  todos invita a bailar y a unos pocos a manejar el sucio negocio que la tecnología global les brinda. Brasil, un país de 200 millones de habitantes,  fue elegido como sede del Mundial por la FIFA en el 2007. Acudirán a verlo, según cálculos, unos 3.000.000 de brasileños y unos 600.000 extranjeros.

El Gobierno brasileño de Dilma Rouseff ha invertido más de 15.000 millones de dólares en la reparación de doce estadios de futbol y en otras reformas. Los gastos superan a los  dos juntos del campeonato  mundial de  Alemania (2006) y de Sudáfrica (2010).  Y, desde hace un año, han saltado a la calle encendidas  manifestaciones  contra una política que no repara en  miles de  millones para un  acontecimiento  deportivo y no tiene  dinero para acometer los  graves problemas de vivienda, salud, educación, transporte urbano, trabajo y otros derechos sociales.

Ha sonado como una alerta dolorida la voz de Paulo Coelho: ?Por razones políticas contra Dilma Rouseff no estaré dentro en los estadios del Mundial de Fútbol, sabiendo lo que ocurre fuera en los hospitales??. Escritores, cantautores, actrices?? denuncian: ?El mundial no es nada bueno para la población??. Y  el pueblo lo grita y exhibe en carteles:  ?No a la Copa del capitalismo y  del turismo sexual??, ?Somos guiados por ladrones de la FIFA, que juegan sucio para ganar??, ?FIFA, vete al infierno??.

Si la FIFA ingresó en el 2009 la cantidad de   873,9 millones de euros y un beneficio de 196 millones, ¿a cuánto ascenderá el ingreso y beneficio del 2015? Naturalmente la FIFA es una entidad privada y sobrefactura cuanto dinero quiere a través de  los acuerdos televisivos y  los patrocinios  (sponsors) de grandes empresas: Iberdrola, Adidas,  Banesto, Cepsa, Chevrolet, etc.

Pocas entidades  como ésta gozarán de tanta libertad e impunidad a la hora de planificar y pactar sus intereses. Y sabe que el éxito lo tiene asegurado, por más lacerante y opuesto que sea a los intereses del pueblo y de los más necesitados. La danzadera, puesta en marcha, no hay quien la pare,  pues nos meten en ella a todos, comenzando por los gobernantes, quienes harán todo con tal de asegurar la imagen exterior  de su pueblo.
¿Y la ética? Porque lo han dicho, sin reparo ni vergüenza, algunos expertos de la redistribución: ?Hombre, en ese sentido, esto suena mal, pero no hay que mezclar lo uno con lo otro??.

Ahí, creo, está la clave: la ética sobra, y no por atender a derechos básicos de la población y de los más necesitados vamos a parar la danzadera que es negocio,  lucro,  placer, explotación; en definitiva, dinero-negocio que la FIFA sigue moviendo para proseguir con la danzadera más cautivadora  de todas: el fútbol.
Unida a ella, está también y de manera privilegiada,  ?La Roja?, que depende de la RFEF (Real Federación Española de Fútbol), también entidad privada, que apenas recibe 4 millones de Euros  del Consejo Superior de Deportes (todo para cuestiones de formación, desarrollo de actividades deportivas, etc.), pero  no usando ni un  euro de dinero público para las primas que, ahora en el mundial, ella y los jugadores  acuerdan otorgarse.

Ya en el 2010, en Sudáfrica, los 24 jugadores seleccionados recibieron una prima de 600.000 ?? cada uno. En Brasil, si ganan la Copa, va a ser de 720.000 ??, todo, como se ve,  por un par de semanas de trabajo, lo que equivale al sueldo por un año  de más de un millar de personas mileuristas.

