La carta pastoral que el obispo de Huesca, Jesús Sanz, publicó hace una semana en la hoja diocesana sigue levantando reacciones adversas. El escrito ha sido también objeto de críticas por parte de un grupo de feligreses que ha manifestado su «sorpresa y preocupación» por las opiniones allí expresadas.
En la carta pastoral del domingo, día 11 de marzo, el obispo censuraba al Gobierno del José Luis Rodríguez Zapatero por conceder la prisión atenuada al etarra De Juana Chaos, apoyaba la manifestación del día 10 en Madrid y cuestionaba la verdad sobre los atentados del 11-M.
El contenido de la pastoral recibió las críticas del presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, y de la mayoría de los partidos políticos. Ayer, un grupo de «cristianos y cristianas de Huesca» emitió un comunicado para expresar su «sorpresa por las últimas reflexiones escritas por el obispo de Huesca-Jaca».
El escrito, titulado «Otra voz de Iglesia» está respaldado por más de un centenar de firmas que se recogieron el viernes de forma espontánea entre quienes desde que leyeron la carta pastoral en la hoja diocesana «pueblo de Dios» se sintieron «dolidos» por las afirmaciones que en ellas se vertían.
«Pensamos que sería bueno dar a conocer otra voz que expresara que los cristianos no estamos para ponernos de parte de un grupo o de otro, aunque cada uno tenemos nuestras ideas políticas y votamos, no todos en masa, sino que la función eclesial es la de ser vínculo de unión y no de división», comentó Carlos Barraca, uno de los firmantes.
Aunque la carta pastoral no mencionaba de forma expresa al Gobierno central, las referencias eran meridianas. El obispo aludía a leyes aprobadas por el Ejecutivo socialista que han sido criticadas por la Iglesia. Quienes respaldan el escrito «Otra Voz…» afirman que «el obispo representa en la fe a todas las personas creyentes de la diócesis de Huesca y Jaca y, como creemos en la pluralidad de la Iglesia igual que en la de la sociedad y respetamos las ideologías personales, exigimos a los representantes cautela y prudencia a la hora de hacer públicas sus opiniones».
Jesús Sanz mostró el jueves su sorpresa por la reacción «tan desmedida» a la carta pastoral y dijo que por parte de algunas personas se había hecho una lectura de su escrito como él no pretendía El obispo aseguró que no había querido ser «portavoz de ninguna pancarta» y que «no hay ningún compromiso político como alguien ha dicho».»Si hay algún compromiso, porque es al que me debo, es el compromiso con mi gente».
Los más de cien firmantes del escrito que se ha hecho llegar a los medios de comunicación consideran que «en un momento tan delicado como es éste, lo que hace falta desde el espíritu de la Iglesia de Jesús de Nazaret es poner concordia, amor, cercanía y fraternidad». Y se preguntan si «inclinarse clara y diáfanamente ante una oposición política determinada, alimentar y echar leña al fuego de la división, la bronca, la crispación, la manipulación y la mentira ¿Es acaso abogar por el diálogo, la paz y la justicia? ¿Es ejercer la función de servir a la unidad en la sociedad, a la comunión eclesial, función peculiar y específica de todo obispo?».
El grupo de «cristianos y cristianas» insiste en que la función episcopal ha de ceñirse a la difusión de lo que es el Evangelio; Dios, padre de todos y todos hermanos». «No hacer una especie de cainismo de forma de que unos sean los cainitas y otros los abelistas», afirman.
Asimismo, añaden que cualquier cristiano «y también nuestro obispo» debe hacer el esfuerzo de «reinventar palabras como paz, humanidad, humildad, justicia, solidaridad o respeto desde la autenticidad que sin duda deberíamos buscar en el Evangelio».