Acabo con tres reflexiones fundamentales:
1. Vivimos en comunidad. Esto quiere decir que somos, los unos para los otros, personas de igual dignidad y con unos mismos  derechos y obligaciones. Como tales, a nadie le resulta indiferente el bien y la suerte del otro; somos solidarios.
2. Vivimos en un Estado Social Democrático y de Derecho. Lo cual quiere decir que, al elegir a nuestros políticos, lo hacemos para que nos representen y cumplan lo  establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Constitución del respectivo país. Es deber de ellos, por ejemplo en España,  exigir al Gobierno que cumpla y haga cumplir  las normas  establecidas en la Constitución Española:

 ?El Estado español  propugna como valores superiores, la igualdad y la justicia?? (Art. 1) y ?le corresponde promover  las condiciones para que la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra, sean reales y efectivas?? (Art. 9, 2).
Los ciudadanos que no se atengan a la solidaria igualdad, malgastando bienes o dañando derechos que son de todos ?podrán ser privados de sus bienes y derechos por causa  justificada de utilidad pública  o interés social?? ( Art. 33,2). En la crisis actual , una ética social y comunitaria  reclama que sea real  ?El derecho de todos los españoles a una remuneración suficiente de su trabajo  para satisfacer sus necesidades y las de su familia?? (Art. 35, 1). Así mismo,  ?Los poderes públicos promoverán las condiciones  necesarias  y establecerán las normas  pertinentes para que todos los españoles hagan efectivo el derecho de tener una vivienda  digna y adecuada?? (Art. 47).

Toda la riqueza del país en sus distintas formas y se, a cual fuere su titularidad está subordinada al interés general?? (Art. 128,1).
3. Ganar la Copa de la ?TICA será el más alto trofeo de ?La Roja?. Se lo mire por donde se lo mire, los 24 seleccionados de ?La Roja? debieran rechazar como insultante la prima acordada  (ellos ya perciben sobrada participación por estar seleccionados) o decidir  entregarla para cubrir derechos y necesidades básicas  de las que otros ciudadanos carecen.

Las entidades privadas, como integradas por personas, tienen un límite a su libertad de mercado, señalado por los derechos de quienes en ellas trabajan o de ellas se benefician. Proponerse  como objetivo el lucro y beneficio  a costa incluso  de  conculcar derechos de otros, supone  negar el principio básico de la justicia, esencial para una convivencia de armonía y de paz.

Pero en uno y en otro punto, la ideología neoliberal en una Democracia de Derecho no abona la intervención del Estado, gestor y garante de la igualdad y de los derechos que pertenecen  a toda persona.
El Estado no interviene, tiene base y razones para hacerlo, pero no lo hace porque  le guía la ética egoísta y competitiva del yo y no la ética solidaria del nosotros.
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No existe globalización sino globocolonización
Frei Betto
9 de junio de 2014, 9:45

?No existe la globalización, eso es mentira, existe la globocolonización y el gobierno de Estados Unidos del presidente Barack Obama ha sido muy malo para el mundo porque ha perfeccionado ese proceso con intervenciones como la última en Ucrania??, afirma Frei Betto.
Así se expresó el fraile dominico brasileño en una larga entrevista concedida a Prensa Latina aprovechando su paso por Panamá donde fue invitado por la Fundación Ciudad del Saber a dictar una conferencia magistral sobre el futuro de América Latina.
– ¿Cómo usted aprecia el gobierno del presidente Barack Obama, más positivo o más negativo para América Latina que los anteriores?
Yo diría que es más positivo para América Latina en el sentido de que Obama no tiene ningún conocimiento de América Latina ni ninguna otra sensibilidad, y por eso ha sido menos agresivo que los Bush o Reagan y que otros anteriores. Pero ha sido un gobierno muy malo para el mundo porque es un gobierno que ha perfeccionado todo el proceso de globocolonización, con intervenciones por ejemplo en Ucrania, en Siria, en Libia y otros países. Es la policía del mundo.

Descaradamente ha estado por encima de todas las leyes y los tratados internacionales, no le da ninguna importancia a esos acuerdos y no hay cómo sancionarlo. Por suerte ya no somos aquel rebaño de ovejas que bajaba la cabeza ante el pastor de la Casa Blanca, hoy tenemos más soberanía, más independencia y más claridad de qué caminos liberadores queremos seguir.

– Tomando como fiel de la balanza a ese mismo gobierno de Obama, ¿cómo aprecia usted la correlación de fuerzas políticas en América Latina? ¿Está a favor o en contra de Estados Unidos?
Yo diría que la correlación de fuerzas es bastante desfavorable para Estados Unidos por todos los avances de jefes de Estado latinoamericanos identificados con los pobres y elegidos democráticamente. Es un proceso que comenzó con la elección del presidente Hugo Rafael Chávez en 1998 y ahora sigue con muchos jefes de Estado de América Latina que unánimemente han estado apoyando a Cuba y están contra el embargo de Estados Unidos.

Obama y los líderes de la Casa Blanca se han dado cuenta que ya no pueden tratar a América Latina como hacían en los años 60 y los anteriores, y tienen que estar muy preocupados por ese desequilibrio. Ya América Latina dejó de ser el patio trasero de la Casa Blanca y los países que estaban atados a Estados Unidos se han emancipado como Panamá en el año 1999, y ahora solo falta Puerto Rico por liberarse de la tutela estadounidense para completar ese proceso de liberación de las fauces del imperio.
Por eso creo que la correlación de fuerzas es más favorable hoy para nosotros los progresistas que cuando Estados Unidos no solamente metía la pata en nuestros países sino que promovía golpes militares fascistas que han tenido un costo humano, político y económico muy alto para América Latina.

– ¿Cuáles son los principales peligros que acechan a América Latina que podrían cambiar esa correlación de fuerzas contraria a Estados Unidos?
Bueno la principal es la contradicción esa que vivimos de tener políticas progresistas con una economía capitalista, es decir, todavía no hemos encontrado un modelo económico post capitalista que permita dar un paso de ese capitalismo a una economía más solidaria, más cooperativista, más popular. Este es un nudo sin desatar muy preocupante, como también la falta de un trabajo más intenso de concentración y organización política sobre todo en los sectores populares y los jóvenes.

Creo que no se hacen avances políticos solamente con consignas y políticas sociales más positivas hacia los jóvenes, sino que es necesario también otro tipo de alimento para los más pobres, que es el alimento espiritual, ideológico, educacional para que la gente, cumpliendo el significado de ese proceso, avance hacia un futuro de justicia y de paz.

– ¿No cree que los instrumentos de integración que se han creado en la región, y no solamente los económicos y comerciales, pudieran contribuir a ese avance hacia el futuro de justicia y paz que usted señala?
Sí, yo creo que es muy importante que haya esa multiplicación de organismos, el problema es que por ahora todos ellos son superestructurales, y el futuro no está tanto en esos organismos, sino en la manera como la gente mira ese proceso. La gente solo puede soportar las dificultades, desde caminar hasta lo que sea, si comprende la razón del por qué hay que enfrentarlas, y muchas veces no hay una concientización de ese proceso y la gente que está siendo beneficiada desde el punto de vista económico, no tiene conciencia política de qué significa.

Por lo tanto hay que valorar los instrumentos creados, incluso mediáticos como Telesur; estar atentos y hacer un trabajo de base justamente para mantener viva y actuante la organización popular con un proceso intenso de educación del pueblo. No creo que fuera de ese contexto vayamos a esperar que la gente asuma una posición progresista por sí misma en el mundo de hoy cada vez más de derechas en general.

En el Parlamento Europeo las fuerzas de derecha han crecido mucho, no hay fuerzas de izquierda lo cual es una lástima porque Europa en el siglo XX tuvo una fuerte tradición izquierdista, incluso en Italia, y el mundo socialista europeo.
Ahora prácticamente el único continente que tiene esperanza de futuro es América Latina, y la responsabilidad que tenemos es priorizar y preservar ese proceso progresista, pero eso no se consigue con consignas y con avances electorales solamente. Es necesario crear raíces más profundas, sobre todo en las redes sociales que son muy manipuladas por los conservadores, los capitalistas, la derecha, y de ahí la responsabilidad que tenemos de profundizar el trabajo político y educativo.

– En el plano económico hay muchos fantasmas que rondan la integración latinoamericana. ¿Con la Alianza del Pacífico usted lo cree así?
Sí, claro, pero esta esquizofrenia que he mencionado antes de que tenemos una política progresista en la mayoría de los países con una economía conservadora puramente capitalista, es lo más peligroso, aunque la ventaja es que hay más solidaridad entre los países de América Latina desde el punto de vista económico. Hay crédito, facilitación en el comercio de productos, hay una integración económica mucho más significativa que en décadas anteriores, pero con muchas dificultades para mantener baja la inflación, actualizar anualmente los salarios, y sobre todo crear posibilidades a las pequeñas y medianas empresas privadas sin que eso sea la semilla de un proceso capitalista monstruoso.

Estamos por la tanto ante un desafío muy fuerte, cómo crear una economía compatible con esas políticas progresistas, con esos anhelos populares por gobiernos como el de Dilma en Brasil, Mujica en Uruguay, el de Evo en Bolivia, Maduro en Venezuela, Correa en Ecuador, y así en otros países.

– Hablando de los países de América Latina ¿Qué está pasando en Venezuela y por qué?
Bueno, lo primero es tomar en cuenta que Venezuela es el principal foco de subversión estadounidense en América Latina, y pasa algo muy sencillo, y es que Venezuela es el segundo suministrador de petróleo de Estados Unidos después de Arabia Saudita. Ocurre que para que un barril de petróleo de Arabia saudita llegue a estados Unidos tienen que pasar 45 días, y uno suministrado por Venezuela llega en cuatro días, por lo tanto la diferencia de precios es enorme entre uno y otro.

Por eso todo lo que Estados Unidos pueda hacer para desestabilizar a la revolución bolivariana lo va a seguir haciendo y no podemos ser ingenuos. Venezuela cuenta con la solidaridad de todos los países que están en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) y eso es muy bueno, ya sea una solidaridad activa como la de Cuba, Brasil, o pasiva de países que al menos no condenan ni están en contra del gobierno de Maduro, pero se mantienen en silencio porque tiene sus intereses con Estados Unidos.

Ahora, yo creo que también hay un desafío interno en Venezuela fuerte que requiere un trabajo político intenso sobre todo con los jóvenes. Yo creo que algo que todavía no se hizo debidamente en Venezuela es un trabajo político con el movimiento estudiantil, un trabajo de organización de base que lleve a los muchachos a comprender el proceso bolivariano con más profundidad, más conciencia y más participación.

– Y en el caso de Brasil, que es diferente al de Venezuela, ¿por qué esas manifestaciones? Si no son contra el gobierno, ¿por qué se producen entonces?
Bueno, en verdad lo de Brasil es diferente a Venezuela, allí se ha avanzado mucho en los años de gobierno del Partido de los Trabajadores, pero ha sido un gobierno madre de los pobres y padre de los ricos, y hasta cuándo esa contradicción va a sobrevivir no sé.
Este año tenemos elecciones, yo estoy seguro que Dilma va a reelegirse, aunque uno siempre tiene sus temores porque la oposición puede volver al gobierno. Porque si por un lado el Partido de los Trabajadores ha promovido una fuerte inserción económica de los pobres donde 55 millones de personas han sido beneficiadas con mejorías efectivas desde el punto de vista económico, es también un gobierno despolitizante por más paradójico que te parezca.

Es decir, un gobierno que no trató ni trata de hacer todavía un trabajo político de valorar los movimientos sociales y sindicales, y por eso las manifestaciones, y los muchachos en las calles y en el mundial de fútbol van a seguir en sus demandas de lograr un lugar político porque quieren participar, pero no han sido convocados ni movilizados, y esa es la preocupación porque ellos saben por qué protestar pero no saben cómo o qué proponer. Entonces eso puede ser un caos en el futuro que puede ser aprovechado por la derecha.

– Hasta donde tenemos entendido no es un movimiento contra el gobierno, sino en demanda a una mayor participación en los procesos y decisiones oficiales ¿es así?

Sí, es así, lo que sucede es que el gobierno ha cometido el equívoco de facilitar al pueblo de Brasil acceso a los beneficios personales, un coche, créditos, nevera, televisión, cada casita en las favelas tiene de todo eso, pero siguen viviendo en la favela y no tienen beneficios sociales. Y cuando ellos reclamaban mejoras sociales el gobierno decía que no tenía dinero, y de súbito para la Copa del Mundo sí hay y han construido estadios deportivos enormes por millones y millones de dólares.

Pero la gente no tiene educación de calidad, transporte público, sanidad, vivienda decorosa, y de ahí las protestas, pues cómo dices que no tienes dinero y cuando viene la FIFA empieza a aparecer tanto dinero como si cayera del cielo, entonces ahí está la cosa. La gente no está contra el gobierno, pero está manifestando su desacuerdo con la administración que no priorizó el mejoramiento de la calidad de vida y la situación social del país.

– Y en el caso de Colombia, ¿qué ha ocurrido que, para sorpresa de muchos la ultraderecha sale mejor parada como si la gente hubiera votado minoritariamente por el proceso de paz

Bueno, el problema de Colombia es un poco el reflejo de toda esta política imperialista de la que hemos estado hablando, de hacer que la gente vaya cambiando la libertad por la seguridad, y la propaganda del miedo es eficaz y por eso hay gente que termina favoreciendo a la derecha y no al proceso de paz.
Pero yo tengo la esperanza de que el proceso de paz es el que va a ganar, porque no hay otra salida, e incluso a los propios Estados Unidos no les interesa más seguir incrementando esa guerra y les es mejor el proceso de paz, y por eso pienso que al final ganan los que opten por la paz.
Luis Manuel Arce
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El mayor experto en economía política explica quién controla de verdad el dinero
Miguel Ayuso

El economista Benjamin J. Cohen durante su conferencia en la Fundación Rafael del Pino.
El economista estadounidense Benjamin Jerry Cohen (1937, Nueva York), catedrático de la Universidad de California-Santa Barbara, es una de las más destacadas figuras de la Económica Política Internacional, una disciplina mixta que estudia las relaciones internacionales utilizando teorías y métodos aplicables de la economía política.

Desde que empezara a trabajar como investigador en la Reserva Federal de Nueva York, en 1962, Cohen ha publicado decenas de libros sobre la forma en que la política internacional influye en el devenir de la economía, y ha escrito libros fundamentales para entender las dinámicas financieras internacionales. En su opinión, es imposible explicar la economía sin política, pues ésta nunca es independiente del contexto social en que se desarrolla. 
El profesor ha recibido a El Confidencial en la Fundación Rafael del Pino, donde impartió anoche una conferencia sobre ?El desorden monetario que viene??. En su opinión, el mundo va camino de una enorme crisis monetaria que creará un desorden difícil de prever. Y no es optimista sobre las posibilidades que tenemos de frenarla.

PREGUNTA. El próximo domingo 400 millones de europeos están llamados a las urnas para votar a sus representantes en el parlamento de la Unión Europea. ¿Cree que el futuro del euro depende de lo que vayamos a votar o está ya decidido? En otras palabras, ¿quién está al cargo?

El parlamento tiene un rol mínimo en la gobernanza del euro, así que no creo que las elecciones del próximo domingo vayan a cambiar nadaRESPUESTA. Es importante saber quién está al cargo del dinero. El sistema de gobernanza de la eurozona es una de las principales razones por las que el euro ha sido menos exitoso de lo que muchas personas esperaban que fuera. La elección del parlamento europeo no va a tener ninguna influencia sobre esto. El euro está manejado, principalmente, por el Banco Central Europeo, y por los ministros de finanzas de la eurozona. El parlamento tiene un rol mínimo en la gobernanza del euro, así que no creo que las elecciones del próximo domingo vayan a cambiar nada. El problema es que la eurozona está gobernada de forma muy pobre, porque las diferentes responsabilidades son compartidas por diferentes grupos y actores: el BCE, los ministerio, el eurogrupo, la comisión?? Esta es una forma ineficiente de gobernar, y un gobierno ineficiente sobre la zona monetaria hace que el euro sea más débil.

R. ¿Cuál es el camino para que recuperemos el control de nuestro dinero?

P. Desafortunadamente, las soluciones pueden ser fácilmente descritas, pero alcanzarlas políticamente es muy difícil. Uno de los más grandes problemas de la eurozona es la falta de mecanismos para lidiar con los desequilibrios dentro del grupo. Hay países que lo están haciendo mal y países que lo están haciendo bien. En EEUU pasa algo parecido, somos 50 estados y tenemos una sola moneda, pero tenemos un mecanismo automático de transferencia. Los estados que van bien transfieren su superávit a Washington y el gobierno financia a los estados que van mal. Es un sistema que ha evolucionado durante mucho tiempo, pero funciona de forma automática. No tenéis nada parecido a esto en Europa. Si hablas con cualquier economista que esté familiarizado con la situación te dirá que lo que tiene que hacer Europa es adoptar un mecanismo similar al que tenemos en EEUU. Pero claro, políticamente esto es imposible mientras Europa siga siendo una confederación de estados soberanos y no sea una federación de verdad.

P. Pero estamos yendo justo en la otra dirección. Incluso dentro de los países tenemos problemas de solidaridad entre regiones. ¿Si no conseguimos que haya solidaridad entre regiones de un mismo país, cómo vamos a conseguir que exista entre diferentes países?
R. Es cierto, es un problema de solidaridad. Lo irónico de la unión monetaria europea es que el euro se creó para unir a los países, pero lo que está haciendo es separarlos aún más. Debido a la evolución de países como Grecia o España lo que estamos viendo es que hay menos solidaridad y un menor sentido de comunidad que cuando se creó la moneda única

P. El año pasado editó un libro bajo el título Power in a changing world (?El poder en un mundo cambiante??) en el que explica cómo el poder económico es cada vez más difuso. ¿Ha perdido EEUU definitivamente la hegemonía?
R. Ninguna hegemonía dura para siempre. Pero llevo en esto mucho tiempo y aún no ha cambiado. Finalicé mis estudios hace 50 años y el primer trabajo que tuve fue como investigador en la Reserva Federal de Nueva York. Lo primero que me dijeron cuando llegué allí en 1962 es que EEUU estaba perdiendo su hegemonía. Fue hace 50 años. El hecho es que EEUU no depende de otros países, es menos poderoso, pero sigue siendo la economía dominante, representa el 24% de la economía del mundo y el dólar sigue siendo la divisa preponderante.

Es incuestionable que con el tiempo ha ido perdiendo poder, pero de forma muy gradual y lenta. ¿Por qué? Desde luego no porque los gobiernos estadounidenses hayan sido eficientes. Ahora mismo tenemos un sistema totalmente disfuncional. EEUU no ha perdido la hegemonía por la falta de alternativas.

Si el dólar pierde su importancia ¿qué divisa puede sustituirlo? No el euro, desde luego, tampoco el yen, porque Japón sigue en declive. Posiblemente, la divisa china es la mejor situada, pero no cumple los requisitos necesarios para ser una moneda popular. Para que una moneda sea atractiva como divisa internacional, tiene que respetar las leyes, los contratos y la propiedad privada y  tiene que tener un mercado financiero bien desarrollado que permita a los inversores comprar activos en esa moneda. China no ofrece esto.

P. En un artículo reciente asegura que, hoy en día, muchos estados pueden ser acusados justamente de manipular los tipos de cambio, pero ninguno tanto como China. ¿Puede algo, o alguien, forzar a China a cambiar sus prácticas monetarias?

Todos sabemos que China está manipulando las divisas, pero la realidad política es que nadie quiere ir contra China y crear un conflicto, porque es muy grande e importanteR. En principio, hay diversas formas de presionar a China, empezando por el Fondo Monetario Internacional. El organismo está autorizado gracias al artículo 4 del acuerdo a ejecutar una firme supervisión, identificar a los países que estén manipulando los tipos de cambio, y hacer saber qué país está haciendo eso y pedirle que cambie sus políticas. Pero la realidad es que el FMI ha sido siempre reacio a molestar a un país tan grande e importante como China. Así que año tras año se ha negado a identificar a China como un país que manipula las divisas. Lo mismo ocurre con el tesoro estadounidense, que está obligado cada seis meses a informar sobre la manipulación de divisas, y nunca ha etiquetado a china como un manipulador.
Todos sabemos que China está manipulando las divisas, pero la realidad política es que nadie quiere ir contra China y crear un conflicto, porque es muy grande e importante. Lo que ocurre es que, al final, la gente se queja de lo que están haciendo los chinos pero nadie toma cartas en el asunto, para no molestar a las autoridades chinas.

Karl Polanyi.P. Tras el estallido de la crisis financiera la comunidad internacional insistió en la necesidad de reformular el capitalismo. Seis años después, ¿ha cambiado en algo el sistema?
A nivel estructural no. Seguimos teniendo un sistema basado en el mercado, que los gobiernos tratan de supervisar o regular. La naturaleza del sistema permanece exactamente igual. Lo que está pasando es muy representativo de lo que Karl Polanyi, un académico muy famoso de mediados del siglo XX, describió en su libro La gran transformación. Hablaba de un doble movimiento. En primer lugar los mercados innovan y, a menudo, esas innovaciones nos llevan a una crisis. Como resultado de esto, la segunda parte del movimiento tiene como protagonistas a los gobiernos, que intentan lidiar con los problemas creados por el mercado a base de regulaciones y nuevas formas de supervisión. Pero entonces los mercados crean nuevas innovaciones.

En el tipo de sistema en el que vivimos hoy el poder está ejercido por los actores privados del mercado, las multinacionales principalmente, y ningún gobierno es capaz de controlarlosLo que vimos en la primera década del siglo XXI fue como los mercados financieros innovaron, particularmente en EEUU, creando todos los instrumentos financieros derivados que nos llevaron a la peor crisis desde los años 30. Los gobiernos han tratado de ponerse al día, creando nuevas formas de regulación, como Basilea III, que impone nuevas regulaciones bancarias o la Ley Dodd-Frank en EEUU, que introduce nuevas formas de regulación, incluida la separación de la banca de inversión de la banca comercial. Son regulaciones introducidas por el segundo movimiento. Pero mucha gente que sabe de esto cree que no van a prevenir nuevas crisis en el futuro. No creo que el sistema haya cambiado, y tampoco creo que cambie. En el tipo de sistema en el que vivimos hoy el poder está ejercido por los actores privados del mercado, las multinacionales principalmente, y ningún gobierno es capaz de controlarlos.

P. Entonces, ¿no hay ninguna manera de cambiar el sistema?
R. Aparte de una revolución marxista, no. Lo mejor que podemos hacer es que nuestros sistemas políticos ofrezcan una regulación suficiente a la actividad mercantil, que aleje al sistema de crisis tan duras como la que estalló en 2008. Es una cuestión de gobernanza efectiva. Hoy en día la mayoría de nuestros gobiernos no son muy efectivos, incluido el mío propio, que está muy dividido. Mientras esto continúe, el balance de poder estará del lado del sector privado, y seguirá tomando riesgos, y mientras se tomen esos riesgos habrá siempre posibilidad de que estalle una crisis. No espero ver un cambio fundamental en la naturaleza del sistema, porque no creo que veamos una revolución, y además no la defiendo. Lo que espero es que nuestros sistemas políticos tengan la suficiente iluminación para introducir las regulaciones necesarias

P. Como asegura, las grandes multinacionales tienen cada vez más poder ¿Es necesario contar con ellas para cambiar la regulación?

Ahora mismo, el balance del poder está en el lado de las empresas, porque pueden tomar ventaja de las diferencias entre los gobiernosR. La gobernanza formal tiene que venir siempre de los gobiernos nacionales. Es ciencia ficción pensar en un mundo gobernado por las empresas. Así no funcionan las cosas. Los países siguen siendo los únicos que pueden usar legítimamente la fuerza. Esa es la base de la soberanía. A nivel global sólo los gobiernos pueden ejercer el control, pero sabemos que las grandes empresas son muy poderosas y tienen una enorme influencia. La única manera de que esa influencia sea controlada es mediante la cooperación entre gobiernos.

De forma individual, los gobiernos tienen muy difícil controlar una multinacional, sólo pueden controlar lo que ocurre dentro de sus fronteras. La jurisdicción de los estados es limitada, pero el dominio de las empresas es global. La única forma para que los gobiernos igualen el poder de las empresas pasa por juntarse y cooperar.  Ahora mismo, el balance del poder está en el lado de las empresas, porque pueden tomar ventaja de las diferencias entre los gobiernos. Sabemos que para ejercer una correcta autoridad sobre estas se necesita una mayor cooperación, y para ello necesitamos un consenso y un liderazgo que no tenemos. Mientras, las empresas podrán ejercer una enorme influencia informal, y aunque los gobiernos sigan siendo los que ostenten el poder formal, las empresas seguirán influyendo en estos, a todos los niveles.

. Está claro que necesitamos un nuevo Breton Woods, una nueva gobernanza a nivel supranacional, pero nadie está dispuesto a ceder soberanía.

R. Otra vez tenemos que hacer una distinción entre lo que necesitamos y los requerimientos políticos necesarios para llegar a ello. ¿Por qué tuvo éxito Breton Woods y ha durado décadas? Por dos cosas. En primer lugar, porque por aquel entonces había un consenso sobre un aspecto básico: que los tipos de cambios volátiles eran algo malo. Había acuerdo. Pero además había un liderazgo efectivo, una concentración de poder en manos de EEUU y Reino Unido. Compara la situación de antes con la de ahora. En primer lugar, no hay consenso sobre ningún principio básico. Lo que piensa EEUU y la UE es totalmente distinto a lo que piensa China. Por otra parte, el poder es cada vez más difuso. Son 20 países. No hay liderazgo como en 1944. Para que haya una mejora de la gobernanza internacional necesitamos un nuevo consenso y un liderazgo efectivo. No creo que tengamos nada de esto.
P. Hay quien piensa que la caída del comunismo precipitó también la caída en desgracia de ciertas ideas de raigambre socialista que, hoy en día, solucionarían parte de nuestros problemas.

Tenemos que entender que una economía exitosa no es una economía que esté basada únicamente en el mercado, y tampoco en una planificación central, sino una combinación comprometida entre la gestión gubernamental y la iniciativa privadaR. Todo depende de lo que entendamos por socialismo. Si socialismo significa sustituir el control del mercado por el del estado, entonces no creo que sea una mejora. Tenemos suficiente experiencia con el capitalismo de estado para saber que no es efectivo. Pero lo que necesitamos es una combinación de dos cosas. En primer lugar, unas regulaciones suficientes, a nivel micro y macro, para que los riesgos y la inestabilidad no sean excesivos. Una regulación para que estemos seguros de que los monopolios no concentren demasiado poder y para que las instituciones financieras no tomen demasiados riesgos. El otro aspecto es una correcta redistribución de la renta, para que aquellos que tienen desventajas en el sistema de mercado tengan una red de seguridad, un sistema en el que la gente esté protegida de la bancarrota y el desempleo, para que la gente con dificultades sobreviva. Esto es lo que necesitamos. Es socialdemocracia más que socialismo. Tenemos que entender que una economía exitosa no es una economía que esté basada únicamente en el mercado, y tampoco en una planificación central, sino una combinación comprometida entre la gestión gubernamental y la iniciativa privada.
P. En su país estas ideas son tremendamente impopulares.

R. Sí. Desafortunadamente, la ideología dominante en EEUU es la que asegura que el gobierno es el enemigo. Pero la gente no entiende hasta qué punto se beneficia de la intervención gubernamental. A la vez que critican al gobierno disfrutan de subsidios, utilizan las infraestructuras que ha creado el gobierno, el Medicare?? La realidad es que la gente no está educada sobre lo positivo que un gobierno puede ser.

En mi país hay mucha gente, la mayoría, que cree que un estado fuerte es por definición un mal estadoEs un problema histórico. En EEUU la ideología dominante ha sido siempre el capitalismo de libre mercado, y se ha creado un cierto mito sobre los beneficios de un gobierno mínimo. Pero la realidad es que el gobierno ha estado ahí siempre. Un buen ejemplo, hoy en día, es la reforma del sistema médico, el conocido como Obamacare. Es muy interesante las encuestas que se han realizado, en las que se pregunta a la gente sobre distintos aspectos del Obamacare. Ves lo que han contestado en todas las preguntas, y están de acuerdo con la reforma, pero al final les preguntan si están a favor de Obamacare y dicen ?no??. El partido republicando ha convencido a las personas de que Obamacare significa un mayor control gubernamental, y la mayoría de personas en EEUU, desafortunadamente, no están los suficientemente bien informadas como para darse cuenta de que se beneficiarían de Obamacare. En mi país hay mucha gente, la mayoría, que cree que un estado fuerte es por definición un mal estado. Ya lo decía Reagan: ?el gobierno no es la solución, es el problema??.